No cabe duda que la incertidumbre de los últimos meses nos ha desatado toda clase de emociones, sobre todo el estrés y la ansiedad. Debido a estas circunstancias, algunas personas han desarrollado brotes de acné o se han detonado algunos problemas de la piel que ya tenían desarrollados. Ahora bien, ¿por qué pasa todo esto? Para este artículo consultamos las opiniones de la dermatóloga Claudia Hernández y de la psicóloga Laura Rivas para que desde sus áreas del conocimiento nos expliquen las razones de este fenómeno.
El origen de todo: ¿la ansiedad?
Los trastornos de ansiedad son la enfermedad mental más común. Se estima que afecta a 284 millones de personas en el mundo. Sin embargo, tengo que destacar que no necesariamente es un diagnóstico común porque la población mundial tiene una tendencia a esta condición. Lo que ocurre es que muchos trastornos caben dentro de la sombrilla de ansiedad. Ahí se incluyen la agorafobia, el trastorno generalizado de ansiedad, fobias específicas, mutismo selectivo, entre otros. También, al igual que la mayoría de las enfermedades mentales existen factores biológicos que pueden predisponer a la persona a tener ansiedad. Al mismo tiempo, tenemos que tomar en cuenta que ciertos eventos traumáticos pueden desencadenar una condición ansiosa, nos explicó la psicóloga Laura Rivas.
¿Cuáles son los síntomas más comunes de la ansiedad?
Los síntomas de la ansiedad se dividen en cognitivos y somáticos. Por otra parte, aun cuando cognitivamente no estés tan afectado por la ansiedad puedes tener síntomas físicos, o somatizaciones, que están relacionadas con la condición.
Síntomas cognitivos:
- Rumiar. Pensamientos que se mantienen en tu mente una y otra vez. En ocasiones referentes al pasado y qué pudo haber sido distinto.
- No puedes dejar de pensar en peligros reales o imaginarios.
- Pensamientos intrusivos que parecen llegar de la nada.
Síntomas somáticos:
- Palpitaciones del corazón aun cuando estás en descanso.
- Dificultad para respirar.
- Mareo en el cual sientes que perderás conciencia en cualquier momento.
- Debilidad en las piernas.
- Presión en el pecho o en la espalda como si estuvieras siendo aplastado desde afuera.
- Dolor de cuello o los hombros.
- Dolores de cabeza y calor que sale de tu cabeza y oídos.
- Dificultad para tragar como si tuvieras algo en la garganta.
- Visión borrosa o tipo túnel.
Estos síntomas somáticos no necesitan un disparador o una causa en específico. Sin embargo, podrían ser síntomas de otras condiciones. Por eso, el psiquiatra junto al psicólogo van a determinar si estás frente a un trastorno de ansiedad u otra condición.
En ese punto es importante destacar que el tratamiento de la ansiedad puede ser a través de medicación y/o terapia, pero eso dependerá de los síntomas que se presentan y su severidad. Por cierto, si te identificas con el listado de síntomas mencionados, o no puedes manejarlos tú sola, es imperativo que busques ayuda. No tienes que manejar esta situación sola, así que acércate a un psiquiatra o psicólogo para comenzar tu proceso terapéutico.
¿Existe una relación directa entre nuestra salud mental y la apariencia de nuestra piel?
De acuerdo a Adriana Shakne, el cuerpo a través de sus órganos y los síntomas que presente nos permite explorar la personalidad y conducta humana. En otras palabras, la persona se vuelve un objeto que hay que reparar en el momento en que presenta síntomas físicos. Por eso, el deber del terapeuta no es quitarle el velo de enemigo a los síntomas, sino ver el mensaje que estos quieren transmitir.
En el caso de la piel esta es nuestra barrera contra el mundo y es flexible para permitirte ser. La piel, en lo particular expresa cómo nos sentimos, por ejemplo, avergonzados cuando nos sonrojamos ante un piropo. Sin embargo, cuando la emoción es sostenida durante días o años entonces se vuelve un factor irritativo que provoca lesiones en la piel. Por ejemplo, cuando hay mucho miedo, la persona suele presentar fallas en la piel. Por otro lado, la rabia, cuando es mal expresada suele desarrollar erupciones de presentación rápida como si fuera una alergia.
