¿Cómo voy a hacer para que este niño se atreva a probar alimentos nuevos? Esta es una pregunta que recibo muy a menudo, y que yo misma me hago habitualmente. La respuesta siempre me lleva a otras preguntas, ¿por qué este niño no quiere probar alimentos nuevos? ¿Ha aprendido que es algo que le desagrada mucho?
De las preguntas, pasamos a la acción: “pues vamos a enseñarle a su cuerpo, para que el proceso no le sea tan desagradable.
El “Plan de Acción” que sugiero, incluye el niño:
¿Cree que lo vamos a engañar o forzar porque ya le ha pasado antes? Pues vamos a enseñarle que puede confiar en los alimentos, descubrir nuevos sabores de su agrado y aprender a sentirse seguro con sus decisiones.
- Vemos que no puede masticar bien los alimentos, entonces, vamos a enseñarle a mover las partes involucradas (labios, lengua, dientes) y trabajar con él niño para que pueda desbaratar los alimentos dentro de su boca;
- ¿No ha tenido oportunidad de tener los alimentos delante y tener interacción el mismo con ellos?, ¿no los conoce? Vamos a ayudarle a participar de rutinas saludables donde se potencien sus habilidades.
- ¿Se ha acostumbrado a comer siempre lo mismo y prefiere las texturas y sabores similares, frecuentes en su rutina diaria? Vamos a darle oportunidad de ampliar su menú con alimentos parecidos y poco a poco ir pasando a más variedad.
En todos estos pasos, como han leído, la respuesta común en cada acción es: VAMOS A ENSEÑARLE.

Muchos de ustedes se han sentido identificados con una o varias de las preguntas anteriores. Ánimo, voy a presentarles algunas prácticas para ponerle solución y darles herramientas para aprender cómo ayudar a los niños en este desafío.
Reemplazar el forzar a comer, para enfocarnos en enseñar
Enseñarle a su cuerpo que no tiene que ser tan desagradable la interacción con los alimentos
Muchas personas tienen sentidos muy perceptibles a las sensaciones y eso en la alimentación puede ser un problema, porque comer es la actividad que más sentidos involucra. Pero hay solución, es darle práctica poco a poco al cuerpo para que vaya aprendiendo a modular como recibe esas sensaciones.

Vamos a hacer muchos juegos con alimentos, motivarlos a “jugar”, explorar con los sentidos y los alimentos pero pasito a pasito, empezando por sólo mirar. Pasando después a interactuar con cubiertos, oler, tocar con las manos, tocar con la boca. Hay muchas cosas que pueden hacerse con los alimentos antes de pasar a probar y comer. Es divertirse, explorar, descubrir, antes de probar.
Enseñarle a confiar en los alimentos
Lo primero es no forzar a comer si lo están haciendo actualmente. Aunque no parezca, entrarle los alimentos en la boca mientras lo distraen es forzar y engañar para que pruebe la primera bocada también es forzar. Incluso estar repitiéndole “prueba,” “come,” ya es para muchos niños una sensación negativa que los lleva a decir “no” sin siquiera haber visto lo que se les ofrece.
¿Qué tal si cambiamos la palabra “come,” “prueba” por preguntas sobre los alimentos ¿de qué color es? ¿a qué se parece? ¿Cómo se siente si lo tocas? El primer objetivo no es que lo coma, sino que confíe en los alimentos y se motive a querer probarlos.
ATENCIÓN: esta recomendación, de no decirle prueba y come, es para niños que tienen problemas para interactuar con los alimentos en los pasos más básicos como mirar, interactuar, tocar. Es decir si los niños no tienen problemas para interactuar con los alimentos y simplemente nos están diciendo que prefieren ciertos alimentos, podemos tener ciertas estrategias para ayudarles a probar y comer; ¡hasta yo preferiría comer pizza todo el día en vez de frutas y vegetales! ESTÉN ATENTOS a las motivaciones de su niño. En ningún caso se vale forzar, pero quizás tu niño no necesita los pasos de interacción y sí necesita firmeza en lo que se le ofrece.
Enseñarle a participar de rutinas positivas y naturales de comer
Me gusta poner un ejemplo comparativo con montar bicicleta, el primer paso es tener la bicicleta, el tiempo en que la montarás, quien te ayude y enseñe, y empezar a intentarlo, aunque sea por poco rato y con rueditas.

Así mismo, en el proceso de aprender a comer, primero debemos crear los momentos en los cuales el niño tendrá la oportunidad de aprender a comer. Recomiendo que piensen en la forma más natural que se aprende, viendo a los demás comer y disfrutarlo. Facilitar el ambiente adecuado, natural, de disfrute común.
Sé que con una vida atareada y horarios complejos y demandantes, no es fácil. La realidad es que la mayoría de los niños comen solos, con la nana, en la escuela; han aprendido a no sentarse en la mesa y a comer o no comer de formas muy creativas, precisamente lo opuesto al ejemplo de aprender a montar la bicicleta: crear las condiciones para el intentar montar.
Es en este contexto en el cual los padres, terapeutas y cuidadores tienen la tarea más importante. El enfoque no es lo que parece imposible, sino los pequeños cambios que SÍ pueden ir haciéndose y, como mencionamos, “si se necesita poner rueditas”, o sea, hacer adaptaciones, buscar mecanismos auxiliares, pues las “ponemos”, lo llevemos a cabo y lo practicamos.
Enseñarle a comer alimentos parecidos a los que ya come “cadena de alimentos” o Food Chaining”
Si el niño sólo come papitas fritas y quisiéramos que coma otros víveres y la papa de otras formas, vamos haciendo pequeños cambios, motivándole y cambiándole por papas fritas diferentes, yuquitas fritas, batatitas fritas, papas salteadas. Pensemos en lo que SÍ le gusta y cuáles otras cosas es posible que también le gusten.

Es probable que muchos al leer todo esto piensen que es difícil o imposible; que ya lo han intentado; que todo eso no resulta o que es muy lento. Esa respuesta es válida. Puede ser que su niño necesite ayuda profesional, que se escapa de lo que ustedes como padres o cuidadores pueden hacer. Para eso existen alternativas reales. Pueden ir implementando estas recomendaciones paulatinamente, de acuerdo con las situaciones en las cuales están, e iniciar por jugar con alimentos. Este es ya un paso extraordinario, que reduce el estrés de la hora de la comida tanto en el niño como en los cuidadores. Sigan por motivarlos a que miren las comidas, les digan el color, textura…ese es ya otro avance. Lo importante es que ENSEÑEN y permitan al niño aprender.
Te puede interesar:
10 Libros sobre productividad para este 2025
Rosa Gough: el modelo de ser mamá al doble
Más allá de los certámenes, Debbie Aflalo y su apuesta por el diseño sostenible
