La misión de los padres en nuestra vida es la de guiarnos, amarnos y protegernos, pero ¿cómo saber hasta dónde es saludable la sobreprotección? La mayoría de las familias en nuestro país siempre tratan de sobreproteger a sus hijos para evitarles algún mal o que pasen por situaciones que ellos pasaron, sin pensar que cada cabeza es un mundo y que como dice el viejo refrán «Nadie aprende por cabeza ajena».
Lo cierto es que a veces ese amor profundo es confundido con sobreprotección y en ese camino, se pisotean unos cuentos derechos personales que no dejan al hijo vivir su vida bajo sus propios términos. Para tratar este delicado tema de la manera más profesional posible decidimos recurrir a la Psicóloga Clínica, Rosemilia García, para que nos arroje sabiduría y nos haga entender todo lo que conlleva esta crianza carcelera.
«La misión de los padres con sus hijos es protegerles, ayudarles y enseñarles las cosas necesarias para que puedan crecer y ser adultos autónomos e independientes» opina García.
La cuestión es que hoy en día se ha confundido esa protección natural que implica el ejercicio de la paternidad con una sobreprotección o un descuido de atención importante en las necesidades básicas como lo son sus vínculos afectivos y el ambiente emocional del niño/a.
La sobreprotección
Rosemilia afirma que, últimamente se ha evidenciado que de alguna manera, se ha incrustado una creencia en nuestra sociedad que para ser «buenos padres» los niños no deben de experimentar un malestar, no tienen que sufrir, no tienen que tolerar la frustración y que el rol de los padres, en cierta forma, se ha tornado a que juegan un papel casi que de «guardaespaldas» de sus hijos, volviéndolos «seres intocables».
´´Si los padres están todo el día detrás de sus hijos, protegiéndolos y evitando que comentan errores, no solo les genera una ansiedad intensa (por el miedo que le transfieren a cometer errores) sino, que también se les está castrando, incapacitándolos de ser y hacer cosas por ellos mismos´´, prosiguió la experta.
¿Qué peligros conlleva la sobreprotección?
García asegura que el resultado de esta sobreprotección o hiperpaternidad es el «hiperniño», el cual desarrolla ciertas características contraproducentes para su vida como una baja autoestima, dependencia, una baja tolerancia a la frustración, etc.
Para poder mermar esta sobreprotección, es necesario desarrollar en los padres muchas cualidades, para que desde el saber y la práctica puedan enseñarles a sus hijos desde el ejemplo. Entre estas podemos resaltar:
1- Dificultad para desarrollar sus habilidades
Con la sobreprotección estamos impidiendo el desarrollo de habilidades tan importantes como la solución de problemas, la búsqueda de alternativas y su propia autonomía.
Si algo no se practica no se mejora, por ejemplo: por más que le digas que no corra, hasta que el niño no se caiga al piso, el niño no aprenderá lo que le puede pasar si corre desenfrenadamente. Se aplica lo mismo a todo, por más que le digas a tu hijo que no quieres que salga, no entenderá hasta que salga y entienda por qué no querías o hasta que le expliques el por qué no quieres, ese ´´no quiero porque no me da la gana´´, no es para nada saludable.
2- Dependencia
La sobreprotección solo crea niños dependientes, por ende, futuros adultos dependientes de sus papis. Al cuidarlos tanto, se quiebra su autonomía personal, autoestima y toma de decisiones
3- Inseguridad
Al no dejarlos tomar ninguna decisión por si solos, estaremos creando seres nerviosos, indecisos e inseguros; personas que sin tu autoaprobación no pueden fluir en su día a día.
4– Miedo a fallar
Por más que los cuides, tus criaturas fallarán. Mostrarles que asumir los errores de las decisiones que se tome, debería ser normal. Tiene que aprender a sufrir lo que viene con sus decisiones, sino pensará que sus errores son tuyos.
Claves para fomentar la autonomía de nuestros hijos
- Sustituir el miedo por la confianza
¡Se debe cambiar el chip! Debes pensar que tus hijos sí son capaces y podrán con todo y mucho más. Regálale esa oportunidad de tu confianza y de equivocarse, verás como lo agradecerás con los años.
- Pensar juntos soluciones
Cuando pase por situaciones malas o incómodas, trata de sentarte con él o ella, de la manera más abierta y amigable posible, pregúntale ¿Cómo crees que podemos solucionar esto? Dale el chance de pensar por si mismo, no juzgues. Luego de escuchar lo que piensa puedes darle tu opinión.
- No te conviertas en carcelera
No es sano, no es bueno. La «controladera» de permisos para salir y la cohibición de horas para hacerlo, solo crean seres miedosos e inseguros que solo esperaran un descuido para escapar de la cárcel y hacer lo que en realidad quieren. Esta más que comprobado que cuando le prohíbes algo a un hijo, solo estas potenciando sus ganas de hacerlo. Dale confianza, le subirá incluso el autoestima.
- Trata de abrir tu mente
Los tiempos han cambiado como te habrás dado cuenta, trata de educar a tu hijo como lo hicieron contigo, es un caso perdido. Trata de ser su mejor amiga, de acercarte, de escuchar y sacar tiempo para ustedes, trata de entender lo más que puedas las decisiones que tome. Intenta ponerte en su posición, apartarlo e ignorarlo solo lo alejarán más de ti.
¡Déjalos ser! No puedes tener a tus hijos en una burbuja, toda la vida. Tienes que criarlos fuera de ella, dejar que se desarrollen para prepararlos para vivir el día a día en la sociedad de la manera más óptima.
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