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Hay algo profundamente inspirador en ver a una mujer apasionada por su trabajo, sin importar cuán arriesgado sea perseguir esa pasión. Eso es precisamente lo que Ysabela Coll nos transmite: la valentía de dar esos «saltos al vacío» que necesitamos para construir una vida con propósito. Siendo la primera mujer dominicana en dedicarse de lleno a la fotografía submarina, Ysabela nos envía un mensaje claro: vale la pena tener la valentía de perseguir nuestros sueños, por más inalcanzables que parezcan.
Hace casi un año entrevistamos a Ysabela Coll con motivo del lanzamiento de su libro y exposición Underwater, junto a su padrastro, donde lograron convertir la belleza del océano en arte. Recientemente, recibimos la noticia de que acaba de ganar el Valerie Taylor Award of Excellence, uno de los reconocimientos más destacados de la fotografía oceánica. En esta nueva entrevista, nos cuenta cómo logró capturar la imagen ganadora y los aprendizajes que ha acumulado a lo largo de su carrera.

RE: ¿Cuál fue tu primera sensación al enterarTe de haber ganado el Valerie Taylor Award of Excellence?
Ysabela Coll: ¡Ufff, qué emoción tan grande! Miles de personas enviaron sus fotografías a este concurso, y haber ganado este premio me llenó de felicidad. No solo por la importancia del reconocimiento, sino también porque sabía lo especial que era ganarlo siendo la primera mujer dominicana dedicada a esta profesión. Este logro es una muestra hermosa de que, con pasión y perseverancia, realmente podemos alcanzar nuestros sueños.
RE: Cuéntanos sobre el proceso para lograr esta fotografía tan única, que incluso fue descrita como ‘perfecta’ por fotógrafos marinos como Michael AW.
Ysabela Coll: ¡Escuchar esas palabras de Michael Aw fue un honor inmenso!
En el momento en que tomé esta fotografía, no sucedía nada extraordinario bajo el agua, así que no estaba disparando. Sin embargo, tenía el ojo en el visor y el dedo en el obturador, lista para reaccionar. Aunque lo que hizo especial esta foto fue el fenómeno inusual en el agua, lo que hizo que pudiera lograrla fue el estar lista para tomarla. No fue suerte, si no preparación, algo que me enseñó mi mentor, José Alejandro: estar siempre lista para esa foto inesperada… la que podría ser la mejor. Y esa es una de las grandes lecciones que he aprendido sobre la fotografía submarina… y la vida jaja.
RE: ¿Cuál fue la intención detrás de esta imagen y por qué consideras que fue merecedora del premio?
Ysabela Coll: Estaba tomando fotos en un sitio llamado El Cielo, en Cozumel, México, donde es común ver rayas. Aquella tarde fui con la intención de fotografiarlas al atardecer, una imagen relativamente común entre fotógrafos submarinos. Pero lo que me sorprendió ese día fueron los remolinos interminables que se formaron en la superficie del agua, algo que nunca había visto. Solo logré capturar una imagen de ese fenómeno, ya que se desvaneció en cuestión de segundos. Y eso fue lo que hizo que la imagen ganara—esos patrones infinitos en el agua, mezclados con los colores del atardecer, parecían una pintura, o como yo le puse un infinito Kaleidoscopio Submarino.

