En el carrera de la eterna juventud y belleza, cualquier tratamiento que prometa lograrlo se vuelve de inmediato tendencia, en esta ocasión les hablamos de un ‘lifting sin cortar’, conocido popularmente como lifting japonés o Kobido, que significa “antiguo camino de la belleza”. Este legendario masaje ha conquistando a algunos de los rostros más conocidos como el de Jennifer López quien arribó a sus 51 años, eso significa que cualquier procedimiento o dieta que haga, se vuelve religión.
Acerca del Kobido, la leyenda dice que durante siglos fue una de las terapias favoritas de las emperatrices japonesas que lucían como de porcelana. Hoy es una técnica renovada, ideal para quienes buscan quitarse unos años sin acercarse al bisturí. Este masaje milenario promete actuar en las capas más profundas de la piel, estimulando la producción de colágeno, elastina, los nervios faciales y la musculatura subcutánea, en todos los rincones del rostro.
Profundizando en el Kobido: algo no tan superficial
El kobido se realiza en cara, cráneo y cuello mediante movimientos de percusión, drenaje, vibración, estimulación, presión, relajación y reeducación muscular, que logra devolver al rostro su armonía, elevando sus facciones naturales y aportándole belleza.
Gracias a esta técnica, estas zonas se liberan de tensiones musculares, los signos de estrés desaparecen y la piel se torna más radiante, suave y tonificada. Asimismo, el Masaje Facial Japonés alivia dolores de cabeza, reduce el dolor de la articulación de la mandíbula y mejora los síntomas del bruxismo porque disminuye los efectos que tiene este trastorno en toda la zona maxilofacial. Con esta terapia, además, se atenúan algunos problemas de la piel como las manchas de la edad.
Un procedimiento (masaje) dura aproximadamente 50 minutos, y se caracteriza por la velocidad y destreza con las que se mueven las manos consiguiendo un efecto lifting inmediato y se divide en cuatro fases:
- Limpieza y el drenaje: preparan la piel y eliminan toxinas.
- Estiramiento e iluminación: aplican aceites naturales para facilitar la fricción y el deslizamiento, elevando así la piel de la cara y devolviéndole su luminosidad.
- Lifting japonés: aumentan la velocidad del masaje sin producir dolor para conseguir oxigenar y suavizar las arrugas.
- Combatir el estré: en la fase final se presionan puntos de acupuntura para combatir el estrés.
Resultados que enamoran
El resultado es el de estirar la cara pero de manera natural y manual. Entre sus beneficios también destacan, apartare de combatir el estrés (repito), aliviar las migrañas, evitar la rigidez facial, mejorar la circulación, y hasta promete favorecer la vista por el estímulo en las zonas cercanas de los ojos. Esto lo logra al revertir la conexión rota entre la cara, el cuello, el escote y el cráneo. Esta también técnica también tiene efectos terapéuticos.
La Dra. Gabriela Taveras nos resaltó su efecto estimulante en la circulación (por el efecto de drenaje linfático que tiene el masaje) y relajante.
Los vasos linfáticos son los encargados de drenar o filtrar los desechos y toxinas en todo nuestro organismo a través del sistema de circulación y también constituye nuestro sistema de defensa.
Parte de los resultados que promete, de acuerdo con la experta se deben al drenaje linfático, «una técnica en la cual mediante masajes manuales hechos en la dirección de esos vasos, ayudamos a esos desechos a circular (y drenar)».
Su efecto a nivel de la piel, específico la cara, al ayudar a este drenaje, detalla, dejara la apariencia más relajada y una piel más luminosa gracias a que dicho masaje ayuda a la circulación.
Masaje no apto para todo tipo de piel
De acuerdo con la Web Consultas, una revista de salud y bienestar, este tipo de tratamiento no es adecuado para todo el mundo. Detalla que las personas que tienen algún tipo de erupción en la piel causada por alguna alergia no deben tratarse porque podría resultarles perjudicial. Así también afirman que algunas promesas resultarían en palabras vacías en personas con algún tipo de cicatriz interna o externa reciente, ya que el terapeuta deberá evitar la zona de la cara afectada y no se conseguirá un resultado homogéneo.
Las pacientes que posean una piel excesivamente grasa, con tendencia al acné, eritrosis, o cuperosis, no está descartado, pero éste se realizará a un ritmo más lento y con una presión menos fuerte para evitar acrecentar esos problemas o provocar dolor. Eso significa que necesitarían más sesiones para obtener todos sus beneficios.
Entonces, ¿te atreves a probarlo?
Las japonesas nos han demostrado con sobras que son las verdaderas expertas en el cuidado de la piel y en preservar la belleza natural, así que cualquier promesa y propuestas que hagan (estudiadas y comprobadas), son aceptadas. ¿Cremas? Claro que sí. ¿Mascarillas? Las usaremos religiosamente. ¿Limpiezas faciales? Sí, por favor. ¿Un lifting japonés milenario que promete relajarme y hacernos lucir más joven? Sin dudarlo.
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