Santo Domingo.- Algo en que todos podemos estar de acuerdo es que una ducha caliente es lo más relajante en la vida, ¡Es casi adictivo! Pero, ¿si te digo que ducharse con agua fría tiene muchos beneficios? Lo sé, no todos somos fanáticos de esta temperatura, pero debemos reconocer y darle la importancia que ameritan estos múltiples puntos. ¿Quieres saber cuáles son? te invito a seguir leyendo:
Alivia el dolor muscular
Si eres de las que les gustan ejercitarse, ¿qué haces que no tomas duchas frías? Los estudios indican que los atletas que se sumergen en agua fría durante períodos cortos después del ejercicio tienen menos dolor muscular más adelante.
La razón por la que el agua fría ayuda con el dolor es porque hace que los vasos sanguíneos se contraigan. Esto reduce el flujo de sangre al área, lo cual ayuda a reducir la hinchazón y la inflamación. Después de un largo tiempo de entrenamiento, tus músculos se relajarán y repararán.
Mejora la circulación
El factor principal por la que nos cuesta usar agua fría es porque esta tensa tu cuerpo. La respuesta natural de tu cuerpo al agua helada es que el sistema cambia al modo de supervivencia.
Cuando el agua fría golpea el cuerpo, contrae la circulación en la superficie del mismo. Esto hace que la sangre en los tejidos más profundos circule más rápidamente para mantener la temperatura corporal ideal. Este proceso activa el sistema circulatorio para reducir la inflamación y ayudar a prevenir enfermedades cardiovasculares.
Puede ayudar a aliviar los síntomas de la depresión
Sí, el agua fría puede influir en sentirte mejor. Ahora bien, no malentendamos; esta no es una cura para ninguna condición de salud mental. Pero ciertos estudios de casos sugieren que nadar abiertad en aguas frías ha ayudado a aliviar los síntomas de depresión y ansiedad en algunas personas.
Uno de esos casos incluyen aquel en el que investigadores encontraron que tomar duchas cortas de agua fría dos veces al día disminuye los síntomas depresivos.
Aumenta tu sistema inmunológico
En un estudio holandés, diversos investigadores probaron si las personas podían influir voluntariamente en su propia respuesta inmunológica mediante la inmersión del cuerpo en agua fría y los resultados a estos fueron positivos.
Cuando los participantes del estudio estuvieron expuestos a una infección bacteriana, el grupo que fue expuesto al agua fría tuvo menos síntomas. Sus cuerpos produjeron más químicos antiinflamatorios y menos citocinas proinflamatorias en respuesta a la infección.
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