A la consciencia le gustan mucho las historias de éxito. Historias de personas que logran sus objetivos aún cuando las probabilidades están en su contra, de animales sin extremidades que cuidan a sus dueños, de gente que sobrevive a accidentes trágicos y de gente que renuncia a su trabajo para perseguir sus sueños.
A veces hacen falta esas historias, sirven de inspiración a quienes necesitan un último empujón para lograr algo grandioso. A veces también hacen daño. Distorsionan la percepción de aquellos cuyas dudas radican en inseguridades e incertidumbre sobre el futuro y confunden sobre la cantidad real de personas que verdaderamente consiguen logran sus sueños poco convencionales.
Pensemos en la industria del entretenimiento: según datos del gremio de actores de Estados Unidos (SAG), la tasa de desempleo de los actores que pertenecen al sindicato es de 85%. Las cifras son iguales en otros aspectos del mundo del cine, en la industria de la música o el Internet.
Con tanta competencia y tantas personas compartiendo las mismas ambiciones es casi imposible lograr el éxito. Entonces, ¿no deberías tener sueños? ¿No deberías perseguirlos? ¿Hay que resignarse a un trabajo que no te haga feliz pero que sea suficiente para vivir?
No necesariamente (a menos que tener suficiente para vivir sea lo que satisfaga). Lo que hay que saber es hacerse las preguntas correctas. No medir tu éxito con la misma vara de los demás, sino de acuerdo a si estás haciendo lo que verdaderamente te satisface (sea lo que sea que eso signifique). Lo que hay que saber es que quien está a cargo de sus decisiones, quien sabe lo que le conviene; es una/o mismo/a.
Si quieres empezar un blog de zapatos de papel, pero te sientes tranquila manteniendo un trabajo fijo al mismo tiempo mientras mantienes el blog, esa es tu decisión. Si decides lanzarte sin paracaídas, debes hacerte responsable del salto. Y debes asegurarte de que no lastimarás a nadie si caes.
Es cierto que muchos lo logran. Para Hiranya Fernando, fundadora de Lumiere, una agencia de servicios de entrenamiento profesional, quienes lo logran persiguen sus sueños a pesar de sus circunstancias. Quienes lo logran, no tienen opción, tengan un plan B como respaldo o no, porque su dedicación, su pasión no es condicional.
Quienes lo logran, no sueñan; hacen.
Comentarios