Bienestar

¿Padeces de hambre emocional?

  • 10 febrero, 2022
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Santo Domingo.- Y ahí estas, una vez más enfrente de tu refrigerador, ya has perdido la cuenta de las veces que has ido a buscar algo de comida hoy; quizás estas triste o ansioso, pues son los sentimientos que te impulsan a comer de esa manera. Es muy probable que sufras de hambre emocional y no lo sepas… 

¿Qué tanto sabes acerca del hambre emocional? 

El hambre emocional se podría definir como una sensación que lleva a comer de manera impulsiva, frecuentemente alimentos calóricos y de escaso valor nutricional (que no son muy saludables) para tratar de calmar sentimientos negativos como la ansiedad, tristeza, angustia o frustración. 

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¿Cómo se puede diferenciar el hambre emocional del hambre real?  

Según José Andrés Mateo, psicólogo general sanitario, de las Clínicas Obésitas, en el hambre real o fisiológica, la sensación de saciedad aparece tras ingerir una cantidad de alimento proporcional a las necesidades de cada persona. Estas necesidades varían en función de varios marcadores biológicos y ambientales. Mientras que el hambre emocional la sensación de saciedad aparece con mucha más latencia, y se sigue comiendo más allá de lo necesario. Se siente una sensación de descontrol, y continua incluso cuando la persona ya está llena.



Síntomas del hambre emocional 

  • Ingerir alimentos para aliviar el estrés o los malos sentimientos
  • Comer como una celebración
  • Comer como recompensa
  • No puede controlar el impulso de comer
  • Hambre repentina ante una situación difícil
  • Comer sin tener hambre física
  • La voluntad de comer alimentos específicos
  • Ansiedad alimentaria
  • El tiempo para comer puede ser más rápido de lo habitual
  • Sentimiento de culpa después de comer

Causas del hambre emocional  

Rosario Linares, psicóloga y terapeuta española, explica que para poder reducir o eliminar el hambre emocional es importante que puedas identificar las causas de tu conducta, cuales son las cosas que te provocan el hambre emocional. La experta enumera las mas comunes: 

1- Manejar las emociones: comer puede ser una forma de silenciar temporalmente o «sofocar» las emociones incómodas, como la ira, el miedo, la tristeza, la ansiedad, la soledad, el resentimiento y la vergüenza. Mientras te adormeces con la comida, puedes evitar las emociones difíciles que preferirías no sentir, es como una forma de ignorar tus emociones o tener miedo de sentir y afrontar esa emoción. 

2- Aburrimiento o sentimientos de vacío: Yo creo que esta es una de las razones más comunes del comer emocional. Cuando estamos aburridos o estamos haciendo una tarea repetitiva es más probable que comas como forma de distracción y de hecho lo que más se te antoja es comida alta en calorías. En cambio, cuando te sientes insatisfecho y vacío, la comida es una forma de ocupar tu boca y tu tiempo. En el momento, te puede llenar y te distrae de los sentimientos subyacentes de falta de propósito e insatisfacción con tu vida.

3- Hábitos desarrollados desde la infancia: muchos padres recurren a la comida para premiar o castigar y es así como muchas personas desarrollan este vínculo entre la comida y el manejo de ciertos comportamientos o emociones. Asimismo, muchas veces puedes comer por nostalgia o para recordar algún momento en tu infancia o en tu vida. 

4-  Influencias sociales: reunirse con otras personas para una comida es una excelente manera de aliviar el estrés, pero también puede llevar a comer en exceso. Es fácil excederse simplemente porque la comida está ahí o porque todos los demás están comiendo o porque estás distraído. También puedes comer en exceso en situaciones sociales por nerviosismo. O tal vez tu familia o círculo de amigos te alienten a comer en exceso, y es más fácil estar de acuerdo con el grupo.

5- Estrés: Cuando el estrés es crónico, como ocurre a menudo en nuestro mundo caótico y acelerado, tu cuerpo produce altos niveles de cortisol, la hormona del estrés. El cortisol provoca antojos de alimentos salados, dulces y fritos, alimentos que te brindan una explosión de energía y placer. Mientras más estrés descontrolado haya en tu vida, más probabilidades tendrás de recurrir a la comida para obtener alivio emocional. 

Hablemos sobre las consecuencias del hambre emocional 

Es importante aclarar que el hambre emocional puede surgir de manera puntual sin causar efectos perjudiciales en nuestra salud. La nutricionista Elena de la Fuente, del Hospital Quirón San José, aclara que el problema es cuando se convierte en una rutina y se tiende a gestionar las emociones a través de la comida. 

Las consecuencias físicas y psicológicas son: 

  • Exceso de peso y alteraciones metabólicas 
  • Baja autoestima
  • Depresión 
  • Insatisfacción
  • Culpabilidad
  •  Vergüenza
  • Aislamiento social

¿Cómo evitar el hambre emocional? 

«Conocer cuáles son nuestros valores, necesidades, emociones, deseos, sueños y decidir cómo atenderlos. Cuando nos encontremos buscando comida y sospechemos que no es hambre real, debemos preguntarnos a nosotros mismos: ¿de qué tengo hambre realmente? Llevar la atención al estómago e identificar si siento vacío y localizo ahí el hambre», explica en el portal Quirón Salud, la especialista Elena de la Fuente. 

Algunas actividades que pueden ayudar mucho al momento de prevenir el hambre emocional son: salir de paseo, leer, hacer ejercicio, ver una película, conversar, pintar y escuchar música. 

¡Recomendación importante!: Si sospechas o crees que sufres de hambre emocional, puedes buscar ayuda de un nutriólogo y de un psicólogo. 

