Moda

María del Mar Bonnelly: «ser actriz me hace mejor persona»

  • 25 abril, 2022
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Una belleza física que impacta, complementada con una personalidad efervescente y llena de energía, pero enfocada y con un norte bien preciso: la actuación. María del Mar Bonnelly nos visitó desde México, país que la ha acogido para lograr sus sueños y llenar su carpeta de logros.

Vestido en seda de tirantes y cruzado de Zara, accesorios en diamantes de Laura Castillo de Diamond Tales.

“No es lo que dices, sino cómo lo dices” esta frase es considerada por la actriz y modelo, María del Mar Bonnelly como el mejor consejo que le han dado en la vida, convirtiéndose este en un impulso para actuar siempre desde el amor.

La actuación, su pasión

Vivir situaciones ajenas a su realidad y ser más empática, son parte de las maravillas que le ha brindado la actuación, oficio que desempeña en estos momentos en la ciudad de México en una de las televisoras más grandes de Latinoamérica, Televisa.

 



La familia, los amigos y la playa son tres de los elementos que más extraña de su país, República Dominicana. Sin embargo, a través de las redes sociales vemos que sigue conectada con sus raíces enseñándoles a los mexicanos el sabor del Caribe. ¡Sí que es dominicana de pura sepa!

En una pasada entrevista en exclusiva para Revestida nos comentó que le aconseja a los que tienen miedo de soñar que tengan más miedo a quedarse estancado, que al de no intentarlo. Ese sentimiento que nos frena «todos lo sentimos en algún momento, la diferencia es qué haces con el. El mundo es para los que se atreven» concluyó la actriz que triunfa en playas extranjeras. 

 

Créditos

Texto: Lisbeth Montás

Coordinación audiovisual: Laura Cabrera 

Fotografía: Eduardo Javier

Estilismo y dirección: Joselo Franjul

Maquillaje: Eliotte Casimiro

Peluquería: Elvira Sepulveda

Audiovisual: Numen RD

Agradecimiento: Chavón La Escuela de Diseño 

 


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Destinos

La Hondonada, una obra de arte natural

  • 17 agosto, 2017
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Video: cortesía de Nestor Pool

Existen lugares que no tienen explicación, como La Hondonada, una creación divina de la naturaleza que te envuelve en un éxtasis visual por sus cristalinas aguas que reflejan el majestuoso azul del cielo. Debajo de su puente natural formado por las rocas puedes disfrutar de una piscina natural para pasarte el día en esta obra de arte perfecta, ubicada en la provincia de Samaná, en la comunidad del Francés, antes de llegar a Las Galeras. Una vez te encuentres en el sector es cuestión de preguntar a los lugareños cómo llegar.

El aventutero Jon Viera nos cuenta cómo llegó. «Estaba de paso por Samaná con un grupo de amigos y La Hondonada era uno de los destinos que nunca habíamos visitado. No hay direcciones específicas para llegar, pero sabíamos que valía la pena tratar. La única pista era que estaba antes de Las Galeras, por lo que fuimos detectando lugares donde podía encontrarse y entrando en caminos de tierra y lodo tratando de localizarla. Intentamos por cuatro caminos y fue cuando nos dimos cuenta que cada intento había valido la pena».

Fotografía: Juan Morel



¿Qué puedes hacer en la Hondonada?

Tomar fotografías del paisaje, realizar un picnic familiar o con tus amigos donde pasarás un momento agradable y con una vista espectacular.

En el lugar hay una escalera por donde puedes bajar al agua si la marea está baja y se te antoja darte un chapuzón.

Fotografía: Jon Viera

«La Hondonada es uno de esos viajes en los que te das cuenta de que no necesitas ir tan lejos para maravillarte con los recursos de nuestro planeta. Allí se forma una especie de círculo en una pared de arrecife por donde pasa la marea y puedes escuchar la melodía de las olas chocando con los arrecifes como si quisieran bailar. Es definitivamente un lugar muy poco conocido que vale la pena explorar». Jon Viera (Aventurero)

No hay otra palabra para definir La Hondonada«una obra de arte».

