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El poder de los squats

  • 8 junio, 2013
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Nada bueno llega fácil. Un buen plato tarda en cocinarse, las relaciones más bonitas requieren un poco de esfuerzo y el ejercicio es un compromiso de largo plazo. Los squats, un tipo de ejercicio, son un buen ejemplo de algo muy complicado que vale la pena.

¿Por qué es tan difícil hacer squats?

Es difícil hacer squats de la forma correcta porque requieren cierta precisión, tiempo y esfuerzo (pero sólo al principio, en serio). También porque la mayoría de nosotras las confundimos con las sentadillas que nos enseñaron de pequeñas, lo que hace que dicho ejercicio no logre el resultado esperado.

¿Por qué hacer squats es tan bueno?



* Tonifican las piernas: son perfectos para crear más resistencia y para que tus piernas se vean impecables en faldas o pantalones cortos.

*Adiós a la celulitis: el ejercicio tonifica también los muslos y glúteos, endureciéndolos y ayudándote a verte mejor.

*¡Abs!: con los squats ejercitas todo el cuerpo, ¡incluyendo tu vientre! Si lo que quieres es un vientre plano o bien definido, con este ejercicio trabajas las áreas principales de tu cuerpo, incluyendo abdominales y espalda.

¿Cómo puedo hacerlos bien?    

Para que este ejercicio tenga los resultados esperados, hay que tomar en cuenta una serie de detalles que parecen irrelevantes, pero que son la diferencia entre tonificar tu cuerpo y maltratarlo. Con estas cositas, tu rutina adquiere un nuevo matiz:

1. Asegúrate de poner los pies separados a la distancia de tus caderas.

2. No se trata de ‘bajar completamente’ hasta el piso, sino de asegurarse que tus muslos estén paralelos con el suelo.

3. Trata de que tus rodillas no vayan más lejos de los dedos de tus pies, si no es así, lo estás haciendo mal.

4. Trata de quedarte unos segundos en la posición antes de ponerte de pie.

5. ¡Sume el estómago! Aprieta tus abdominales como parte de la rutina.

6. Inclina tu espalda para crear un balance.

Y así es, ¡a trabajar por lo que quieres!