Profesión

Encuentra un empleo con balance entre el trabajo y la vida personal

  • 13 septiembre, 2023
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Santo Domingo.- En cualquier transición profesional, es importante tener en cuenta el balance entre la vida laboral y personal que tendrás (o no) con tu posible empleador. Entonces, ¿cómo evalúas eso sin que parezca que ya estás buscando excusas para salir temprano de la oficina? Sigue leyendo para enterarte.

Personas colaborando felizmente en una oficina. Posiblemente estos empleados tengan balance entre su vida personal y laboral

¿Cuál es el balance entre el trabajo y la vida personal?

Para algunos, podría significar poder dejar el trabajo a las 5:00 p.m. cada día sin pensarlo dos veces. Para otros que se encuentran en posiciones intrínsecamente estresantes (piense en cirujanos, profesores, políticos) no hay forma real de salir de la oficina sin pensar en un paciente, un estudiante o un elector las 24 horas del día.

De manera similar, muchos trabajadores se llevan trabajo a casa todos los días, califican trabajos después del trabajo o asisten a reuniones nocturnas. Entonces, una mejor definición del equilibrio entre el trabajo y la vida personal sería poder dedicarse al trabajo cuando sea necesario y poder aprovechar el tiempo en familia cuando sea importante.

¿Cómo encontrar trabajos con ese balance?

Encuentra las políticas oficiales.

El sitio web de recursos humanos es un buen lugar para comenzar a buscar políticas oficiales que afecten el equilibrio entre la vida personal y laboral. Los beneficios formales, como los horarios flexibles, la licencia por enfermedad personal y/o para dependientes (además del tiempo de vacaciones), así como la licencia parental remunerada, sugieren que el empleador valora a sus empleados.



Haz preguntas durante el proceso de entrevista.

Una forma de saber cómo una empresa apoya el balance entre la vida personal y laboral es simplemente preguntar. Pregunta sobre el tiempo libre, las expectativas para responder correos electrónicos fuera del horario laboral y lo que en sus mentes hace que un empleado tenga éxito. También puedes preguntar qué rasgos poseen los empleados más exitosos de esa empresa.

Verifica con tus conexiones

Revisa tus conexiones de LinkedIn y ve si conoces a alguien que conozca a algún ex empleado. Solicita una presentación y luego comunícate con el ex empleado para ver si estaría dispuesto a hablar por teléfono durante 15 minutos. Para obtener el resultado más honesto, debes intentar hablar con él en persona o por teléfono; la mayoría de las personas son cautelosas a la hora de criticar a un ex empleador por escrito.

Evalúa el lugar de trabajo físico.

La apariencia y el ambiente general de un lugar de trabajo pueden decir mucho sobre la cultura laboral y el potencial para un buen balance entre el trabajo y la vida personal. Al final de una entrevista, solicita un recorrido; es una solicitud razonable incluso para entrevistas remotas. Mientras recorres la oficina, busca evidencia de una vida fuera del trabajo, por ejemplo, salas dedicadas a la lactancia materna, y compara qué tan ocupado está el lugar de trabajo con la hora del día.

Lee entre líneas.

Quizás más importante que lo que dice tu gerente de contratación sobre un lugar de trabajo es lo que no dice. Si has hecho una pregunta sobre las políticas de vacaciones o el día personal ocasional y has recibido una respuesta poco directa, toma nota. En otras palabras, si te encuentras leyendo entre líneas, confía en tus instintos.

Acecha un poco en línea.

El viejo Google y las redes sociales ofrecen una mina de oro de información personal. Querrás elegir tres niveles de personas para verificar: un ejecutivo, un gerente y un empleado de nivel inicial. Asegúrate de que una de estas personas sea tu jefe potencial.

Quieres buscar algunas cosas: ¿Se desahogan frecuentemente sobre el trabajo? ¿O publican estados sobre cómo trabajan durante los fines de semana y días festivos? ¿Hay fotos de vacaciones? ¿Más de una vez al año?


