Santo Domingo.- Y ahí estas, una vez más enfrente de tu refrigerador, ya has perdido la cuenta de las veces que has ido a buscar algo de comida hoy; quizás estas triste o ansioso, pues son los sentimientos que te impulsan a comer de esa manera. Es muy probable que sufras de hambre emocional y no lo sepas…
¿Qué tanto sabes acerca del hambre emocional?
El hambre emocional se podría definir como una sensación que lleva a comer de manera impulsiva, frecuentemente alimentos calóricos y de escaso valor nutricional (que no son muy saludables) para tratar de calmar sentimientos negativos como la ansiedad, tristeza, angustia o frustración.
¿Cómo se puede diferenciar el hambre emocional del hambre real?
Según José Andrés Mateo, psicólogo general sanitario, de las Clínicas Obésitas, en el hambre real o fisiológica, la sensación de saciedad aparece tras ingerir una cantidad de alimento proporcional a las necesidades de cada persona. Estas necesidades varían en función de varios marcadores biológicos y ambientales. Mientras que el hambre emocional la sensación de saciedad aparece con mucha más latencia, y se sigue comiendo más allá de lo necesario. Se siente una sensación de descontrol, y continua incluso cuando la persona ya está llena.
Síntomas del hambre emocional
- Ingerir alimentos para aliviar el estrés o los malos sentimientos
- Comer como una celebración
- Comer como recompensa
- No puede controlar el impulso de comer
- Hambre repentina ante una situación difícil
- Comer sin tener hambre física
- La voluntad de comer alimentos específicos
- Ansiedad alimentaria
- El tiempo para comer puede ser más rápido de lo habitual
- Sentimiento de culpa después de comer
Causas del hambre emocional
Rosario Linares, psicóloga y terapeuta española, explica que para poder reducir o eliminar el hambre emocional es importante que puedas identificar las causas de tu conducta, cuales son las cosas que te provocan el hambre emocional. La experta enumera las mas comunes:
1- Manejar las emociones: comer puede ser una forma de silenciar temporalmente o «sofocar» las emociones incómodas, como la ira, el miedo, la tristeza, la ansiedad, la soledad, el resentimiento y la vergüenza. Mientras te adormeces con la comida, puedes evitar las emociones difíciles que preferirías no sentir, es como una forma de ignorar tus emociones o tener miedo de sentir y afrontar esa emoción.
2- Aburrimiento o sentimientos de vacío: Yo creo que esta es una de las razones más comunes del comer emocional. Cuando estamos aburridos o estamos haciendo una tarea repetitiva es más probable que comas como forma de distracción y de hecho lo que más se te antoja es comida alta en calorías. En cambio, cuando te sientes insatisfecho y vacío, la comida es una forma de ocupar tu boca y tu tiempo. En el momento, te puede llenar y te distrae de los sentimientos subyacentes de falta de propósito e insatisfacción con tu vida.
3- Hábitos desarrollados desde la infancia: muchos padres recurren a la comida para premiar o castigar y es así como muchas personas desarrollan este vínculo entre la comida y el manejo de ciertos comportamientos o emociones. Asimismo, muchas veces puedes comer por nostalgia o para recordar algún momento en tu infancia o en tu vida.
4- Influencias sociales: reunirse con otras personas para una comida es una excelente manera de aliviar el estrés, pero también puede llevar a comer en exceso. Es fácil excederse simplemente porque la comida está ahí o porque todos los demás están comiendo o porque estás distraído. También puedes comer en exceso en situaciones sociales por nerviosismo. O tal vez tu familia o círculo de amigos te alienten a comer en exceso, y es más fácil estar de acuerdo con el grupo.
5- Estrés: Cuando el estrés es crónico, como ocurre a menudo en nuestro mundo caótico y acelerado, tu cuerpo produce altos niveles de cortisol, la hormona del estrés. El cortisol provoca antojos de alimentos salados, dulces y fritos, alimentos que te brindan una explosión de energía y placer. Mientras más estrés descontrolado haya en tu vida, más probabilidades tendrás de recurrir a la comida para obtener alivio emocional.
Hablemos sobre las consecuencias del hambre emocional
Es importante aclarar que el hambre emocional puede surgir de manera puntual sin causar efectos perjudiciales en nuestra salud. La nutricionista Elena de la Fuente, del Hospital Quirón San José, aclara que el problema es cuando se convierte en una rutina y se tiende a gestionar las emociones a través de la comida.
Las consecuencias físicas y psicológicas son:
- Exceso de peso y alteraciones metabólicas
- Baja autoestima
- Depresión
- Insatisfacción
- Culpabilidad
- Vergüenza
- Aislamiento social
¿Cómo evitar el hambre emocional?
«Conocer cuáles son nuestros valores, necesidades, emociones, deseos, sueños y decidir cómo atenderlos. Cuando nos encontremos buscando comida y sospechemos que no es hambre real, debemos preguntarnos a nosotros mismos: ¿de qué tengo hambre realmente? Llevar la atención al estómago e identificar si siento vacío y localizo ahí el hambre», explica en el portal Quirón Salud, la especialista Elena de la Fuente.
Algunas actividades que pueden ayudar mucho al momento de prevenir el hambre emocional son: salir de paseo, leer, hacer ejercicio, ver una película, conversar, pintar y escuchar música.
¡Recomendación importante!: Si sospechas o crees que sufres de hambre emocional, puedes buscar ayuda de un nutriólogo y de un psicólogo.
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