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Viviendo

El día que decidí vivir fuera de mi país

  • 16 mayo, 2017
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Luego de vivir la experiencia de estudiar en el extranjero y regresar a República Dominicana, mi tierra natal, para tomar la decisión de irme a otro lugar; miré hacia atrás sólo para confirmar que hacer las maletas y mudarme sería otra maravillosa experiencia y una de las mejores decisiones de mi vida.

Cuando decides marcharte, conviertes tu vida en un viaje lleno de incertidumbres, empujándote a crecer de una forma extraordinaria, esta decisión logra sacar tu lado más increíble, te enfrentas a nuevos retos que afloran en ti facetas que desconocías, te sorprendes y te dejas sorprender por el mundo, aprendes y amplías tus perspectivas. Asimismo, las vivencias compuestas por algunos que otros golpes te ayudan a crecer, y comienzas a acumular recuerdos que no caben ni públicas en Instagram, y de los cuales jamás te querrás desprender.

Empezar de cero es emocionante, desafiante y tiene muchas recompensas, pero te arranca de cuajo de lo conocido, te planta en mitad de lo imprevisible y, por el camino, puedes tener “sentimientos encontrados”, de los que no estabas acostumbrada, pero que sin duda te harán más fuerte.



En ocasiones, ciertas dificultades pueden llegar a superar tus expectativas, pues al principio cualquier pequeñez podría convertirse en todo un mundo, y pienso que eso aplica sin importar el país que elijas para vivir, porque los desafíos seguirán siendo los mismos.

Sabes que acabas de llegar a un lugar desconocido, incluso aunque hayas estado de vacaciones en él, porque tu estadía ya no está orientada hacia los mismos objetivos. En esta ocasión debes encontrar hogar, trabajo, adaptarte al clima, a la cultura (esto no implica perder tu identidad), entrenar el oído al acento, al idioma, hacer nuevas amistades, aprender las convenciones sociales, sobrevivir a los trámites, adoptar una nueva visión de todo, entre otras cosas que para mí son vivencias de puro crecimiento.

Aunque hoy me siento una extranjera de esencia caribeña, feliz y agradecida, también debo decir que es una realidad eso de que los comienzos no son nada fáciles, incluso cuando el destino elegido tiene un buen clima y está compuesto por lo que no nos debe faltar montaña, sol, playa y arena.

Playa de Palma de Mallorca

En mi caso, siempre me ha gustado salir a pasear, a contemplar los paisajes, disfrutar del hermoso azul del mar Mediterráneo y sus montañas; hacer fotos de lo que me resulta interesante y bonito, andar por todas las calles, fijarme en los restaurantes y cafeterías, las colecciones que van y vienen en los museos, observar los turistas, vagabundear en busca de algunos que otros rincones y disfrutar de los platos típicos; de esa forma he logrado crear vínculos con la ciudad, y conectar con lugares especiales.

Mirador de La Foradada, Deià.

Viviendo en Palma de Mallorca, me he dado cuenta que la vida en el Mediterráneo va más allá de definir un tipo de dieta o tendencia decorativa, más bien es una forma de entender la vida misma, experiencia que me ha ayudado a comprobar mi afinidad y pasión por el ambiente cosmopolita (uno de los temas que les abordaré más adelante).

Eso sí, ha pasado un año, y ahora la alegría por poder vivir esta experiencia supera con creces cualquier contratiempo. Porque aunque estemos muy lejos de los nuestros; aunque el invierno en ocasiones llegue a ser inclemente, la satisfacción de haber podido elegir el lugar donde vivir, contar con el apoyo de tu familia y hacer lo que te gusta, es una sensación realmente gratificante y por la cual le doy gracias a Dios.

Confieso que me agrada eso de ser una eterna forastera; al fin y al cabo, esta experiencia es un lienzo donde pinto parte de mi historia. El anuncio que inquietó a la masa

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El anuncio que inquietó a la masa.