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Bienestar

Ayurveda: la salud basada en el balance

  • 11 junio, 2023
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Santo Domingo.- Hace más de 3,000 años en la India surge un sistema de medicina natural, al que llamaron Ayurveda. Se basa en la creencia de que la salud y el bienestar dependen de un delicado equilibrio entre la mente, el cuerpo y el espíritu. Sigue leyendo para aprender más de este sistema y si deberías implementarlo en tu vida.

La palabra «Ayurveda» se deriva del sánscrito y significa «ciencia de la vida». Basado en la idea de que la enfermedad se debe a un desequilibrio o estrés en la conciencia de una persona, Ayurveda fomenta ciertas intervenciones en el estilo de vida y terapias naturales para recuperar el equilibrio entre el cuerpo, la mente, el espíritu y el medio ambiente.

Su objetivo principal es promover la buena salud, no combatir las enfermedades. El equilibrio se logra con la ayuda de una dieta saludable, un sueño reparador, ejercicio regular y manejo del estrés. Entre las cosas que pueden alterar este equilibrio se encuentran los defectos genéticos o de nacimiento, las lesiones, el cambio climático y estacional, la edad y sus emociones.

En la India, el Ayurveda se considera una forma de atención médica, igual a la medicina occidental convencional, la medicina tradicional china, la medicina naturopática y la medicina homeopática. Los practicantes de Ayurveda en India reciben capacitación institucionalizada y reconocida por el estado.



Se estima que el 80% de la población de la India de 1200 millones de personas utiliza algún tipo de medicina ayurvédica tradicional. Sin embargo, se han realizado muy pocos estudios rigurosos que cumplan con los estándares occidentales de validez científica.

El tratamiento de Ayurveda comienza con un proceso de purificación interna, seguido de una dieta especial, remedios a base de hierbas, terapia de masajes, yoga y meditación. Los objetivos del tratamiento ayudan a la persona mediante la eliminación de impurezas, la reducción de los síntomas, el aumento de la resistencia a las enfermedades, la reducción de las preocupaciones y el aumento de la armonía en la vida.

Las hierbas y otras plantas, incluidos los aceites y las especias comunes, se usan mucho en el tratamiento ayurvédico. Los estudiantes de la terapia Ayurveda creen que todo en el universo, vivo o muerto, está conectado. Los conceptos de interconexión universal, la constitución del cuerpo (prakriti) y las fuerzas vitales (doshas) son la base principal de la medicina ayurvédica.

Cada individuo es único, y Ayurveda define la constitución específica de una persona, o prakriti. Según Ayurveda, estos prakriti determinan tus rasgos físicos, psicológicos, conductuales e inmunológicos. Las diferentes constituciones responden a diferentes tratamientos, por lo que lo que funciona para usted puede no funcionar para otra persona.

Quienes practican Ayurveda creen que cada persona está compuesta por cinco elementos básicos que se encuentran en el universo: espacio, aire, fuego, agua y tierra. Estos se combinan en el cuerpo humano para formar tres fuerzas o energías vitales, llamadas doshas. Estos controlan cómo funciona tu cuerpo. Son Vata dosha (espacio y aire); pitta dosha (fuego y agua); y Kapha dosha (agua y tierra).

Cuando los doshas están desequilibrados, se produce la enfermedad. Aquellos que practican Ayurveda creen que Vata dosha es el más poderoso de los tres doshas. De acuerdo con la filosofía Ayurveda, Vata controla el flujo de movimiento en tu cuerpo y mente. Controla funciones corporales muy básicas, como cómo se dividen las células. Vata determina tu flexibilidad, el movimiento de tus músculos y articulaciones, tu flujo sanguíneo y la forma en que respiras.