RE: Como ya hemos hablado en otras ocasiones, tu misión al fotografiar es transformar la belleza del océano en arte, buscando que la sociedad lo valore y conserve. ¿Cómo conseguiste esto con esta fotografía en particular?
Ysabela Coll: Con esta imagen quise capturar lo inesperadamente hermoso y único que es el mar, con una fotografía diferente y con ella transmitir que es algo que todos deberíamos cuidar.
RE: Siendo la primera fotógrafa submarina dominicana en ejercer esta profesión, nos gustaría saber cómo has logrado transformar tu pasión en un negocio. ¿Cuáles desafíos has enfrentado en este camino y cómo los superaste?
Ysabela Coll: Cuando me enteré de que era la primera mujer dominicana en dedicarme a esta profesión, sentí una enorme emoción y orgullo. Pero también una gran necesidad de mostrar que es una carrera que todas las que lo deseamos podemos lograr. Solo requiere mucha pasión, planificación y paciencia.
Estas han sido las mayores barreras que he enfrentado en esta carrera:
- Es una profesión muy costosa.
El equipo fotográfico profesional, los buceos, los viajes… todo representa una inversión muy grande. Y como muchas carreras de nicho, toma tiempo empezar a ver frutos. Por eso, antes de comenzar, tuve que hacer una planificación económica que me permitiera seguir mis sueños de forma sostenible.
- Es difícil de aprender.
A diferencia de otros tipos de fotografía, no hay tantas clases disponibles ni muchas personas que puedan enseñarlo en persona—aunque poco a poco, el internet ha ido abriendo puertas. Además, es una disciplina compleja, que requiere técnica, paciencia y práctica constante. En esto tuve la enorme fortuna de contar con José Alejandro—quien considero el mejor fotógrafo submarino dominicano y uno de los mejores del mundo—como mentor. Sin duda, eso ha sido clave para poder convertir mi pasión en mi profesión.
- Falta de apoyo.
Como mencioné antes, al ser una carrera tan poco común, sobre todo en nuestro país, muchas personas la ven como una mala decisión. Escuché muchos comentarios desalentadores, pero con el apoyo incondicional de mi familia y atreviéndome a seguir mi instinto. Dejarme guiar de ese impulso que me guiaba hacia mi pasión, hoy puedo confirmar que fue la mejor decisión que pude tomar.
Ojalá que dentro de pocos años seamos muchas las mujeres dominicanas apoyándonos y dedicándonos a esta increíble profesión.
RE: ¿Qué mujeres fotógrafas o artistas te han servido de inspiración en tu trayectoria?
Ysabela Coll: Más que artistas o fotógrafas, la mayor inspiración en mi trayectoria ha sido mi mamá.

En una época en la que ser una mujer aventurera era mal visto, ella siempre luchó por hacer lo que le apasionaba. Desde lanzarse en parapente para volar entre las nubes, hasta sumergirse entre grandes criaturas marinas y corrientes desafiantes, me mostró que no debía seguir lo que la sociedad dictaba que debía ser una mujer. Con cada uno de sus actos me enseñó que no debía dejar que el mundo decidiera por mí. Que ser mujer no significaba seguir un guión escrito por otros, sino escribir el mío con valentía. Me mostró que los sueños no tienen género, y que la pasión, cuando se defiende con el corazón, puede romper cualquier barrera.
Hoy, cada vez que tomo mi cámara, cada vez que me sumerjo en el mar o me enfrento a un nuevo desafío, sé que llevo dentro de mí todo lo que ella me enseñó. Esa valentía, esa libertad y esa pasión que ella vivió con tanta fuerza, han sido la brújula más poderosa en mi camino como fotógrafa… y como mujer.

RE: ¿Hay alguna especie, lugar o fenómeno marino que aún sueñes con capturar?
Ysabela Coll: Quisiera volver al Banco de la Plata, en República Dominicana, para seguir documentando a las ballenas jorobadas y la hermosa relación con sus crías. Aunque he ido varias veces, siento que aún me faltan muchos viajes más para poder capturar una imagen que logre transmitir, al mismo tiempo, la grandeza y la profunda sensibilidad de estos majestuosos mamíferos.
Pero más allá de eventos extraordinarios o especies elusivas, lo que más me emociona últimamente es fotografiar especies que ya conozco, pero desde una nueva perspectiva. Me motiva buscar formas distintas de contar sus historias, de lograr imágenes que toquen el corazón de quienes las ven, y que poco a poco ayuden a las personas a enamorarse del mar y de sus increíbles habitantes.
RE: ¿Qué consejo le darías a una mujer que busca destacarse en un área de la fotografía tan nicho como la fotografía submarina?
Ysabela Coll: La fotografía submarina es probablemente el tipo de fotografía más difícil y, además, una profesión dominada en su mayoría por hombres, especialmente en nuestro país. Estas dos circunstancias suelen desalentar a las mujeres incluso antes de intentarlo.
Después de 23 años buceando y varios dedicados a la fotografía submarina, mi mayor recomendación es intentarlo. No se necesita un equipo exageradamente caro (ni viajar a lugares exóticos, ya hay concursos que aceptan fotos de celulares y compañías que las compran). Solo hay que atreverse a probar, tener pasión y mucha paciencia. Creo firmemente que todo lo que se hace con determinación y pasión termina siendo reconocido en algún momento.

