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¿Qué le dirías a tu niña?

  • 11 octubre, 2021
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Santo Domingo.- Conmemoramos el Día Internacional de la Niña con esta entrevista especial que busca ser inspiración y aliento para todas aquellas niñas que nos leen. 

Estas mujeres, madres y trabajadoras éxitosas en sus campos nos recuerdan que debemos cambiarle el significado a la frase «cosas de niñas», porque ser niña no es impedimiento para ser o hacer lo que queramos. 

Cada vez más las niñas necesitan ser impulsadas para que puedan desarrollar una vida plena y convertirse en seres humanes hábiles física y mentalmente.

Tenemos que darle la oportunidad de que crezcan para tener un asiento en los espacios de toma de decisiones. Su mirada, instrucción y opinión será la voz de muchas que desean ser escuchadas. El objetivo es tener una sociedad más plural e igualitaria, que vele por el derecho de todos y todas en armonía 



La psicóloga clínica Patria Santana cuenta que,  «aunque tanto niños como niñas deben romper barreras, las niñas enfrentan mayores desafíos sobre matrimonio infantil y las uniones tempranas, la injusticia racial, la mutilación genital femenina, el acceso a la educación sobre salud sexual y reproductiva, la desigualdad en materia de formación y competencias, la salud mental, la seguridad en línea, en los espacios de recreación y en sus propios hogares (Unicef)».

Por eso se conmemora este día, una forma de visibilizar las batallas que se siguen luchando por la igualdad de género y el acceso a mejores oportunidades para niñas que les son vedadas por el hecho de ser niñas. 

día internacional de la niña

¿Cómo podemos educar niñas seguras y empoderadas?

 

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¿Cómo podemos educar niñas seguras y empoderadas?

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Santo Domingo.- ¿Por qué el Día de la Niña y no de la niñez en general? Aunque tanto niños como niñas deben romper barreras, las niñas enfrentan mayores desigualdades sobre matrimonio infantil y las uniones tempranas, la injusticia racial, la mutilación genital femenina, el acceso a la educación sobre salud sexual y reproductiva, la desigualdad en materia de formación y competencias, la salud mental, la seguridad en línea, en los espacios de recreación y en sus propios hogares (Unicef). Con esta conmemoración se quiere fomentar cada año el reconocimiento de los derechos de las niñas y dar a conocer a la opinión pública los problemas que afrontan. 

En estos tiempos, todavía se reducen los roles de la mujer, al papel de formar familia, atender los hijos y el hogar. Los modelos educativos no nos ayudan a romper estos paradigmas, obstaculizando con esto que las niñas entiendan que pueden ser lo que deseen. Sigue siendo alarmante la cantidad de niñas menores de 18 años que no estudian ni reciben capacitación, en comparación con los niños. 

Las cifras de violencia física y sexual para las niñas, sigue en ascendencia y la Covid -19, no ha hecho más que intensificar estas acciones. Sumado a esto, culturalmente muchos países tienen costumbres y legislaciones, donde por ser niña, tus derechos son discriminados o suprimidos.  

Pero la buena noticia es que el esfuerzo de muchas organizaciones no cesa en la lucha para garantizar un mundo en el que sus millones de niñas, se preparen para convertirse en una generación de mujeres líderes, autónomas, defensoras de sus derechos, seguras, felices, valientes, sanas, empoderadas, fuertes e independientes. Desde siempre, las niñas han cambiado el mundo, y esta generación puede hacerlo aún mejor. Sus avances, no solo las benefician a ellas, sino también a sus familias, sus comunidades, su nación y al mundo.



Sólo educando a nuestras niñas sobre las brechas de desigualdad de género y brindándoles herramientas para su desarrollo personal, especialmente durante su niñez y en los primeros años de la adolescencia, podemos lograr que entiendan que sus posibilidades son ilimitadas. Entonces, ¿cómo podemos educar niñas seguras y empoderadas?

  • Fomentando su autoestima

Enséñale que es capaz de hacer lo que se proponga, uéstrale una perspectiva positiva sobre sus habilidades y personalidad, aliéntala y ayúdale a desarrollar una confianza inquebrantable, ya que eso le permitirá mejorar su autoconcepto, aspecto importante para asegurar su correcto desarrollo. 

