Metura de KP

¿No querer dejar ir…?

  • 3 junio, 2015
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Imposible

Cuando hablamos de dejar ir, nos podemos referir a muchas cosas. Desde una persona que se nos va del lado, una etapa que pasa o algo que nos gustaba tanto y que en un momento dado perdemos.

Empero, en este caso hablo de la “actitud”. Una actitud  negativa o que nos dañe la autoestima es necesario que la soltemos, que la dejemos ir de nosotras sin remordimientos ni pesar.

A veces nos acostumbramos tanto a realizar acciones específicas en procura de que otros o un particular se sientan seguros con nosotros o ellos mismos, mientras no nos sentimos a gusto con lo que estamos haciendo en dicho momento.



¿Pero, porque no mejor procuramos sentirnos igual de a gustos con nosotros? Esa es una pregunta muy interesante que deberíamos hacernos en circunstancias en la que ese modo esté haciéndonos daño.

Como seres humanos tenemos debilidades y fortalezas, mostramos intereses e indiferencias depende del hecho, causa o acto en que nos veamos involucrados.

Al leerme, muchos dirán que este artículo no lleva a nada…pero es difícil hablar de dejar ir cosas, aspectos, sentimientos, gente, etcétera, aunque no imposible.

Nada es imposible en este mundo donde todo se puede crear y confluye… ¿Cómo lo hacemos? No hay una técnica que nos desglose los pasos que debemos seguir para ello, sino solo es iniciar y tratar de llegar al final del camino; el cual no sé sí tiene una serie de flechas en el suelo (como en algunos centros comerciales), pero sí tiene un fin.

Espero estas palabras le sirvan para reflexionar ante cualquier estado o situación por la que estén transitando.

Si quieres, nos puedes dejar tus comentarios de cómo lo llevas en procura de que otros se nutran de tus experiencias.

EnPositivo

¿De qué estás vestida?

  • 30 abril, 2014
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Al levantarnos elegimos nuestro vestuario. Muchas veces optamos por piezas que nos acomodan, si queremos estar frescos y relajados. En otras ocasiones buscamos algo que nos realce y nos haga vernos elegantes o atractivos por si queremos impresionar, seducir o conquistar.

Pero, rara vez nos detenemos a pensar de qué nos queremos ‘revestir’. Si elegimos tener un día lleno de satisfacciones, pues estamos llamados a elegir vestirnos de entusiasmo, alegría, disposición y enfoque.

Podemos vestirnos de nuestra mejor actitud, para impactar positivamente nuestra vida y la de las personas que nos rodean.



Si te das cuenta, todo es un asunto de elección, lo que pasa es que muchas veces dejamos que sean los demás que decidan por nosotros. Le damos la oportunidad a las circunstancias, a los comentarios, a los compañeros de trabajo, al jefe o jefa, al novio de que nos vista de mal humor, de inconformidad, de molestia, de frustración. Y no debe ser así.

Cada mañana decide tu vestuario, el que elegiste y quieres para ti.

Yo hoy ando vestida de alegría, de decisión, la decisión de andar de novia con la vida y seducir el mundo con determinación y a las oportunidades con perseverancia.

Por cierto tú…¿de qué estás vestida? ¿Quién te vistió?

Conmigo

Competencias peligrosas

  • 30 septiembre, 2013
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Hay quienes nunca pierden. Sea que transformen una discusión sobre manzanas en una sobre naranjas para desorientar cuando no tienen la razón, o inventen nuevas reglas para los juegos de mesa, algunos/as toman el sentido de competencia a nuevos extremos.

Este tipo de comportamiento es común en las personas con una personalidad tipo A. Según estudios que datan de los 1950, este tipo de personalidad es contraria a la denominada personalidad tipo B. Mientras las personas ‘tipo A’ son propensas a ser competitivas, llevar trabajo a casa constantemente, agobiarse y ser obsesivos con ser los mejores en su área, las personalidades tipo B son más calmados, tienen menos madera de liderazgo y no son tan obsesivos con ganar todas sus batallas.

Se ha discutido bastante sobre esta categorización de los tipos de personalidad, actualmente hay consenso en que las implicaciones de los comportamientos individuales trascienden una doble categorización tan sencilla (lo más probable es que todos tengamos un poco del tipo A y el B, dependiendo de las circunstancias).



Sin embargo, saber si tienes algunas de las actitudes asociadas con la personalidad tipo A según Meyer Friedman and Ray Rosenman (los primeros en describir estas personalidades), podrían ayudarte a saber si estás explotando el lado negativo de la naturaleza competitiva de cualquier ser humano:

* Te irritas con facilidad durante discusiones sobre temas aparentemente neutrales
* Eres temperamental
* No tomas tiempo para disfrutar tus logros
* Eres propenso/a a ser hostil, o a ofender en discusiones
* Sólo disfrutas los juegos o deportes que sabes que puedes ganar
* Hablas, caminas o comes con aceleración
Tratas de ser el/la mejor en más de una cosa a la vez

Si encuentras que tienes comportamientos idénticos a los descritos, debes recordar calmarte un poco. Si bien es cierto que la teoría original de Friedman y Rosenman de que este tipo de personalidad podría causar complicaciones cardíacas ha sido desmentida, las actitudes hostiles o agresivas no resultan en una competencia saludable, sino en la alienación de todos aquellos con los que quieres o debes relacionarte para lograr tus metas.

No se trata de no competir, sino de aprender a disfrutar el juego.

Conmigo

Eres tú misma

  • 26 julio, 2013
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«Sé tú misma», suena cliché y suena redundante. Sé tú misma. Repítelo varias veces y la frase empieza a sonar extraña. Se la oímos decir a las damas del cine y se la oímos decir a cualquiera que cree que saber dar un consejo. ¿Pero es justo? ¿Quién es esa tú misma que se supone que te dicen que tienes que ser?

El problema del consejo ese es que quien lo dice asume que no estás siendo quien se supone que eres, y que hay alguien dentro de ti que sí es «tu verdadero ser». Ese es el que gusta a todo el mundo, o el que come menos, o el que es más gracioso, o el que sabe ser más ágil en las conversaciones.

Lo que se le olvida a quien te aconseja es que ya está hablando con la ‘tú misma’ en la que quisiera que te conviertas. Quien quiera que seas; con maquillaje o sin él, extensiones o sin ellas, ‘mala’ actitud, mala en las matemáticas, tímida, demasiado extrovertida (si es que se puede ser demasiado extrovertida)–lo que sea, esa es la ‘tú misma’ de ese momento.



Es que no puedes hacer nada más auténtico que lo que sea que estés haciendo. Aún si crees–o creen–que ‘actúas ‘fuera de tu estilo’. No puedes ser menos tú más tú, porque no eres estática, no estás supuesta a alcanzar un estado perfecto de una-mismidad*, que te ata y te impide cambiar.

Si te preocupa lo que otros dicen, no te sientas mal, quizás ese es el tipo de persona que eres. Si te tiene sin cuidado, está bien también. Si te gusta seguir corrientes, ¡no hay problema! (sólo no te metas en líos) y si te gusta romper con ellas a propósito, adivinaste, tampoco pasa nada. Si no entiendes todos los chistes, pero te ríes como quiera, no dejes que te juzguen. Si siempre estás muy seria, ¡no tienes que obligarte a sonreír!

Ya eres tú misma, no dejes que nadie te diga que deberías serlo más.

*Si Shakespeare inventaba palabras, también Revestida. 🙂