RE: Por último, ¿qué proyecto personal te emociona más en este momento?
Ysabela Coll: En Alvarez+Coll Photo, nuestra compañía de fotografía, José Alejandro y yo estamos trabajando en un proyecto muy personal y emocionante. Aunque solemos fotografiar los mares del mundo y realizamos muchos viajes fuera de nuestro país, este proyecto está dedicado a la belleza submarina de la República Dominicana. Aún no podemos revelar muchos detalles porque será el fruto de muchos años de trabajo. Nos emociona saber que estamos cada vez más cerca de su culminación.
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Santo Domingo. En el abanico de profesiones, destrezas y habilidades técnicas que una persona puede adquirir, existe una marcada división de roles de género impuestos por la sociedad. Por eso, hoy 11 de febrero se conmemora el Día Internacional de las Mujeres y las Niñas en la Ciencia.
La discusión no gira en torno a la obligación de ser o estar en una profesión u otra, ni estar en un trabajo o ser ama de casa, sino en que las niñas, adolescentes y mujeres tengan la posibilidad de escoger, si así lo desean, una carrera en las ciencias.
Pero, ¿puede alguien escoger lo que nunca se le ha presentado como una opción?
Visibilizar las ciencias en las escuelas como materia para las niñas, la celebración y recordatorio de las grandes mujeres científicas del mundo deben ser temas obligatorios en los currículos escolares. Hacerlo representaría un estímulo, un “poder ser ”.
Mujeres de Ciencia
Si hay alguna duda al respecto, solo hay que pensar en la bioquímica Margarita Salas, la física y química Marie Curie, la científica espacial Katherine Johnson, la inventora Hedy Lamarr, la física nuclear Lise Meitner, la química Rosalind Franklin y muchas otras más.
¿Las conoces?, ¿conoces sus logros? Probablemente no y eso es causa de la poca exposición de sus hallazgos.
Muchas fueron censuradas en sus épocas o sus créditos fueron robados, esto se conoce como Efecto Matilda. En honor a Matilda Joslyn Gage quien fue la primera en denunciar y escribir sobre esta falta de reconocimiento .
El 11 de febrero es un intento de parte de la Organización de las Naciones Unidas de “lograr el acceso y la participación plena y equitativa en la ciencia para las mujeres. Este Día es un recordatorio de que las mujeres y las niñas desempeñan un papel fundamental en las comunidades de ciencia y tecnología y que su participación debe fortalecerse”.
La covid-19
La crisis provocada por la covid-19 expuso nuevamente la desigualdad de género en los campos profesionales. Incluso provocó que los avances en materia de equidad de género se estancaran. Las mujeres se vieron en sus hogares con la obligación de cumplir con las tareas del hogar, que sigue siendo un estigma, y sus compromisos laborales.
Desde otro aspecto, la pandemia también ha demostrado la importancia y el aporte significativo de las mujeres científicas, quienes con sus investigaciones son un eslabón importante para combatir el virus.
La Unesco afirma que: “la brecha de género en los sectores de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (STEM) persiste desde hace años en todo el mundo. A pesar de que la participación de las mujeres en las carreras de grado superior ha aumentado enormemente, estas todavía se encuentran insuficientemente representadas en estos campos”.
En un artículo publicado por el periódico español El País, la investigadora Carmen Fenoll expone que menos del 8% de las imágenes en los libros de secundaria son de mujeres de ciencia; por la falta de referentes se percibe la ciencia como una cosa de hombres.
El 11 de febrero busca ser fuente de inspiración para todas aquellas que deseen incursionar en los campos antes descritos.
¿Qué falta?
Políticas públicas transversales que impacten directamente la educación y la forma en la que esta es llevada a la práctica. Programas de impacto de soporte, ayuda e impulse a las mujeres científicas y un interés colectivo desde los estados de visibilizar todas las mujeres, en el pasado y en el presente, que constantemente con sus hallazgos e inventos mejoran y contribuyen a que la sociedad actual tenga una mayor calidad de vida.

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Se necesitan políticas públicas transversales que impacten directamente los programas educación y la forma en que se implementan.
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