  • Rompiendo los estereotipos a través del juego

Los niños y niñas aprenden jugando. Desde muy pequeñas, podemos enseñarles sobre igualdad de género y romper esos estereotipos como que los colores tienen género o que ciertas actividades son únicamente para hombres o mujeres. Uno de los principales motivos por los que las niñas no se sienten seguras de sí mismas tiene que ver con esto, ya que se sienten obligadas a tener ciertos gustos o preferencias porque su entorno se los impone.

  • Hablándole sobre sus derechos

En la medida en que tu hija crece, habla con ella sobre sus derechos, que entienda que tanto las niñas como los niños deben tener acceso a las mismas oportunidades. Esto nos ayudará a formar agentes de cambio que reducirán la brecha de género y combatirán la violencia. Una mujer que conoce sus derechos, incluyendo sus derechos sexuales y reproductivos, sabe alejarse de las personas y situaciones que intentan violentarlos. 

  • Conversando sobre violencia

En nuestra cultura se habla poco sobre la violencia y sus manifestaciones. La violencia hacia la mujer no se trata únicamente del daño físico, también existe la manipulación psicológica, las mentiras, los insultos o el acoso. Las niñas deben aprender desde pequeñas a identificar estos tipos de violencia y alzar su voz si se ven involucradas en una de estas situaciones. 

  • Fomentando la toma de decisiones y dar su opinión

Es importante propiciar espacios donde puedan expresar su opinión y tomar decisiones, esto les ayudará a conocerse mejor a sí misma, no tener miedo de decir lo que piensan por temor a ser juzgadas y a descubrir qué les gusta o disgusta, de esta forma podrá desarrollar un criterio propio, que influirá positivamente en su desarrollo, pensamiento crítico y habilidades sociales.

  • Practicando una paternidad activa y responsable

Las madres y los padres son el principal ejemplo a seguir de las niñas y niños en la infancia. Contar con padres y madres que se involucran en su crianza es un perfecto ejemplo de igualdad de género, donde ambos asumen las mismas responsabilidades. Esto quiere decir que cualquiera de los dos puede encargarse de alimentar, cambiar pañales, jugar, hacer refuerzos positivos o corregir a las niñas desde pequeñas.

  • Potencializando sus talentos

Propicia actividades donde las niñas puedan explorar sus habilidades, destrezas, cualidades y talentos. Presta atención a las habilidades que domina y le gusta hacer en sus ratos libres, pregúntale sobre sus materias favoritas o hobbies. Cuando es capaz de reconocerlos por sí misma, se sentirá más segura y perderá el miedo de probar cosas nuevas. Las niñas deben entender desde pequeñas que, como mujeres, tienen diferentes fines y que pueden ser quienes deseen ser sin importar lo que les diga la sociedad.

  • Orientándola en su planificación a futuro

La comunicación es esencial para dirigirse hacia ellas, motívala y conviértela en una persona capaz de seguir y realizar sus sueños. Involúcrate en sus intereses y problemas, incúlcale el valor del esfuerzo y disfrute, ayúdala a centrar su foco en cosas que aporten su futuro. Es importante que puedan trazarse metas, plantearse retos y seguir sus planes.

En este Día Internacional de la Niña, aplaudamos todas las iniciativas de las organizaciones que luchan por la igualdad de derechos, celebremos a todas aquellas niñas cuya voz representa la necesidad de vivir en un mundo con igualdad de oportunidades y derechos, libres de prejuicios. Las niñas son un grupo poderoso que puede dar forma a un mundo sostenible y mejor para todas las personas.

Fuentes:

  • Plan International
  • Unicef

Sobre la autora: lic.Patria Santana

Psicóloga clínica, terapeuta sexual y de parejas.

Sobre el Centro Integral Lotus: es un espacio para el bienestar integral del individuo y la familia. Brindan asistencia, evaluación y apoyo en las distintas etapas evolutivas de la persona y el núcleo familiar. A través de un equipo multidisciplinario ofrecen servicios de psicoterapia familiar, infanto- juvenil, individual y parejas. Contactos: [email protected] 

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Familia

La hipersexualización de las niñas

  • 3 diciembre, 2016
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Teenage girls taking a picture of themselves making faces

Los padres de “Mari”, de 14 años, están muy preocupados porque han visto las últimas fotos de su hija en Instagram. Poses provocativas, insinuantes y sensuales que parecen propias de un símbolo sexual de Hollywood y no de una jovencita de 14 años educada en las mejores escuelas privadas de la capital. Últimamente esta adolescente está más interesada en su apariencia que en cualquier otra cosa. Tomarse selfies, mostrar el cuerpo, hacer poses deliberadas para destacar partes específicas del cuerpo como los labios, las caderas, los senos o los glúteos, la historia de Mari es representativa de muchas otras historias semejantes. Son tan frecuentes que ya han dejado de sorprendernos, y esta incapacidad de la situación para causarnos sorpresa es lo que nos anuncia lo grave de la situación.

