Santo Domingo.- Evolutivamente hablando, las mujeres nos hemos dedicado a labores domésticas y crianza. Nuestros antecesores se dividían las tareas por género y capacidades físicas otorgando a la mujer lo relativo a los hijos. En los tiempos modernos, esto aún sigue siendo así por este instinto materno-protector que sigue caracterizando en gran medida el cerebro femenino. Sin embargo, chocamos con la realidad de que socialmente las expectativas de éxito ya no son las mismas de nuestras abuelas.
Hoy por hoy, la mujer no solo es juzgada por la apariencia impecable de su marido e hijos, también es juzgada por cuánto aporta económicamente, qué tanto se cuida, cuánto se educa, etc. A pesar de que como colectivo hemos ganado derechos, no nos han quitado responsabilidades.
La sobrecarga mental
Es toda aquella actividad operando constantemente en tus pensamientos, aunque tu cuerpo esté en reposo. Un ejemplo claro y común en la cotidianidad es cuando delegas responsabilidades en tu esposo y te estresa que lo cumpla, y aunque hayas “entregado” la responsabilidad a otro, te mantienes pendiente a que se haga o que se haga bien. Esta afección, casi siempre alimentada por el deber y el perfeccionismo, es factor de riesgo a la salud mental, ya que es un cerebro que se mantiene siempre a una alta demanda.
Asimismo, el hecho de que la mayoría de los hombres no sepa ejercer su rol de padre dentro de la familia influye en que recaigan más responsabilidades sobre el sexo femenino. Los hombres no tienen una idea clara de qué se refiere mostrar afectos, ternura y diálogo con aquellos que dependen de ellos.
La sobrecarga familiar
Tiene costos personales que se proyecta en estrés y agotamiento físico y mental. Una mujer que asume toda la carga del hogar queda deshumanizada de sus necesidades más básicas como el descanso, el sueño y la alimentación. Es decir, no tiene tiempo para dedicarse a sí misma y cuando lo hace, se siente culpable.
Es importante que como mujer entiendas que es tu derecho (y tu responsabilidad) darte los permisos necesarios para descansar, desconectarte, estimular otras actividades para poder estar en capacidad de conectar y disfrutar de los tuyos.
La sobrecarga mental es una problemática real que incide en muchas dinámicas disfuncionales de relación, el sobrefuncionamiento de una de las partes NO COMPENSA la falta de acción del otro, por ende, la mejor manera de alcanzar un equilibrio no es haciendo de más, sino preocuparte menos.
Cuida de ti y de los tuyos cuidando tu salud mental.
Sobre la autora Lic. Karem González,MA.
Psicóloga clínica especialista en abordaje psicológico individual, docente universitario, y conferencista.
Durante su carrera ha participado activamente en el crecimiento científico de la psicología en República Dominicana por medio de la publicación de diversos artículos en periódicos y revistas científicas, así como presentación de ponencias y disertaciones en radio dominicana. alimentaria y problemas de identidad.
Sobre el Centro Integral Lotus: es un espacio para el bienestar integral del individuo y la familia. Brindan asistencia, evaluación y apoyo en las distintas etapas evolutivas de la persona y el núcleo familiar. A través de un equipo multidisciplinario ofrecen servicios de psicoterapia familiar, infanto- juvenil, individual y parejas. Contactos: [email protected]
Te puede interesar.
¿Son discriminadas las madres solteras?
Regalos para una mamá chic y a la moda
Mamá millennial y sus desafíos
Síguenos en las redes como @Revestidamag
Artículos Relacionados
Comentarios