Bienestar

Señales de que No es amor

  • 1 septiembre, 2021
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Santo Domingo.- Cada persona tiene su propia definición del amor, por lo general, esto se debe a las enseñanzas de nuestros padres y otros familiares, “lo que era el amor para ellos”. Lamentablemente, muchas de estas ideas escoden años de conflictos, distorsiones, carencias y en ocasiones traumas sin resolver.

Para llegar a un punto en común, digamos que el amor busca el bienestar del ser amado, su cuidado y protección. Aunque en ocasiones hay conflictos que pudieran terminar en discusiones acaloradas, al final brindamos lo mejor para ese ser querido.

El amor no motiva a lastimar a las parejas y menos a nosotros mismos.

 

Sin embargo, las personas distorsionan lo que entienden por amor para justificar el control, carencias afectivas, necesidades insatisfechas y conductas de maltrato.



Entonces, ¿cuáles son las señales de que lo que yo siento no es amor?

-La ansiedad constante porque la otra persona me preste atención, me busque, escriba o llame.

-Si no recibo la atención esperada, puedo recurrir a conductas de búsqueda (llamar, perseguir, espiar, acosar, etc.).

-Si lastimo mi autoestima (al humillarme) o la de la pareja.

-Si ante la ansiedad, pongo en riesgo la seguridad física de ambos.

-La “certeza” de que si la relación termina, con ella “termina mi vida”.

-La necesidad recurrente de hacer todo con la pareja.

-El miedo a colocar límites y defender mis deseos e intereses (ej. “sentirme culpable por compartir con amistades o familiares sin la pareja).

-Me siento incapaz de realizar actividades sin mi pareja, entre otras cosas.

Si identifica varios de estos comportamientos, es posible que se encuentre ante una relación de dependencia emocional. Para trabajar esto, (contrario a lo que todo el mundo cree) lo adecuado es ir a psicoterapia, ya que si fuera el caso, esta situación no se resolvería con recomendaciones generales (“no le escribas”, “haz ejercicio”, etc.), puesto que se deben modificar un conjunto de creencias, hábitos, emociones y patrones relacionales que mantienen el problema y esto no se hace frente a un espejo o con algún amigo.


 

Sobre los autores

Jean Carlos Santos, licenciado en psicología clínica por la Universidad Católica Santo Domingo. Tiene una maestría en Terapia Familiar y de Pareja, manejo de Terapia Breve de Resolución de Problemas. Posee entrenamientos en violencia intrafamiliar y de género, al igual que en el abordaje del manejo del estrés, trastornos emocionales, como depresión, ansiedad y procesos de duelo. Forma parte del equipo psicoterapéutico de Centro Integral Lotus.

Sobre el Centro Integral Lotus

Es un espacio para el bienestar integral del individuo y la familia. Brindan asistencia, evaluación y apoyo en las distintas etapas evolutivas de la persona y el núcleo familiar. A través de un equipo multidisciplinario ofrecen servicios de psicoterapia familiar, infanto- juvenil, individual y parejas. Contactos: [email protected] 

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Primeros pasos para un manejo correcto de las emociones

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Bienestar

Primeros pasos para un manejo correcto de las emociones

  • 11 mayo, 2021
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Santo Domingo.- En nuestro país nos enseñan desde la infancia a ignorar o reprimir nuestros sentimientos. Una situación que provoca que no podamos tener un manejo correcto de las emociones.

Tanto nuestros familiares como la sociedad nos inculcan frases como: “A mamá no le gusta verte enojado”; “Los hombres no lloran o no sienten miedo”; “una dama no debería alegrarse con esas cosas”.

Frases aleccionadoras que invitan al infante a negar sus emociones. Por eso en la edad adulta escuchamos frases, comunes, que reflejan esta realidad: Yo no me enojo, soy una persona tranquila”.

como manejar mis emociones

Invalidando emociones

¿Qué sucede cuando comenzamos a negar las emociones y a mentirnos? Pues, nos vamos convirtiendo en “analfabetos emocionales”, no logramos reconocer las señales en nuestro cuerpo que indican que estamos experimentando una emoción determinada. 



Ignoramos las situaciones que nos pueden estar haciendo sentir tristes o enojados, ya que si me enojo “no estoy siendo una buena persona”.

Al no lograr reconocer qué detona los sentimientos, somos más propensos a ser dominados por nuestras emociones. En ocasiones, esto contribuye a explosiones de ira que culminan en actos violentos o, por ejemplo, desarrollar un estado de ánimo depresivo, al no admitir las primeras manifestaciones de tristeza referente a aspectos de nuestra vida que no nos satisfacen y necesitaran cambiar. 

