Estamos viendo cómo figuras contemporáneas masculinas ponen de cabeza a muchos conservadores en cuanto a su masculinidad, apariencia, manejo y forma de vestir. Artistas como Camilo, Bad Bunny, Harry Styles dejan a más de uno preguntándose si no raya en lo femenino y travestido su forma de presentarse, y si esto significa una influencia negativa en generaciones posteriores. ¿Realmente esta mal que estos hombres rompan el molde de lo tradicional?
En los últimos años en el campo de la psicología y humanidades se ha adoptado un nuevo concepto para referirse a una visión menos misógina y machista del hombre, llamándose masculinidad positiva, la
misma intenta moldear una figura del hombre más abierta a aceptar y gestionar sus emociones, tener
habilidades sociales completas que den espacio a la expresión de necesidades afectivas y de
vinculación, y gozar de la libertad de no ser visto únicamente como proveedores económicos o
rescatadores.
El gran reto ha sido si esta nueva definición es aceptada por hombres, pero sobre todo por mujeres, al salir del típico estereotipo de príncipes azules.
La masculinidad positiva nos dibuja la figura de un varón sensible, empático, conversador y buen
escucha, amigo, cercano e íntimo, esta figura puede resultar absurda o incluso llegar hacer infravalorado por mujeres quienes asocian la figura de un varón a una protección y por tanto sinónimo de fuerza.
Es por esta razón que si a ese varón se le asignan atributos socialmente considerados como femeninos
como colores rosa o pastel, o uñas pintadas se escandalizarían.
La masculinidad positiva no es la feminización del hombre, es todo lo contrario, es la humanización del hombre.
¿Cuál es la diferencia?
Ciertamente hay diferencias sexuales biológicas que determinan ciertas partes de nuestro comportamiento, lo que de alguna manera influye en nuestras elecciones, relaciones y forma de ver el
mundo. Estas diferencias deben existir porque son necesarias.
No se trata de una guerra de sexos sobre cuál ofrece más ventajas a la especie, sino de vivir en armonía como seres humanos. Es por esto que masculinidad positiva humaniza al hombre, ubicándolo como un ser consciente con necesidades humanas completas que van más allá de proteger a los mas débiles.
¿Existe la masculinidad frágil?
Existe identidad frágil, esta es aquella que se basa en conceptos e introyectos, mensajes rígidos que nos dicen qué y cómo debemos hacer las cosas. Si la persona no ha tenido la oportunidad de desarrollar sus propios intereses, destrezas, talentos, y construir sus propias vivencias, miedos y logros, entonces hablamos de una identidad frágil que lo hará propenso a sostener ideas acartonadas de la realidad y el deber ser de las cosas.
Basándonos en esto, quiere decir que los modelos de masculinidad anteriores
carecían de libertad de vivir emocionalmente para los hombres.
Psíquicamente, una identidad frágil esta más asociada a enfermedades mentales y aflicciones como los
trastornos por consumo de sustancias, trastornos psicóticos, suicidios, y comportamientos psicopáticos y homicidas. Es bueno señalar que los hombres son los más afectados por la presión social cuando se trata de enfrentar problemas de salud mental ya que no cuentan con el permiso social ni con los recursos de gestionar o buscar ayuda para sus dolencias.
En el pasado otras figuras como Prince, Mick Jagger, Dennis Rodman, Elvis, y otros más atrás también
has escandalizado generaciones rompiendo paradigmas, lo que como sociedad nos ha hecho ser más
tolerantes e inclusivos. Aquellos que rompen paradigmas dejan el camino abierto para nuevas
generaciones innovadoras. Lo que nunca debemos ignorar es que todos tenemos derecho a SER y SER
ACEPTADOS.
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