Ahora que tengo tu atención, hablemos de un síndrome cultural que ataca a todas las mujeres, pero que por alguna razón que desconocemos, es más fuerte con las mujeres embarazadas y recién paridas: el peso. Podemos escribir largo y tendido sobre los cambios físicos, hormonales y emocionales por los que atraviesa la mujer cuando da vida a sus hijos: aumento del tamaño del útero para acoger a su bebé, aumento de senos que se preparan para amamantar, oscurecimiento de la piel en algunas zonas (la famosa línea negra que recorre su abdomen), etc. Por qué de todos esos cambios entendemos como sociedad que podemos y debemos enfocarnos en presionar a las mujeres después del parto, en su etapa quizás más vulnerable, para que hagan todo lo posible por bajar de peso y recuperar un cuerpo que ya no existe.
Sin correr el riesgo de inventarme las estadísticas, creo que casi todas las mujeres hemos recibido en algún momento comentarios sobre nuestro cuerpo. Las que por naturaleza permanecen más delgadas reciben dudas de su estado de gestación o de la salud de su bebé, por el pequeño tamaño de su vientre. Las que ganan más peso o hacen barrigas más grandes son víctimas de chistes de mellizos.
No pretendo con este artículo que dejen de opinar (pero puede ser buena idea mandarle esto a algunos), sino hablarte a ti mujer que recibe los comentarios y darte algunos consejos que me han funcionado a mí y a otras mujeres. Quiero invitarte hoy a hacer tres cosas: las paces con el espejo, dejar de compararte con otras, y silenciar las voces externas. Nadie más que tú conoce tus procesos y tu agenda. Eres única, tu cuerpo es único, por lo que tu camino en la vida (y en el postparto) no tiene que parecerse al de nadie más.
Si has llegado hasta aquí, te voy a complacer con el título de este artículo, y te voy a compartir 5 tips para recuperarte mejor después del parto:
5 tips para recuperarte mejor después del parto:
1. Establece una rutina que te funcione y te ayude a sentir que te cuidas a ti misma.
Esto puede ser, por ejemplo, darte un baño todas las mañanas (aunque te pongas otra pijama), incluso salir a caminar a un parque con o sin tu bebé.
2.Toma suficiente agua, y ten a mano snacks nutritivos (y no tan nutritivos), para que te alimentes bien.
3. Pide ayuda cuando la necesites.
Llama a tus amigas, pide compañía cuando la necesites. La mayoría está respetando tu espacio y ansiando saber cómo apoyarte en esta etapa. Conectar con otras mamis que estén en las mismas puede ser de gran ayuda también para consultas y desahogos de madrugada.
4. Lee, escucha podcasts.
Consume contenido que te aporte y te relaje.
5. Busca pequeños momentos de descanso
Y no, no tienen que ser el típico-pero-difícil-de-aplicar “duerme mientras tu bebé duerme”.
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