¿Quién diría que un cumpleaños «encerrada» la pudiera pasar bien? te cuento que así fue… Entre el trabajo, las rutinas y todo lo demás que me mantiene ocupada este día llegó sin aviso, y pues creo que esa falta de aviso y planes fue aquello que me llenó de sorpresas.
¿Cómo podemos definir si tuvimos un buen o un mal cumpleaños? cada quien cuenta con su propia regla para medir esto. Algunos se basan en la cantidad de personas que los felicitaron, otros en la cantidad de regalos que recibieron, si eran el/la más lindo/a de la noche, en conclusión todo se trata de llenar nuestras expectativas.
Pienso que son esas expectativas las que nos impiden fluir y dejar que el día nos asombre con lo que llegue. Desde muchos días antes hacemos un itinerario, creamos una lista de invitados y nos enfocamos tanto en ello que nos olvidamos de simplemente disfrutar.
Puedo decir que la pase bastante bien. No pude planear nada, evidentemente, y sin embargo me sorprendieron mis amigas con regalitos inesperados.
Recibí mensajes de viejos amigos con los cuales no hablaba desde hace tiempo, lo cual me hizo muy bien. Me tomé momentos de mi día para sentarme en el balcón a ver el cielo, eso también me hizo bien. Disfruté cada pequeño momento, y lleve mi día con calma, con una calma que hacía semanas que no tenía. Para quienes llevamos la vida con prisa, este día, y esta cuarentena, nos da razones para tomar pausas.
Un cumpleaños en cuarentena no es tan terrible como pensamos, al contrario, nos da una excusa para desconectarnos de las rutinas que hemos programado, la ansiedad de las noticias y sencillamente sonreír y agradecer que tenemos el privilegio de cumplir un año más.
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