Santo Domingo.- Es un deseo permanente en la mayoría de los humanos: ser feliz. Desde el año pasado producto del covid-19 es un anhelo que ha tomado más auge.
¿Por qué? Porque teníamos una lista de metas, especialmente profesionales, que se han tenido que reinventar. Vino una pausa consciente que nos obligó a conectar con nuestros deseos más genuinos.
En años anteriores recordamos las listas eternas de propósitos que al poco tiempo olvidamos, que no cumplimos. Si no vienen de un deseo profundo, indiscutible, nunca las alcanzarás.
Los deseos
El remeneón de la Pandemia nos ha puesto a preguntarnos ¿qué es lo que realmente quiero? ¿cuáles son las necesidades que estamos cubriendo?, ¿cuáles metas y tipos me pongo?
Como la vida misma, a todos nos golpeó de maneras distintas. Sin embargo, el concepto del éxito cambió. Soy amante de nuevos aires; al tiempo que me he resistido a ellos en algunos ámbitos o les he dado fuerza a otras. Por ejemplo, en pensar con más potencia en ser productiva.
Estas nuevas vivencias me hicieron cerrar ciclos, dejar atrás y avanzar. Ha sido un tiempo para reflexionar, de complacerme cada segundo de la vida, de ver los sueños de aquella niña que tomó otro camino (no importan las razones). De reconfirmar eso que tanto nos dicen, es cuestión de ACTITUD en gran parte.
Me he tomado un período, el que no me daba antes por las presiones sociales – o por las que me dejaba presionar- para hacer planes. Metas que me emocionan, que me generan nervios y donde no necesito competir con nadie.
Voy a mi propio ritmo. En esta nueva normalidad elijo con lo que conecto, no solo trabajo. También disfruto, soy feliz, e implemento novedades.
Mis propósitos son los que me hacen feliz.
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Sobre la autora: Dayanara Reyes Pujols es productora y conductora del programa Desafío Millennial, plataforma especializada en el estilo de vida millennial. Para escuchar otros episodios da click aquí o aquí.
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