El “Institute of Gender in Media” nos indica que niñas de tan solo 6 años de edad ya entienden que deben ser sensuales para ser atractivas. ¿Cómo hemos llegado aquí? Los padres no comprenden que en parte son los responsables de esta conducta; que la conducta de sus hijas es consecuencia de sus propias acciones… Pues en ocasiones son los propios padres quienes han dado pie a una cultura de hipersexualización de nuestras niñas.

Cuando hablamos de hipersexualización o sexualización de las niñas nos referimos a la insistencia, consciente o inconsciente, de tratar a las niñas como objetos sexuales, carnada sexual, o decorado sensual para el placer de la mirada masculina, no solo por los medios publicitarios y el mercadeo de productos, que les incitan e invitan a comportarse de formas no apropiadas para su edad, sino también por los mismos padres. Padres que caen en las trampas mediáticas y apertrechan a sus niñas con atavíos y accesorios de mujer adulta mercadeados para la población infantil, incluyendo pintalabios, ropa, zapatos, juguetes, accesorios. Igualmente vemos que los ídolos infantiles o “estrellas pop” se comportan, cantan y bailan como los adultos que son, sin embargo, a través del cine y programas de televisión están siendo promovidas al público infantil y las niñas son expuestas a una conducta que luego quieren imitar.



En estudios realizados se ha encontrado que los personajes femeninos en películas calificadas como G (para toda la familia) usan el mismo tipo de vestimenta que las que aparecen en películas calificadas como R (solo para adultos), igualmente la cantidad de “body exposure” en la mayoría de los casos la misma. Esta constante hipersexualización de la imagen femenina (que no opera de la misma manera ni con la misma intensidad en los varones) va calando en nuestros niños y niñas, que se forjan una imagen sexual de sí mismos y del otro.

Mucho se ha debatido acerca de este tema. Algunos argumentan que la infancia de nuestras niñas está siendo secuestrada por una cultura de hipersexualización y, por otro lado, hay quienes sostienen que los adultos estamos reaccionando con asombro a una expresión natural de las niñas que hasta ahora había sido culturalmente reprimida.

La Asociación Americana de Psicología mantiene que hay un riesgo real para las niñas. Las investigaciones afirman que “las consecuencias de la sexualización de las niñas, en gran parte por la influencia mediática, repercute de manera negativa en un desarrollo saludable”. Según el Dr. Zurbriggen, psicólogo y profesor en la Universidad de California, Santa Cruz, “tenemos amplias evidencias para concluir que la sexualización tiene efectos negativos en una variedad de dominios, incluyendo el funcionamiento cognitivo, la salud mental y física, así como en un desarrollo sexual saludable”.

La pornografía es una parte del problema, según la organización canadiense “Réseau québécois d’action pour la santé des femmes”. Las imágenes conocidas como “Soft porn” o pornografía suave son ahora concebidas como normales o típicas dentro de la cultura pop dirigida a los adolescentes (teens) y pre-adolescentes (tweens). Esta exposición conduce a que las niñas formen una autoimagen negativa, en parte por la continua comparación con unos parámetros que no son realistas y a un énfasis excesivo en la apariencia física. Por ejemplo, en un estudio realizado por la fundación Kaiser, se reporta que a la edad de 13 años 53% de niñas estadounidenses se “sienten infelices con sus cuerpos”. Este porcentaje crece a un 78% a la edad de 17 años. Otra de las consecuencias de la exposición excesiva a estas imágenes inadecuadas es la normalización de asumir a las niñas y mujeres como objetos sexuales y decorado sensual. Esta introducción temprana al ámbito sexual está robando el tiempo de juego infantil apropiado que da pie a un desarrollo adecuado de estas edades.

