Santo Domingo.- En 1985 un bebé negro fue abandonado en un hospital de Burdeos, una ciudad francesa en la reconocida región vinera. A los cinco meses de nacido tuvo la suerte de ser adoptado por una familia que lo acogió, protegió y amó. Ese bebé es Olivier Rousteing.
Ese bebé creció y creció para tenerlo todo. Sin lugar a dudas con algunas dificultades, después de todo una persona negra criada por padres blancos al sur de Francia, tuvo algunos estigmas que superar. Además del peso emocional de saber que fue «abandonado».
A pesar de esas dificultades, ese bebé, al que llamaron Olivier, se convirtió a los 25 años de edad en el director creativo más joven al frente de una marca de alta costura desde que Yves Saint Lurent estuvo al frente de Dior con solo 21 años.
¿Cómo pasó todo?
Olivier se mudó a París y estudió en Esmod (Ecole Supérieure des Arts et Techniques de la Mode/ Escuela Superior de Artes y Técnicas de la Moda). En el 2003 fue contratado por Roberto Cavalli. Después de 8 años en la casa Cavalli se va y se une a Balmain en 2009.
En 2011 con el colapso nervioso de Christophe Decarnin, exdirector creativo de Balmain, Olivier se postula para la posición. Después de ahí todo es historia.
Olivier Rousteing revolucionó la casa de Balmain dándole un aspecto más moderno, pop y joven. Además de sacarle provecho a las redes sociales y de comprometerse a tener una visión plural. El diseñador había expresado constantemente su sorpresa de que las casas de moda fueran tan poco representativas, diversas y ese era uno de sus objetivos, uno que sin dudas, le tocaba de manera muy personal.
El Olivier de Balmain
Olivier Rousteing redefinió la figura femenina de la mujer dentro del mundo de la moda con encanto, diversión y juventud. Demostrando que el listón no le quedaba grande, sino que le ajustaba a la perfección. Logró que todo el mundo hablara de él, conquistó las portadas de las revistas y ha vestido a íconos como Jlo, Rihanna, Kim Kardashian y Beyoncé.
Identidad
El éxito, la fama y la moda viene acompañada de sus elixirs, pero también de sus penas. Olivier dijo en una entrevista para Vogue Arabia en el 2018 que, a sus 32 años era «raro» no saber de dónde venía, sus orígenes o porqué su color de piel.
Por eso el diseñador se embarcó en el documental «Wonder Boy» u «Olivier: el huérfano prodigio», cómo le llamaron en una pieza periodística, junto a la realizadora Anissa Bonnefont. Un documental emotivo y «real» en el cual el diseñador comparte el camino que recorrió en la búsqueda de sus padres biológicos y algunos de sus mejores momentos en la casa Balmain. El documental está disponible en Netflix.
Olivier es un ejemplo de talento, disciplina y pasión. Su pasado no lo define, pero sí le fortalece. Tras 10 años en la casa de Balmain muchos han sido sus logros, su lucha por la diversidad y su fuerza que habla a través de sus diseños.
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