Pitta dosha (fuego) está asociado con el verano. Esta energía controla tu digestión, metabolismo (qué tan bien descomponen los alimentos) y ciertas hormonas que están relacionadas con tu apetito. Si eres dominante en pitta, tiendes a ser dominante en liderazgo, competitivo, de voluntad fuerte, confiado y enfocado.

Kapha dosha (tierra y agua) se asocia con la primavera y el otoño húmedo, lluvioso y fangoso. Esta fuerza vital controla el crecimiento muscular, la fuerza y estabilidad del cuerpo, el peso y el sistema inmunológico. Si eres dominante en kapha, puedes sentirte cómoda siguiendo una rutina.

A través de la medicina ayurvédica, puedes comprender mejor tu constitución y luego puedes realizar cambios conscientes para mejorar el equilibrio de tus doshas, lo que podría mejorar tu salud en general. Un médico ayurvédico creará un plan de tratamiento diseñado específicamente para ti.

Tendrán en cuenta tu composición física y emocional única, tu fuerza vital principal y el equilibrio entre estos tres elementos. Por ejemplo, si vata es tu dosha dominante, naturalmente puedes sentir más frío, lo que podría aumentar los niveles de ansiedad y provocar un sueño deficiente.


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Profesión

¿Estamos en el principio del fin del hustle culture?

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Santo Domingo.- En algún punto de la década pasada (dígase, entre el 2010 y el año innombrable) surgió un movimiento de una manera -en inicios- silenciosa, pero que, cuando colidó con el marketing, nos arropó desde todas las esquinas, casi como el polvo del Sahara lo hace ahora.

Entra el hustle culture. Un fenómeno que le “vio el lado positivo” a las crisis económicas de la época que hicieron que los profesionales (específicamente, los millenials) tomaran más de una fuente de ingresos y romantizaran todo el estrés que esto conlleva, hablando claro.

Este movimiento social moderno conoció a su aliada ideal, como si Batman conociera a Robin… pero vestida de rosado y con tacones: la cultura del girlboss.

Fuimos bombardeadas con blogs estilo revistas digitales en diferentes plataformas (como el mismo GirlBoss de Sophia Amoruso, lanzado en el 2017) y nos convertimos en el público meta de todas las marcas dirigidas a mujeres, atrayéndonos hacia este discurso, una taza con las palabras “U got this” y “Female CEO” a la vez.



Surgió un infinito mar de podcasts sobre empoderamiento femenino mezclado a la vida laboral y el mundo corporativo. Conectamos con las primeras influencers que usaban blazers y tacones , demostrándonos como son madres de 3 niños y logran malabarear esto con ser la líder de un exitoso negocio y -¡también!- ser una bestseller, invitada a todos los talkshows.

Con este dúo legendario, pasamos de “Tengo dos o tres trabajos porque los necesito” a “Tengo múltiples fuentes de ingreso ¡Y soy celebrada por eso!”. Con la premisa de que las mujeres lo podemos todo, sumado al “la gente joven lo puede todo”, estar dentro del llamado “hustle culture” se convirtió en una métrica de nuestra valía.

Un giro en los acontecimientos

Sin embargo, en esta nueva década, algo en el pensamiento colectivo cambió. No es que mágicamente dejamos de buscar nuevos trabajos y más fuentes que nuestros 9 a 5, pero si se agregaron ciertas preguntas:

“Espérate un momento, ¿Yo de verdad me estoy pasando los días enteros trabajando? ¿Cuánto tiempo tengo sin ver a mis amigos o mi familia? ¿De verdad necesito decirle que sí a todas las ‘picotas’? ¿En algún momento sentiré que mi ingreso es suficiente? ¿Me estoy priorizando?”

Y aquí, empezó el principio del fin de la cultura del joseo.

En buen dominicano, ya no tamo’ cogiendo esa

La conversación está cambiando y estamos empezando a poner el balance como una prioridad. Estas condiciones nuevas han cambiado aspectos cruciales de nuestras vidas (por ejemplo, las modalidades híbridas en los trabajos y las necesidades de horarios flexibles) y han significado un cambio en la forma en que los medios de comunicación se dirigen hacia sus consumidores.