 

 

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Salud

6 preguntas comunes sobre depresión

  • 19 diciembre, 2016
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La depresión afecta a 350 millones personas del mundo y es un trastorno que se diagnostica más en mujeres que en  hombres. El Instituto de Salud Mental de Estados Unidos (NIMH) afirma que se están haciendo esfuerzos para explicar esta diferencia de género como exámenes a factores biológicos y sociales exclusivos de las mujeres.

La cifra es espeluznante pero para estar más claras sobre la naturaleza de la depresión conversamos con el psiquiatra y psicoterapeuta, José Díaz Morfa, y así respondernos a estas preguntas  sobre este trastorno.

R: ¿Cómo identificar la depresión?



JD: Hay diferentes organismos internacionales como la Asociación Americana de Psiquiatría que nos dan una serie de síntomas físicos y psíquicos que nos ayudan a tener un diagnóstico.

Díaz nos enumera síntomas psíquicos como la tristeza, la apatía, el sentimiento de culpa, el aburrimiento y los pensamientos suicidas. Dentro de los síntomas físicos están el insomnio (en dos tipos): aquel donde la persona tarda mucho en conciliar el sueño o  aquel donde se despierta muchas veces durante la noche y se desvela; el dolor de cabeza, síntomas del sistema digestivo, ansiedad, dificultad para respirar y lentitud psicomotriz (cuando los gestos y movimientos son muy lentos).

Todos estos síntomas deben tener una duración de dos semanas, meses o años para que sean diagnosticados por un psiquiatra o psicoterapeuta como depresión.

R: ¿Qué diferencia existe entre tristeza y depresión?

JD: La tristeza es un sentimiento normal en el ser humano que se produce como consecuencia de hechos concretos en la vida como la pérdida de un familiar, el fracaso en un proyecto, una mala noticia…

  • Es solo un síntoma de la depresión.
  • Es transitoria, no se prolonga en el tiempo.
  • No toca el sentimiento de culpa ni la autoestima.
  • No produce síntomas psicosomáticos, mientras que la depresión sí los provoca.

R: ¿Qué puede causarnos depresión?

JD: Así como la diabetes, puede haber factores genéticos que influyan en el cuadro depresivo de una persona. Hay un alto porcentaje de que las personas que padecen de depresión tienen un abuelo o tío, que también tenía este trastorno. También existen factores fisiológicos y factores ambientales, como pérdida de un ser querido, quejas, conflictos en el trabajo y  estrés crónico pueden dar lugar a convivir con este trastorno mental.

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R: ¿Cómo relacionarnos y apoyar a personas que la padecen?

  • El primer consejo que nos da Díaz Morfa, también asesor de la Asociación Mundial de Psiquiatría, es reconocer que no somos profesionales de la salud mental, y por lo tanto, no podemos ayudarle adecuadamente.
  • Otra recomendación es sugerirle y apoyarle a que acuda a un psiquiatra o psicoterapeuta.
  • Practicar la empatía. No exagerar su dolor, pero sí comprender su dolor.
  • Ayudarle a ver una postura más realista de lo que le está ocurriendo.
  • Y, sobre todo, estar disponible para esa persona.

R: ¿Cuáles tipos de depresión existen?

Existen varios tipos de depresión, pero Díaz nos resalta dos.

JD: La depresión neurótica: aquella en la cual existe una causa comprensible de su depresión, como grave conflicto de pareja o pérdida de un familiar y estrés crónico alto prolongado. Y la depresión endógena: aquella que se produce por el componente genético y la sintomatología. Una persona con este tipo de depresión puede despertarse muy mal, triste y apática, sin ganas de levantarse de la cama, pero según avanza el día se va sintiendo mejor. El insomnio es diferente. Puede dormir, pero se despierta muy temprano, tipo tres de la mañana y se desvela toda la noche.

R: ¿Qué sucede cuando no se trata?

Lo mismo como cuando no bebes jarabe para sanarte de una gripe.

JD:  Empeoran los síntomas, hay un descuido de su higiene personal, de su vida laboral, de su vida de pareja, de sí mismo y de todo su entorno y si no se trata, y con frecuencia hay ideas de suicidio. Un alto índice de pacientes intenta el suicidio, y uno menor consuma el suicidio.

La depresión también favorece a la aparición de otro tipo de enfermedades como la diabetes o la migraña.

Y si se trata…

La historia cambia. El psiquiatra José Díaz nos menciona los tratamientos que pueden ayudar a tratar personas con este trastorno para llevar una vida activa y normal dentro de los parámetros de su sociedad. «Está la psicoterapia; donde la persona comprende qué hay detrás de estos síntomas. En un alto por ciento de casos se aplica el tratamiento psicofarmacológico; que incluye antidepresivos y estabilizadores de estado de ánimo. A veces se puede añadir un hipnótico para dormir o algún ansiolítico. Y, según las circunstancias habría que intervenir a nivel de la pareja, de la familia» con un tratamiento psicosocial.

Con estas respuestas esperamos que tengas mayor conocimiento de esta enfermedad mental que puede pasar desapercibida en cualquier escalón de la sociedad. Si percibes en ti por más de dos semanas uno de los síntomas descritos por el psiquiatra José Díaz, no dudes en acudir donde un especialista de la salud mental. Y si conoces de alguien dentro de tu círculo de amigos o familiares, que también refleje estos síntomas, no temas en apoyarle. La depresión es tratable, pon tu granito de arena para disminuir esta brecha de decenas de millones de personas agobiadas por este trastorno.

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