Tomar la decisión de mudarnos sola no debe surgir luego de una pelea entre hermanas o con nuestros padres, y mucho menos un capricho. Se requiere de mucho compromiso contigo misma, pues se trata de hacer de un nuevo espacio tu hogar.
Viviana (23 años), vive en un apartamento alquilado, el cual paga con ayuda de sus padres. Pero nos cuenta que de igual manera es caro y que su presupuesto ronda por los 25 mil pesos dominicanos. «Me mudé para tener mi propio espacio, además, desde pequeña he sido muy independiente».
Pero eso no quita que sintamos un ‘susto’ antes de hacer maletas. «Te haces varias preguntas relacionadas con la seguridad y el dinero, pero si eres organizada esos miedos pasan».
Vivir sola te da la facilidad de tener más libertad, te permitirás hacer esas actividades que quizás en la sala de tus padres no harías. Sin embargo, los principios que hayas adquirido en tu primer hogar se verán reflejados en este nuevo espacio. Por ejemplo, el trato con tu pareja. «Pasamos tiempo como cualquier relación donde la hija viva con sus padres», confirmó Viviana. Tampoco contemplan el hecho de hacer un lugar en su clóset para compartirlo con su pareja. «Preferimos la boda por nuestras creencias religiosas».
Ventajas de vivir sola
Violeta, con 25 años, vino de Puerto Plata a Santo Domingo a estudiar y luego a trabajar. Primero vivió en una habitación, pero al no sentirse tan independiente como quería, se mudó sola a un apartamento hasta los 27 años. Y nos dice las ventajas de esta experiencia:
– «El no tener que rendir cuentas».
– «Estoy más desinhibida. Ando por toda la casa desnuda».
– «Aunque al principio te sientes sola, te acostumbras con el tiempo».
– «Puedes improvisar ‘juntaderas’ con tus amigos».
Pero tiene sus desventajas:
– «Cuando se daña algo, no hay quien lo haga por ti. «Una vez no había agua en la cisterna y tuve que bañarme con una cubeta. Pero no quedó ahí. Cuando regresé en la noche, dejé el grifo abierto, el agua había llegado y se me inundó todo el apartamento. Si alguien hubiera estado en casa, no pasa».
– «A veces me siento sola». ¿Qué hace en ese caso? «Al principio salía. Me iba para la Zona Colonial y allá me encontraba con mis amigos».
Violeta, en la actualidad tiene 30 años y vive con su novio desde hace tres años. Cuando escuchó la pregunta de que si se casaría, aunque ya esté en la etapa de convivencia, dice que sí lo haría «pero no por los papeles, sino por el romance y la ceremonia en sí». Una viene desde su hogar con esa ilusión y le gustaría vivirla.
Asimismo como la familia te crea una fantasía de una boda tradicional y te enseña esos valores que hacen que ‘siempre tengan la razón’, también existen conflictos entre padre/madre e hijo/hija que motivan a que una ‘salga de la burbuja’.
«Puedes tener tus propias reglas y no las de tu papá y tu mamá», nos dice Valeria (23). Sin embargo, el no tener un buen respaldo económico la frena, al igual que Vilma (23) y Verónica (25).
Otras como Victoria (24) también pensaron mudarse en algún momento por problemas familiares, pero prefirieron quedarse y mejorar la relación.
Mudarte sola no es una decisión que se da por un acto de rebeldía y ya. Una buena organización, un buen ingreso y disciplina son los factores que te ayudarán a vivir el mundo real con esta gran responsabilidad que exige el vivir ‘fuera de la burbuja’.
*Todos los nombres son ficticios (excepto Virginia) por petición de las fuentes.
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