La educación está cambiando. Al igual que nuestra forma de relacionarnos, la pandemia ha hecho que los métodos de enseñanza se trasladen al hogar. Son muchos los padres que, en búsqueda de otras alternativas, han optado por un método ya conocido en otros países, el “homeschooling”.
¿Clases virtuales o homeschooling? ¿Lo mismo?
Varios centros educativos locales ya ofrecen la educación por medio de clases virtuales. Incluso es un método que el Ministerio de Educación implementará para el nuevo año escolar.
Sin embargo, no son lo mismo. Ximena Sánchez y Francesca Cordero, del centro educativo certificado en homeschooling Mena’s After School, destacan que en este método un padre, tutor o maestro online imparte las clases con un sistema más individual.
En comparación, las clases virtuales ya tienen un programa establecido y suelen llevar la metodología tradicional a lo digital.
El homeschooling es de uno a uno, explican. El padre o tutor elige qué y cómo aprenderán los pequeños. Sin embargo, requiere de una supervisión fuera del programa para garantizar el enfoque del estudiante, en especial los más pequeños.
En el caso de Mena’s After School, ofrecen el servicio para niños de 1 a 5 años.
Beneficios y desventajas
Este método ya es conocido en otros países como Estados Unidos, Canadá y Chile. De acuerdo a la publicación científica International Conference on Meaningful Education, este método tiene los siguientes beneficios:
-El estudiante puede sentirse más cómodo lo que potencia su creatividad y libertad a la hora de expresar sus ideas.
-Es flexible. Se adapta a las necesidades de cada persona y puede ser impartido desde cualquier lugar.
-Ayuda a los niños a crecer más, a entenderse a sí mismos y a su rol en el mundo real con libertad de expresión, a rechazar o acoger ciertos valores sin temer recibir un reproche de los amigos.
Como todo, este método también tiene desventajas. La publicación cita dificultades para trabajar en equipo, para desarrollar el liderazgo o problemas para ser más competitivos.
También menciona que puede ocurrir un efecto inverso, el niño no desarrolla independencia por sentir el «dominio» de los padres.
Aquí entra la importancia de la supervisión, acompañamiento y guía de otras personas capacitadas o instituciones externas que puedan identificar cualquier problema y solucionarlo.
Al final, la decisión de un método u otro queda de cada padre y las necesidades que requiera su pequeño.
¿Y la socialización?
Esta es quizás la duda más grande de muchos padres: ¿dónde queda la socialización con los demás niños?
Varios estudios han comprobado que la educación en casa no necesariamente tiene un impacto en la forma de socializar de los pequeño.
En el blog médico Psycology Today, Kyle D. Pruett, profesor de psicología clínica de la Universidad de Yale, establece que la socialización “es una habilidad que se enseña desde la infancia, mucho antes de que las escuelas abran sus puertas a los estudiantes. La escolarización puede jugar un papel, pero no el poderoso o siempre positivo que se asume con tanta frecuencia».
Pone como ejemplo un estudio publicado en la revista científica Public Interest. Se encontró que los niños educados en casa se adaptan bien a las situaciones sociales. Al final todo proviene las circunstancias que le rodean.
Nueva normalidad: toca desde casa
Como nos contó Ximena, estudiar desde casa ya es y será parte de nuestra nueva normalidad (ya sea con clases virtuales o homeschooling) y los padres deben adaptarse a esto, “todos nos estamos adaptando, todos estamos aprendiendo y desaprendiendo cosas que sí funcionaban en clases presenciales, todos somos nuevos y hay que tener empatía los unos con los otros, no todos tenemos las mismas opciones”.
Agrega que lo socioemocional viene desde casa, “viene de los sentimientos de confianza, seguridad, amistad, afecto y humor y eso es un trabajo familiar. Los niños son esponjas y absorben el estado de ánimo de las personas que lo rodean diariamente”.
Nos compartió algunos consejos para esos padres preocupados por la parte social y emocional de sus hijos en estas nuevas clases virtuales:
-Antes de ir al trabajo realicen los check-ins emocionales diariamente, esto les permitirá saber primero, cómo se sienten sus hijos en el día y segundo, qué tan dispuestos estarán durante sus clases virtuales.
-Tengan breaks durante el día. Los que necesiten los niños no los que imponga el colegio, es mejor tener un niño feliz en su proceso académico que un niño frustrado odiando la virtualidad (que va para largo).
-Organicen “juntaderas” o espacios virtuales para sus hijos con sus amiguitos, con juegos, vean una película o hagan ejercicio juntos. ¿Si no sacamos este tiempito para ellos con quién van a socializar? Ofrezcan ese espacio seguro de acuerdo a su edad y desarrollo.
-Ustedes háganlo también con otros padres para darles apoyo o incluso desahogarse, estoy segura de que saldrán soluciones o estrategias que les están funcionando a otros que puedes utilizar.
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