Manejo correcto de las emociones

Por tanto, para poder manejar nuestras emociones (no controlarlas y mucho menos decir “nunca volveré a sentir enojo”), es necesario comprender que estas están presentes en nuestra vida diaria, influyendo en la toma de decisiones, en la comunicación y en cada mínimo detalle.

como manejar mis emociones

Un aspecto a considerar es “la funcionalidad de las emociones”. Esto quiere decir que no hay emociones ni buenas ni malas, solo emociones.

Cada emoción tiene una función comunicativa importante y no deben ser negadas. Por ejemplo, el miedo nos advierte de un peligro manifiesto del cual debemos cuidarnos. Evita que nos coloquemos en situaciones que quizás pongan en riesgo nuestra vida y la de otras personas.

Otra emoción que socialmente es considerada como “mala”  es la tristeza. Estar triste nos invita a recogernos y reflexionar ante la pérdida de alguien o algo importante, para posteriormente poder adaptarnos correctamente sin esa persona u objeto que perdimos.

Señales emocionales

Entonces, para obtener un manejo funcional de nuestras emociones debemos reflexionar sobre las creencias que nos limitan y entender que cada emoción tiene diversas manifestaciones en nuestro cuerpo, que pueden ser consideradas “señales” de su presencia.

En el caso del enojo, por ejemplo: la presión en la cabeza, sentir el cuerpo caliente o que la “sangre le sube”, una sensación de prontitud, calor en las orejas, se acelera el corazón o pudiera llegar a tener una respiración agitada.

como manejar mis emociones

Por otra parte, están las conductas que podemos observar en otras personas que nos indican que están enojadas, como es el tono de voz elevado, la expresión facial, puños apretados.

Para concluir, si deseamos desarrollar nuestra inteligencia emocional y la capacidad de manejar nuestras emociones, es necesario que las aceptemos, las reconozcamos y veamos, a través de su función, qué nos están comunicando cuando las estemos experimentando. Con esto ya estamos dando los primeros “pasitos”.


Sobre el autor

Jean Carlos Santos es psicólogo clínico egresado de la Universidad Católica de Santo Domingo, con especialidad en Terapia Familiar Sistémica, Terapia de Parejas y otras áreas. Forma parte del equipo de psicoterapeutas del Centro Integral Lotus.

Sobre el Centro Integral Lotus

Es un espacio para el bienestar integral del individuo y la familia. Brindan asistencia, evaluación y apoyo en las distintas etapas evolutivas de la persona y el núcleo familiar. A través de un equipo multidisciplinario ofrecen servicios de psicoterapia familiar, infanto- juvenil, individual y parejas. Contactos: [email protected] 

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Incluso teniendo todas las herramientas, muchas veces se presentan conflictos que nos hacen perder el control, que no sabemos cómo manejarlas en el momento. Sobre todo, cuando se es padre o madre, escenario dónde hay muchas veces violencia tanto física como emocional y los infantes manifiestan su dolor, su miedo y su rabia a través de su conducta.

Existen tres claves generales que tenemos que recordar en todo momento:

1. Sin importar los motivos, observar siempre las conductas de los niños, niñas y adolescentes como manifestaciones de ese daño que pueden provocar los padres (física, emocional, negligencia…) y no como conductas provocativas de agresión hacia nosotros.

peleas con los hijos

2. Debemos de tener siempre pendiente que las emociones son contagiosas. Cuando estamos en presencia de un niño, niña o adolescente enfadado o asustado es muy fácil adherirnos de su emoción y acabar gritando cuando alguien grita y en consecuencia generar conflictos. De la misma forma que se nos contagia una carcajada o se nos achica el corazón viendo a una persona llorar con mucho sentimiento. Controlar una conducta difícil del niño, niña o adolescente requiere en PRIMER LUGAR Y SOBRETODO controlar nuestras propias emociones.



conflictos con los hijos

3. Cuando el enojo del niño, niña o adolescente se expresa de forma explosiva es preciso entender lo siguiente. Los seres humanos tenemos tres niveles de procesamiento:

-El cerebro racional, que lo llamaremos cabeza o cerebro superior, que nos ayuda razonar, pensar y planificar.

-El cerebro emocional, que estabiliza nuestras emociones y las que podemos imaginar en el corazón.

-Por último el cerebro más instintivo primitivo, el que nos sirve para protegernos y sobrevivir. Lo ponemos en acción cuando sentimos miedo, podemos imaginarlo en las en las tripas.

 

reconciliación con hijos

Sobre el autor

Lic. Anderson Batista, psicólogo clínico. Experto infantojuvenil, con especialidad en psicoterapia familiar y crianza positiva. Forma parte del equipo de psicoterapeutas del Centro Integral Lotus.

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Es un espacio para el bienestar integral del individuo y la familia. Brindan asistencia, evaluación y apoyo en las distintas etapas evolutivas de la persona y el núcleo familiar. A través de un equipo multidisciplinario ofrecen servicios de psicoterapia familiar, infanto- juvenil, individual y parejas. Contactos: [email protected] 

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