Las empresas han pasado de lucrarse de la constante búsqueda de validación de las personas a parecer un defensor de la calidad de su vida y el balance que puedan encontrar entre sus deberes y sus derechos.

Incluso, las respuestas de los usuarios han cambiado. En las plataformas digitales, hemos empezado a ver como el contenido creado por las personas está resultando en una mezcla interesante entre “Soy una mujer con tres trabajos, una relación y una vida social” a “¿Tú sabes qué? Unas vacaciones desconectada del mundo cada 4 meses es justo y necesario…¡Y cuidao’ si me hablan de trabajo los fines de semana!”

En fin, hasta la belleza cansa y todo en exceso es malo

Al final de cuentas, lo que descubrimos es que ser abanderadas del trabajo incansable no es sostenible en el tiempo.

¡Pero no nos confundamos! porque una cosa no quita la otra. Todavía necesitamos las conversaciones alrededor del empoderamiento femenino, de las búsqueda de estabilidad económica y el alcance del éxito (sin importar cuál sea nuestra perspectiva). Lo que este tema nos ha enseñado es que no es que dejemos de ‘josear’ por lo que queremos, pero si es importante detenernos, respirar, descansar…y buscar un balance.

Porque siempre debemos ir detrás de lo que queremos y salir victoriosas en la carrera hacia el éxito… sin dejar que nuestra salud y estabilidad mental no nos acompañen en la línea de meta.


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Volando al ras

Poema: Saldo

  • 8 octubre, 2015
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Sufro. Ya no estás, ya te fuiste,
pero no me importa, porque te gocé.
Te gocé, como se gozan las cosas ricas e intensas.
Te bebí de un solo sorbo y te vuelvo a consumir cada vez que te recuerdo.
 
¡No me importa!, pues te amé como solo aman los locos,
los neuróticos, los desterrados y los obsesivos.
Anduve cada esquina de tu cuerpo, me revelé en el pico más alto de tu anatomía
y desde allí, me lancé al más escandaloso de los abismos.
Hambrienta, me desbordé por tus contornos,
me enjuagué la boca con el rumor de tu saliva,
y saboreé todos tus gritos, los finos y los sordos.
 
¡Sí! Ahora lloro, pero el olor de tu obsesión empedernida
se retuerce en cada espacio de mi casa,
¡sí!, te bebí, ¡sí! te derroché como si sobraras,
te toqué ahí, donde nadie sospechaba que había agua,
y desaté todos tus nudos, y desenvolví tu espalda.
Poco me importa si el llanto me recorra las sienes, o si la cordura me abandona, despiadada.
 
No estás, pero tu impronta se hizo eterna.
Tu melodía me resuena, tu carcajada me persigue
y tus motivos me manejan.  ¡Qué importa que ya no estés!,
si un equivalente de tu pecho me late entre las costillas
si de mi pelo se desprenden bosquejos de tu sonrisa,
iluminando las rutas donde tu memoria habita.
 
¡Qué importa!, si te amé, si puedo morir mañana y me moriré completa,
muero con la boca llena, de tu palabra, de tu canto.
Si puedo presumirte mientras muchos te ignoran,
¡o peor!, ni te imaginan. No pueden ni concebirte como idea.
Pobre de los idiotas, que por no saber dar contigo
deambulan en una vida prestada, una vida de sonidos amorfos
huecos y saturados de vacío.
 
No estás, amante mío, pero eso ya no importa.
Si tanto te recorrí, que cuando camino te encuentro y me pierdo
mientras muero aquí, ansiosa de tu memoria, poseída por tu aroma.
Malditos los que no te saben, idiotas quienes solo te sospechan
Dichosa yo, que te tuve y te gocé
y te llevo como arete, prendido de mis orejas.
 
© Derechos de Autor Gnosis Rivera.-