¿Qué condiciones de la piel suelen detonarse ante el estrés o la ansiedad?
«Sabemos que la piel es el órgano más grande y visible del cuerpo, se conecta con todos los órganos a través del sistema Neuro-endocrino-inmuno-cutáneo, la piel será el reflejo de lo que está pasando dentro de nuestro cuerpo, y puede mostrar los primeros signos de enfermedades sistémicas y/o autoinmunes. Es por esto que cuando tenemos estrés, ansiedad, o depresión, se presentará empeoramiento de muchas entidades dermatológicas como: acné, alopecia, dermatitis atópica y seborreica, urticaria, psoriasis, vitiligo, rosácea. Lo que llevará además a un impacto en la calidad de vida del paciente y de los cuidadores», nos explicó la dermatóloga Claudia Hernández.
¿Cómo diferenciar que se trata de acné o alergias por ansiedad?
La doctora Hernández nos contó que la forma más fácil de discernir es la siguiente: si notas que cuando tienes mucho estrés o preocupaciones aumenta o empeora tu acné, pérdida de pelo o alergias, es muy probable que ésta sea la causa. Cuando el estrés genera alteraciones visibles en la piel, entramos en un círculo vicioso, ya que notar cambios negativos en nuestro aspecto físico, contribuye a aumentar más el estrés, sumado en algunos casos a baja autoestima y depresión.⠀⠀
¿Qué productos recomiendas para personas con problemas de acné ?
El mejor tratamiento para tu acné siempre será el recetado por tu dermatólogo, que luego de evaluar tu condición y tipo de piel indicará los productos que considere tendrán los mejores resultados para ti.
Claudia Hernández, dermatóloga.
RESPIRA y cuenta hasta 10, no abandones tu rutina de piel, si sientes que no mejoras consulta tu dermatóloga para hacer algunos cambios, anímate a tener un estilo de vida saludable, y realiza actividades que te ayuden a controlar el estrés.
¿Qué actividades podemos realizar para calmar la ansiedad?
En cuanto A las actividades que puedes realizar en caso de tener esta condición o desear bajar un poco tus niveles de estrés, la psicóloga Laura Rivas, recomienda dos estrategias que ayudan bastante, éstas son el mindfulness y los planes “si/entonces”.
Puedes entrenarte en mindfulness, que es la cualidad de estar presente y completamente comprometido con lo que estamos haciendo en el momento libre de distracciones o juicio y conscienteS de nuestros pensamientos y emociones sin meternos en ellos, así como cuando entras en un gimnasio y te olvidas de todo lo que está a tu alrededor. En cada sesión te sentirás menos estrenada y más fuerte.
Por otro lado, elaborar un plan si/entonces se puede hacer en dos partes. Primero, vas a crear una lista de señales que estás rumiando como “estar inquieto o balancearse”. Luego escribirás un plan de qué actividades puedes hacer para parar esa conducta como meditación guiada, un arte plástico o llenar un diario de gratitud. Otras opciones incluyen una tarea como hacer la compra, limpiar la cocina o resolver un problema en el cual no puedes dejar de pensar. Se trata de cambiar el enfoque hacia posibles soluciones.
En ese sentido, es importante saber que para combatir la ansiedad primero necesitas estar consciente de lo que te ocurre para reportar esos síntomas al equipo clínico que trabajará contigo. La ansiedad puede manifestarse de manera muy distintas dependiendo de la persona.
De igual forma busca la vía de aprender qué eventos son disparadores para ti, así podrás tener planes para lidiar con la situación cuando se presente. También empezar un proceso terapéutico usualmente utilizando terapia cognitiva conductual disminuye la ansiedad. Mediante este enfoque, que es uno de los más usados por su efectividad, aprenderás estrategias de manejo tales como cuestionar tus pensamientos y practicar meditación o respiración controlada.
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