Salud

Hablemos de la dismorfia corporal

  • 11 junio, 2023
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Santo Domingo.- Todas nos sentimos inseguras de vez en cuando y notamos imperfecciones en nuestro cuerpo pero cuando eso llega al extremo, al punto que afecta gravemente nuestro día a día, puede ser dismorfia corporal. Sigue leyendo para aprender más acerca de esta aflicción.

El trastorno dismórfico corporal (TDC), o dismorfia corporal, es una afección de salud mental en la que una persona pasa mucho tiempo preocupándose por los defectos de su apariencia. En la variante delirante de TDC, la falla en su apariencia es imaginada. Muchas de nosotras tenemos lo que creemos que son defectos en nuestra apariencia. Pero si tienes TDC, tu reacción a este «defecto» puede volverse abrumadora.

Las personas de cualquier edad pueden tener TDC, pero es más común en adolescentes y adultos jóvenes. Se estima que el TDC afecta del 0,7 % al 2,4 % de la población. Se cree que la causa del trastorno dismórfico corporal es una combinación de factores ambientales, psicológicos y biológicos.

Las burlas pueden crear o fomentar sentimientos de insuficiencia, vergüenza y miedo al ridículo. La dismorfia muscular, un subtipo del TDC, percibe el cuerpo como demasiado pequeño, este afecta principalmente a los hombres.



Tener TDC no significa que seas vanidosa o egoísta. Puede ser muy molesto y tener un gran impacto en tu vida. Además de pensar en las imperfecciones propias, las personas con TDC verifican y comparan repetidamente el defecto percibido y pueden adoptar rutinas inusuales para evitar el contacto social que lo expone.

Los factores que pueden contribuir al TDC incluyen: antecedentes familiares de TDC o un trastorno mental similar, niveles anormales de sustancias químicas cerebrales, tipo de personalidad, y experiencias de vida.

Es posible que tengas TDC si:

Te preocupas mucho por un área específica de tu cuerpo (particularmente tu cara).

Pasas mucho tiempo comparando tu apariencia con la de otras personas.

Te miras mucho en los espejos o evitas los espejos por completo.

Haces un gran esfuerzo para ocultar defectos, por ejemplo, pasar mucho tiempo peinándote, maquillándote o eligiendo ropa.

Pellizcas tu piel excesivamente.

Si tienes cualquiera de estos síntomas no dudes en buscar ayuda.


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Mente

Miedo y trastorno: ¿Qué harías por no envejecer?

  • 4 octubre, 2021
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Santo Domingo.- El paso del tiempo es inexorable. No hay nada ni nadie que lo detenga. Con él vienen cambios en todos los aspectos. Las energías no son las mismas y físicamente el cuerpo comienza a reflejar signos de la vida adulta. La piel se arruga, la gravedad hace de las suyas, el pelo se cae, en fin, maduramos. Ese proceso natural y normal, el de envejecer, causa furor. 

Ese furor no solo viene ocasionado por la belleza de la juventud que se va perdiendo, también de aspectos culturales occidentales que han fomentando una imagen de la tercera edad negativa donde intervienen tres factores:

1.Los cánones de belleza actuales.

2. La falta de oportunidades laborales o para participar activamente en la sociedad.



3. El auge de los procedimientos estéticos a toda costa. 

En ciertos países existe una cultura laboral discriminatoria, la cual obliga a las personas a retirarse después de los 60 años. Otro caso es que pasada esta edad la inserción laboral se hace casi imposible. Acciones reprochables que inciden en la percepción de las personas sobre «cómo es la vida» llegada cierta edad.

Miedo a envejecer

Debido a estos factores, podemos afirmar que, ya sea propio o inducido, existe en algunas personas un miedo a envejecer.

Con respecto al miedo a envejecer, la psicóloga clínica Karem González explica que podría considerarse la dismorfia corporal. Un trastorno mental de tipo de obsesivo que se vincula a la percepción e imagen física de la persona. «No necesariamente se considera un miedo tipo fobia específica, sino un rasgo obsesivo con relación a la imagen y percepción de vitalidad y fuerza», puntualiza.

De considerarse una fobia, estaríamos refiriéndonos a la gerascofobia. Un miedo irracional a envejecer y que tiene consecuencias directas en la calidad y estilo de vida de la persona. 

Procedimientos estéticos

Sobre los aspectos estéticos, podemos mencionar casos notorios de personalidades de la industria del entretenimiento que se han sometido a procedimientos que han transformado su rostro. Tal es el recordado caso de la actriz René Zellweger, quien tras su reaparición en la alfombra del ELLE Women In Hollywood Awards causó revuelo en los medios de comunicación por su apariencia casi irreconocible. 

Sobre el tema la actriz escribió una carta con el título «Lo podemos hacer mejor», donde admite haber decidio cambiar su rostro y lamentaba que la prensa se tomara el tiempo de seguir opinando sobre el cuerpo de la mujer: «…se convirtiera en tema de conversación generalizada es una desconcertante ilustración de la confusión entre noticias/entretenimiento y la fijación social por lo físico», comentaba. 

Aunque si bien es cierto que cada cuál puede decidir qué hacer o no hacer con su cuerpo o cómo se quiere ver, también entran en conversación aspectos psicológicos que incluyen la autoestima. 

Efectos 

Sobre estas conductas, González dice que han sido normalizadas por los procedimientos avanzados en estética e imagen y puede tener un efecto psicológico severo:

 -Las persona muestra una marcada preocupación ante cualquier signo de una edad avanzada. 

-Es reacio a las críticas.

-Hipersensible a las comparaciones, a la necesidad de ser alabado, aprobado, validado a través de su imagen y esto tiene de base una pobre percepción de sí mismo, una baja autoestima y una distorsión en relación a su imagen.

Ante estas distorsiones, pensamientos y emociones se recomienda siempre asistir dónde un profesional de la salud que pueda llevar un proceso de acompañamiento oportuno. Aunque, esa sería solo una cuota individual, puesto que como sociedad queda una conversación pendiente sobre la representación mediática de las minorías y las falsas autorepresentaciones que venden una imagen irreal, editada y fantasiosa de cómo se debe verse un ser humano para ser «hermoso» o «respetable». 

 

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