Como padres estamos permitiendo y favoreciendo la hipersexualización y objetificación de las niñas cada vez que nos enfocamos en la importancia de que se vea linda por encima de se muestre inteligente, es decir, que priorizamos su valor como carnada físicamente atractiva al sexo opuesto por encima de su valor como ente pensante capaz de desarrollar un potencial que desborda el ámbito reproductivo. Cuando gastamos más tiempo y dinero en llevar a la niña al salón de belleza una vez por semana para arreglarle el pelo, las uñas y obtener faciales, de lo que gastamos en promover su participación en deportes, o en adquirirle juegos (legos, robots, rompecabezas) o libros, les estamos enviando (a ellas y a los varones de su ámbito) un mensaje clarísimo. Luego nos escandalizamos de vivir una sociedad con tan alta tasa de feminicidios, atravesada por un machismo rampante que le impide una mujer, a cualquier mujer, caminar por las calles de la ciudad sin ser molestada. Y es que cuando contribuimos a la hipersexualización de nuestras niñas, ellas no son las únicas que reciben la lección.

Cada vez que pedimos o permitimos a una niña de 8 años que pose para la foto con la mano en la cintura y empujando las caderas hacia atrás o hacia un lado, con el objetivo de acentuar unos glúteos a los que le quedan muchos años todavía para adquirir la redondez de atributo sexual secundario, cuando les decimos que se tomen un selfie y ellas hacen un “duck face” y nos reímos y lo celebramos, estamos siendo partícipes de una conducta que logra a fin de cuentas robar la infancia a nuestras niñas y entrenarlas como objetos sexuales desde temprana edad.

Las redes sociales están repletas de fotos colgadas por los mismos padres y madres de niñas en poses sensuales o con vestimenta adulta y provocativa, rotuladas con frases como, “Bueeeeno… Si eso es ahora, ¿qué será de mí cuando sea mayor?”, o “Ay lo que me espera”. ¿Qué se supone que están promoviendo con esta foto los padres? ¿Acaso no se dan cuenta de que están colocando a su hija en una situación de peligro? Llamando la atención a la pose provocativa, están objetificando a su pequeña hija delante de sus seguidores y quizá proveyendo material gratuito a pedófilos. Unos años más tarde estos son los mismos padres que se muestran desesperados cuando a los 16 años la misma niña se desnuda en las redes a lo Kardashian, y se preguntan con verdadera candidez qué fue lo que hicieron mal.

Tan arraigado está este problema en nuestra sociedad que resulta imperceptible no sólo para los padres, sino para el público en general que un anuncio por ejemplo de un club juvenil deportivo nos muestra a una joven con un vestido ceñido al cuerpo, exhibiendo muslos y piernas mientras afinca contra el suelo un balón de soccer. La más somera lectura de este anuncio, revela cuáles son las prioridades que valora la institución a la hora de proyectar una imagen que los represente: no es su primacía en el deporte, puesto que la niña no lleva uniforme deportivo, y ciertamente no es la calidad de su educación ni el entrenamiento intelectual que brinda. La valla resultaría menos incongruente si estuviera anunciando una línea de ropa, una marca de cosméticos, o un club para caballeros.

Muchas veces, cuando se les confronta, quienes contribuyen de esta forma a la hipersexualización de nuestras niñas, son incapaces de ver algo malo en sus acciones o decisiones. Pero de lo que sí están muy claros es que jamás tratarían de esa forma a sus hijos varones. A ellos sí los representan como poderosos atletas; a ellos sí los animan a proyectarse como aventureros, científicos, mecánicos, ases de las finanzas, genios de las matemáticas. De ninguna manera permitimos que nuestros hijos varones se proyecten de cara a la sociedad como carnadas sexuales, en poses provocativas. De ninguna manera permitimos que nuestros hijos varones sirvan de decorado sensual. Y si estamos tan claro con nuestros hijos varones, ¿por qué con nuestras hijas el tema se vuelve menos transparente y confuso?

¿Qué podemos hacer?

Dejemos a nuestras niñas ser niñas. Hay un tiempo para todo, incluso para su despertar sexual, esa difícil época en que nuestras niñas estarán físicamente preparadas y mentalmente ansiosas por atraer al sexo opuesto (etapa para la cual, irónicamente, quienes contribuyen a la hipersexualización de nuestras niñas nunca están preparados y que reprimen ferozmente). La infancia es la etapa de la vida fundamental para el desarrollo de una autoimagen sana y una sexualidad saludable. Si interrumpimos estos procesos, empujándolas a que asuman roles adultos, estamos rompiendo un ciclo importante. Como sociedad debemos reemplazar las imágenes sexualizadas de niñas por imágenes que demuestren sus competencias y habilidades, y que sean congruentes con la etapa de la vida que están viviendo.

