«¿Qué me va a pasar si termino esta relación, doctora?», me pregunta una paciente en medio de un llanto casi inconsolable.
Y aunque no hay una respuesta precisa para tan dura pregunta, podemos hablar de las fases del duelo que todos estamos supuestos a pasar después de una ruptura amorosa. La psiquiatra Elizabeth Kübler-Ross se encargaría de definirlas para el duelo por muerte de un familiar, y fue tan magistral la clasificación que realizó, que ahora es utilizada para cualquier tipo de duelo.
Las fases del duelo
La primera etapa a vivir es la negación. Aquí le contestarás la llamada y saldrás a recibirle si tiene un ramo de rosas para ti, obviando que hace pocos días terminaron y acordaron que no se hablarían más. Sigues teniendo a su familia en WhatsApp y te envían memes como de costumbre, con su prima, su mamá y su tía. Le envías un punto o mensaje equivocado y le llamas para luego colgar porque fue sin querer. Pasas por el frente de su casa o lugar de trabajo y tienes a todas tus amigas stalkeándole en Instagram e informándote respecto a sus movimientos.
La segunda etapa es la de enfado o irá, en la cual te molestarás por todos los esfuerzos que hiciste que no funcionaron para nada. Sentirás una rabia inmensa por no haberte escuchado desde el principio o por no haber oído a esa amiga que siempre te lo dijo, porque tanto tu intención como tu BFF te enviaban alertas y tú solo te alejaste. Y así, cada vez que recuerdas aquellas conversaciones y promesas de amor que no se dieron, te molestas y con toda razón.
Luego, en la tercera etapa, la de negociación, empezarás a dar respuestas en tu mente de qué puedes hacer para sentirte mejor. Comenzarás a atar cabos y entender lo que pasó: todas esas veces que te dejó en azul, que te hizo sentir ansiedad con algo que dijo o esas veces que llegó tarde a una reunión, así como lo bonito. Todo te hace click en esta etapa, ya entiendes el porqué de sus llegadas tarde y la razón de su mal humor. Te cuestionas, pero también empiezas a actuar en pro de sentirte mejor, volver a tu rutina y qué hacer en esos días que compartías su presencia.
La cuarta etapa es la de depresión o tristeza, donde llorarás y llorarás sin nadie que te consuele (como la canción). Esto lo harás solo cuando te sientas preparada, cuando estés lista para sentirte vulnerable, para dejar atrás a esa persona que se ha ido con todo y relación. Gritarás como niña chiquita a la que le quitan su muñeca de las manos, la muñeca con la que ya no podrá jugar jamás. Un momento en el que el mundo se detiene, un momento lleno de dolor, pero necesario y obligatorio para superarlo. Permítete despedir a tu ex como quien despide a un ser que se marchó de esta tierra.
Y por último, llegará la aceptación, la etapa a la cual todas anhelamos llegar, porque sé que quieres dejar de llorar, quieres sentirte lista para amar, quieres darte una oportunidad, quieres que llegue alguien especial a tu vida, pero no hay atajos: solo cuando así lo sientas, liberarás.
Estas 5 etapas descritas por Kublër-Ross no tienen que darse en ese orden ni todas, pero es importante que te permitas atravesarlas, que valides lo que estés sintiendo y que escribas: escribir es terapéutico. De hecho, en mi ebook Diario de un duelo, la herramienta que invito a crear es un diario. Una técnica que te permite ir desahogando lo que sientes, piensas o crees. Escribe tus emociones y todo lo que quieras, pero ayúdate a liberar de alguna manera.
La ruptura amorosa
«Un duelo por ruptura amorosa debería ser una razón para ausentarse de un examen», decía una profesora de mi universidad, y es que el dolor vivido es tal, que puede nublar nuestros pensamientos e interferir en nuestros procesos cognitivos y de aprendizaje. Así que, aunque no te dejen ausentarte de tus labores, entiende que estás viviendo un proceso importante y mereces tomarte el tiempo que sea necesario para sanar.
El amor por ti misma empieza por cómo te tratas en días difíciles, así que cuando te preguntes qué va a pasar al terminar una relación, piensa que es un camino en el que la única compañía segura eres tú. Asegúrate de hacerte llevadera la travesía, tal y como se la harías a una amiga.
Que pase lo que tenga que pasar: valídate en cada parada del recorrido y sigue caminando hacia adelante, un pasito a la vez.
Sobre la autora
Eva Herbert. Psicóloga clínica y máster en Estudios de la Mujer. Apasionada de la feminidad que quiere cambiar al mundo, una mujer a la vez, y fundadora de Beauty Value, la primera plataforma de autoestima profesional en América Latina.
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