Etiqueta: Equidad
En las sobremesas familiares suele repetirse la frase “estos jóvenes de ahora…” con un ligero tono de resignación total. La mirada se afila y las cejas se levantan. Nos acusan de vivir en un mundo de cristal, de ser impacientes, frágiles, desconectados de la realidad. Nos llaman la peor generación.
Y yo, que he sido desobediente desde siempre, me atrevo a pensar que quizás somos la mejor. Porque hemos aprendido a decir que no, y en un mundo que premia la obediencia ciega, es una escena profundamente revolucionaria.
El Día Internacional de la Juventud no es un día cualquiera en nuestros calendarios. Es un banquete que te brinda mirar más allá de las cifras y las etiquetas, y reconocer que ser joven hoy implica moverse en medio de contradicciones imposibles. Debemos ser exitosos sin haber fracasado, estables sin haber explorado, sabios sin habernos equivocado.
La juventud ha dejado de ser una etapa para volar libremente y se ha transformado en una carrera con obstáculos ocultos junto a las presiones familiares, estructuras sociales rígidas, un sistema que premia la productividad pero descuida la salud mental y la pausa.
Y en ese contexto nace una nueva desobediencia. No es una rebeldía ruidosa ni gratuita, sino una acción consciente. Es decir que no a lo que oprime, aunque venga disfrazado de tradición o buena intención. Es rechazar el molde aunque nos lo entreguen con amor. No seguir el camino trazado si no lo sentimos nuestro. Es tener el coraje de elegir una vida diferente aunque eso implique decepcionar.

Nos educaron para complacer. Para vestirnos bonito, no alzar la voz, estudiar algo “que deje dinero”, enamorarnos de la persona “correcta”, y sonreír, siempre sonreír, incluso cuando por dentro todo tiembla. Pero algo cambió en nosotros. Tal vez por cansancio, tal vez por amor propio, tal vez por intuición. Aprendimos a ver lo que no encaja, y a decirlo, porque aprendimos a poner límites sin pedir permiso.
Nos enseñaron que desobedecer era faltar el respeto. Pero hoy sabemos que muchas veces, desobedecer es la obra más honesta de amor hacia uno mismo. Porque decir que no no es rechazo, es afirmación. Es gritar sí a nuestra identidad y a nuestros sueños.
No es fácil ser joven en estos tiempos. Somos la generación que heredó un planeta herido, sistemas inestables, y una larga cadena de silencios. Pero también somos la generación que mira de frente. Que habla de salud mental sin vergüenza. Que ama sin miedo a las etiquetas. Trabaja por la equidad, la diversidad, la justicia, incluso cuando eso incomoda a quienes prefieren el silencio. No somos perfectos, pero estamos despiertos.
Nos caemos, sí. Dudamos, también. Pero no renunciamos a sentirlo todo. A construir lo nuevo. A cuestionar lo que se nos dio sin explicación.
Ser desobediente, hoy más que nunca, es una forma de dignidad. Y no, no todos nos entenderán. Algunos seguirán repitiendo que no sabemos lo que hacemos. Pero mientras ellos se aferran a lo que fue, nosotros nos ocupamos de imaginar lo que podría ser.
Así que sí. Justo a mí, que soy desobediente, me toca decirlo: No somos la peor generación.
Somos la generación que se atreve a cambiarlo todo.
Y si eso es ser rebelde, entonces bienaventurada la rebeldía.
Con amor,
Mariale.
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Santo Domingo.- Al pararte en frente del espejo y decirte a ti misma «tengo temor de ayudar a mi pareja económicament», has confesado que es momento de mirar con lupa cada aspecto de tu relación de pareja.
Una relación de pareja se podría definir como un vínculo sentimental entre dos personas que han decidido unir sus vidas para caminar juntos en cada etapa de estas, pues como asegura la terapeuta sexual y de pareja Heidy Camilo, «las parejas se establecen para acompañamiento».
Importancia de la estabilidad económica en una relación de pareja
La economía es un tema prioritario en una pareja y siempre lo será a lo largo de su unión. Así lo confirma la experta en finanzas personales Sarah Despradel. «Dicen que el dinero no compra la felicidad pero en una relación de pareja es de gran ayuda tenerlo. Cuando hay dificultades en su manejo o un concepto sobre la poca capacidad para optimizarlo se presentan las tensiones. Las finanzas en la pareja son una de las principales causas de divorcio y no es de extrañar ya que enfrentar el tema del dinero es un tabú que viene desde la niñez y no siempre estamos abiertos a tocarlo».
«Si ayudo a mi pareja económicamente puede que me falle»
Es casi seguro que has escuchado la frase anterior salir tanto de bocas de hombres como de mujeres, pero, ¿por qué muchas personas asocian la idea de ayudar a su pareja con que esta les puede fallar?
La terapeuta sexual y de pareja Heidy Camilo nos da la respuesta. «Desde el punto de vista psicológico muchas personas asocian la acción de ayudar a su pareja con que esta les puede fallar precisamente por el temor a que se establezca una relación basada en intereses económicos».
Agrega que esto entra en contradicción con las razones reales por las que una relación de pareja se debe de establecer como el bien común, el amor, el afecto, la protección y el acompañamiento.
Este miedo de ayudar económicamente a la pareja se da tanto en hombres como en mujeres nos cuenta Camilo. «Las razones que pueden dar vida al sentimiento de miedo o mejor dicho de inseguridad se debe tal vez a lo que vemos socialmente y a malas experiencias anteriores; porque vamos a ser claros, muchas veces las personas han pasado por situaciones de pareja previas donde se han sentido utilizados, cosificados».
Hay que aprender a diferenciar entre «Cargar» y «Ayudar»
Camilo, también psicóloga clínica, nos comenta que debemos de establecer lo que es «ayudar» y lo que es «cargar», pues ayudar es acompañar cuando alguien está en una situación difícil, mientras que cargar es que el otro tiene la mínima intención de hacerse o la no intención de hacerse responsable de sí mismo y obviamente todas sus responsabilidades espera que la pareja sea quien las asuma, entonces es evidente que esto puede y va a afectar la relación de pareja.
Por otro lado, Despradel asegura que una pareja por lo general conoce tus debilidades y puede intuir cuando esa ayuda es una forma de «acomodarte» o cuando algo es un capricho o una necesidad. Ella destaca que desde aquí la motivación debería ser crear la forma de «ayudarnos» y que no sea todo en un solo sentido.
La sociedad también tiene una opinión…
Para nadie es un secreto que, la idea de que una mujer sostenga a un hombre económicamente o que aporte más dinero que él en la casa es totalmente una locura para gran parte de la sociedad en la que vivimos.
El mensaje no debería ser si la mujer o el hombre mantengan al otro, sino que se definan roles y responsabilidades donde ninguno de los dos se sienta «que se están aprovechando», por así decirlo, porque hay tareas y ayuda necesaria en el hogar que pueden ser distribuidas entre ambos, explica Despradel.
¡Las especialistas tienen mensajes para ti!
«Cuando hablamos de equidad nos podemos dividir las cosas de manera justa y dentro de esa justicia hay ganancia, cuando las parejas se perciben y perciben que la relación es justa, que la pareja es justa, entonces hay mayores posibilidades de éxito», Heidy Camiilo, terapeuta sexual y de pareja.
«Definir prioridades como equipo debe ser vital para una relación sana con el dinero. Entender qué debería ser lo más importante para lograr, tener un fondo sagrado de emergencia como pareja, definir montos para consumo ¨sin culpa¨ y visualizar qué pueden hacer para lograr bienestar en sus finanzas», Sarah Despradel, experta en finanzas personales.
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