Rompamos con los estereotipos. Las niñas son hermosas (al igual que los niños) y no solo cuando visten lazos rosados y pintalabios de colores. Son igualmente hermosas cuando no usan ningún tipo de maquillaje y andan en ropa deportiva o jeans y camiseta. Valora el pelo y la piel de tu hija al natural. Celebra y elogia sus logros intelectuales y habilidades más que su belleza física, que es un atributo relativo y pasajero. Ayudemos a nuestros niños y niñas a desarrollar una autoimagen positiva más amplia que la estrecha imagen que ofrecen los medios comerciales. Los códigos belleza de nuestros hijos no pueden seguir siendo dictados por las revistas de moda. Debemos dialogar sobre estos mensajes y despertar a nuestros hijos e hijas de esta hipnosis colectiva. Crear conciencia de que no soy “más niña o menos niña” por usar una ropa específica o un color específico. Si de verdad creemos en una sociedad justa e igualitaria, brindemos a nuestras niñas las mismas oportunidades que a nuestros niños; no insistamos en entrenarlas desde temprano a desfilar por una pasarela para el beneficio de la mirada masculina. Nuestras niñas no son ni objetos, ni decorado, ni objetos sexuales, ni máquinas reproductivas. Nuestras niñas, como nuestros niños, son personas con vida intelectual, con potencial académico, con curiosidad científica, con deseos que sobrepasan las expectativas a las que nos ha acostumbrado una sociedad profundamente machista, y con mucho que aportar a la sociedad, local y global.

Basta de priorizar salones de belleza, pedicuras, manicuras, spas, tacones, ropa para adultos, etc. Invirtamos tiempo y dinero en el juego sano y apropiado, en las bicicletas, patines, pinceles, libros, pelotas, robots y demás… no le robes la infancia a tu hija. ¡Déjala crecer!

Recursos online:

http://www.culturereframed.org/parents-programs/

https://www.dosomething.org/us/facts/11-facts-about-body-image

Contacto: [email protected]

«Déjame Crecer» es una campaña sin fines de lucro que buscar orientar, informar y educar a padres, madres, educadores y la población en general sobre temas que afectan el desarrollo integral de nuestros hijos.

Wara González, M. Ed., Educadora, Directora General del colegio Kids Create y American School of Santo Domingo

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Ideas para decorar la habitación de los peques

  • 9 noviembre, 2015
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En momentos en los que esperamos la llegada de un nuevo miembro a la familia o simplemente queremos renovar la habitación de los peques, siempre surgen cantidades de lluvias de ideas y sugerencias que nos invaden de opciones para alcanzar dicho fin.

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La decoración de la habitación de los más pequeños de la casa puede llegar a ser un proceso muy emocionante, en el cual nos llenamos de ilusiones sobre el cómo será el resultado final en ese espacio que creamos para hacer sentir cómodos y felices a nuestros hijos.



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Esta actividad siempre nos incita a ver artículos de revistas, explorar en la web, visitar otros niños con el fin de encontrar la inspiración para decorar ese espacio ideal para nuestros hijos o hijas.

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Por tal motivo hemos recopilado una serie de consejos que pueden ayudar a estructurar esas ideas de una forma más clara y efectiva al momento de iniciar con la decoración:

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1- Si es niño o niña, escoger cuál figura o dibujo queremos para la habitación.

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2- Ya que tenemos los dibujos o figura, elegir el color, o los colores si queremos poner más de uno.

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3- En el caso de ser recién nacidos, una vez elegido los colores, es importante tomar las tonalidades pastel. Estas le dan una mayor suavidad y sutileza al espacio.

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4- Una idea buena sería decorarlo con juguetes, ya sean muñecas, en caso de ser niñas o carritos, por ejemplo, en el caso de niños.

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5- Existen muchos elementos que pueden ayudar para el proceso de decoración, se le puede agregar una pizarra para que así estos repasen sus tareas o expresen su arte (cuidando así nuestras paredes).

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Fotografías: decoracion.facilisimo.comivonnesemprunl.comguiaparadecorar.comhabitacionestematicas.com

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