Destinos

Un viaje, tres destinos

  • 30 octubre, 2015
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El verano pasado tuve la oportunidad de viajar por el mar. En el camino conocimos tres puertos, y hoy comparto un vistazo de cada uno de ellos.

Labadee, Haití

Es un puerto ubicado en el territorio de la República Haitiana, y pertenece a la línea de cruceros Royal Caribbean International, principal promotor turístico de Haití, según fuentes externas. Es un área fundamentalmente turística que ofrece atracciones como playas, actividades acuáticas y deportes extremos, como su famoso Zipline, que no tuve el valor que probar.



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Labadee ofrece hermosas vistas con sus aguas y montañas. Es prueba de que Haití tiene todavía mucho que ofrecer.

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Recomendaciones: Aprovechar los demás tours en caso de querer conocer más de Haití. Llevar zapatos de playa (por las rocas). Comprar un souvenir.

Falmouth, Jamaica

Falmouth es un puerto que, al igual que en el caso de Haití, se encuentra casi al extremo de la capital de la isla. Su alrededor tiene aires dominicanos, aunque su cultura es totalmente diferente. Tienen atracciones acuáticas y tours extensos en los que se viaja hacia otras partes de Jamaica, aunque el tour local, que dura aproximadamente 40 minutos, introduce a los turistas a la historia y a la realidad de Falmouth.

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Paseando pudimos conocer una de sus playas, sus iglesias (que son muchas) y hasta unas cuantas palabras en su idioma, que es básicamente un “inglés machucado”, como diríamos aquí.

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Su mercado es una de las atracciones, donde comercializan innumerables artesanías, desde esculturas en madera hasta accesorios, como carteras hechas a base de coco. También disfrutamos de su música típica.

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Recomendaciones: Hacer el tour local. Aprovechar los demás tours en caso de querer conocer más de Jamaica. Comprar un souvenir (¡vale la pena!) y aprovechar que es un puerto libre de impuestos (tax-free) para comprar joyería, pues sale a buen precio.

Cozumel, México

Cozumel es una hermosa y extremadamente pequeña isla perteneciente al territorio mexicano, donde, según prometió “Moy”, el guía turístico, solo se realizaban sacrificios animales y nunca humanos durante la época Maya.

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Es una isla preciosa, que también ofrece diferentes tours hacia otras partes de México. El tour local no es un desperdicio, dura aproximadamente dos horas en las que nos pasearon por una reserva maya, probamos tortilla, chocolate y tequila artesanal (que no es lo mismo que Patrón) y presenciamos un ritual maya dramatizado.

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Además, conocimos la primera villa en la que habitaron las familias que decidieron emigrar hacia Cozumel desde México, en la época Colonial. En la villa hoy día todavía se hacen celebraciones, y es una interesante mezcla entre la historia y la actualidad. Allí compramos trajes típicos mexicanos y también venden todo tipo de artesanías, desde la icónica carabela colorida, hasta accesorios de piedras preciosas.

Recomendaciones: Hacer el tour local (¡y probar todo!). Aprovechar los demás tours en caso de querer conocer más de México. Comprar un souvenir (para llevarse un pedacito de su cultura). Llevar repelente de mosquitos.

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La experiencia fue increíble. Poder sentir el mar tan cerca es muy relajante. También, por supuesto, fue genial poder conocer aunque sea un poco de culturas diferentes a la nuestra.

Si viajas en algún crucero, estas son mis recomendaciones generales:

1. Probar los diferentes comedores y restaurantes.

2. Reservar los tours por medio del crucero, ya que es más seguro.

3. Conversar con personas de otras culturas. Es muy educativo y agradable.

4. Planificar bien los días de puertos: qué harás y cuánto tiempo tienes disponible.

5. Aprovechar los días de navegación para comprar en las tiendas del crucero, ya que no hay impuestos estos días.

 

Fotografías: Angie Khoury