No importa si eres un/a amante empedernido/a del cine, o alguien que sólo ve películas cada vez que hay un eclipse, decidirse por ver un clásico de la pantalla grande es casi siempre una apuesta segura.
Tiene que haber algo mágico en el blanco y negro, en los colores gastados de esas películas de antes, en esas actuaciones a veces más dramáticas de lo que hacen falta–es que da como cosquillas sentir que todas las historias en ese tiempo eran tan nuevas, tan originales.
Si ya has visto Casablanca o La Naranja Mecánica y quedado engachada/o del ritmo y el lenguaje del cine pre teléfonos inteligentes, Internet y vida moderna, estos cinco clásicos definitivamente constituyen una lista para tomar en cuenta:
To Have and Have Not (1944)
Director: Howard Hawks
Guión: Jules Furthman, William Faulkner
Elenco: Humphrey Bogart, Walter Brennan, Lauren Bacall
País: Estados Unidos
Humphrey Bogart (el chico malo del A-list de Hollywood de la época) protagoniza este filme basado en una novela de Ernest Hemingway, a partir de un guión adaptado con la ayuda de William Faulkner (uno de los autores más importantes de la literatura sureña norteamericana).
Situada en Martinica, la cinta está plagada de muchísimas referencias a Casablanca, y es además la primera aparición en el cine de Lauren Bacall, quien se convertiría en una leyenda en los años posteriores. Básicamente, este filme es la puesta en cámara de todo lo bueno de la Edad de Oro de Hollywood. Póster dramático incluido.
Ladri di Biciclette (1948)
Director: Vittorio de Sica
Guión: Vittorio de Sica, Cesare Zavattini
Elenco: Lamberto Maggiorani, Enzo Staiola, Lianella Carell
País: Italia
Uno de los grandes clásicos del neorrealismo italiano (movimiento importante de la historia del cine), es un ejemplo del valor que tiene una buena historia.
Para abaratar costos, Vittorio de Sica, su director, utilizó personas totalmente desconocidas como sus protagonistas y grabó exclusivamente en locaciones, lo que consiguió darle cierto realismo al filme y transmitir con autenticidad la situación de pobreza y desempleo de una Italia post-guerra.
12 Angry Men (1957)
Dirección: Sidney Lumet
Guión: Reginald Rose
Elenco: Henry Fonda, Lee J. Cobb, E.G. Marshall, et. al.
País: Estados Unidos
Una película tan buena que los rusos quisieron tener su propia versión. De hecho, quizás este sea un clásico más reconocido de lo que asumimos en este artículo, pero no se puede perder la oportunidad de anotarle más fanáticos a esta joya del 57.
Es difícil de creer, pero 12 tipos sentados en una habitación discutiendo un caso por dos horas te mantendrán al borde del asiento durante toda la película, lo prometemos.
If… (1968)
Dirección: Lindsay Anderson
Guión: David Sherwin
Elenco: Malcolm McDowell, Richard Warwich, David Wood
País: Reino Unido
“If…” fue la primera película del actor Malcolm McDowell, quien es más conocido por su papel como Alex, en la Naranja Mecánica de Kubrick. Satirizando el sistema británico de internados, McDowell dirige a un grupo de estudiantes a levantar una revuelta en su colegio privado. La película recibió un certificado X (un rating que significa que no es apta para niños, pero certificado X suena mucho más misterioso), y en algún universo alterno tiene que ser el pasado secreto del personaje icónico, ‘ultra-violento’ de McDowell.
Serpico (1973)
Dirección: Sidney Lumet
Guión: Waldo Salt, Norman Wexler
Elenco: Al Pacino
País: Estados Unidos
¿Un Al Pacino joven con mucha barba dramatizando la vida real de Frank Serpico, el único oficial honesto encubierto en el departamento de policía de New York en los 70? ¿Por qué no verías esto?
Sidney Lumet, de 12 Angry Men, también dirigió este otro clásico de la lista. La actuación de Pacino le mereció una nominación a los Premios de la Academia, y la película fue nominada a varios premios. ¿Hay que decir más?
My Dinner with Andre (1981)
Dirección: Louis Malle
Guión: Andre Gregory, Wallace Shawn
Elenco: Andre Gregory, Wallace Shawn
País: Estados Unidos
Wallace Shawn y Andre Gregory, actores y dramaturgos, escriben y actúan en esta película sobre dos actores y dramaturgos teniendo una conversación en un restaurant en New York. Esa es toda la película.
Lo interesante es que aunque los escritores basaron los diálogos en sus vidas personales, los personajes en la pantalla no se suponen que son su versión de la vida real. Eso confunde a cualquiera lo suficiente para dar ganas de verla.
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