Sabemos del impacto ambiental que provoca el tintado y confección de textiles. La demanda que hoy en día tiene la industria de la moda es tan elevada, que ya se están sintiendo las consecuencias en el medioambiente. Podemos citar el caso que sucedió en 2013 en Bangladesh, donde un edifico de 8 pisos se derrumbó sobre los empleados de la fabrica textil que producía mercancías para unas treinta marcas occidentales. Alrededor de 2,000 personas resultaron heridas y unas 1,100 murieron. Pueden ver más sobre este caso en el documental llamado The True Cost del director estadounidense Andrew Morgan, publicado en el 2015.
Pero ahora no hablaremos del impacto medioambiental que ha provocado el fast fashion, sino más bien de la responsabilidad social que han tomado algunas marcas para tratar de bajar esta huella profunda en el ambiente.
H&M realizó una campaña llamada World Recycle Week, en donde los consumidores podían llevar ropa usada a más de 3,600 tiendas participantes –H&M–. Hoy, la firma dijo que pudo recaudar unas 1,100 toneladas de prendas textiles usadas para buscarle una segunda vida. Según la empresa, con esta iniciativa buscan cerrar el ciclo de vida de un tejido para no desperdiciar nada, ya que el 95 % de las miles de toneladas de productos textiles que se tiran cada año puede ser utilizado o reciclado. La campaña se realizó con el apoyo de la cantante inglesa M.I.A.
Si miramos hacia el futuro, existen tres maneras de transformar prendas no deseadas, según H&M:
- Volver a llevarlas: las prendas aún utilizables se pueden vender como ropa de segunda mano.
- Reutilizarlas: las prendas y los textiles ya viejos se pueden transformar en otros productos, como trapos de limpieza por ejemplo.
- Reciclarlas: el resto se pueden convertir en fibras textiles o se les puede dar otro uso, como material aislante por ejemplo.
Lejos de convertirnos en consumidoras inconscientes, es bueno conocer todas las vertientes de la industria de la moda, y de igual forma, cuáles son esas medidas que se están tomando para tratar de generar el menor impacto medioambiental. Hay diseñadores alrededor del mundo que tienen conciencia ecológica en la elaboración de sus prendas, y el hecho de que una firma como H&M (una de las principales generadoras de fast fashion) comience a reutilizar, quiere decir de que estamos evolucionando y vamos por buen camino.
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