Cepillarnos es parte de nuestra rutina diaria, y todos pensamos que lo hacemos a la perfección –quizás por llevarnos del dicho “la práctica hace al maestro”–. Sin embargo, según la Dra. Priscila Solís (Periodoncista-Implantóloga) co-propietaria de Vitadens Clinic, el comentario más frecuente tras recibir la IHO (Instrucción de Higiene Oral) en la consulta odontológica es: “nunca nadie me había enseñado eso”. Menciona dos razones de por qué el comentario:
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El odontólogo de hoy no es el de ayer. En la actualidad se promueve la consulta interdisciplinaria y especializada, cada odontólogo sabe mucho de una sola cosa, y no, poco de muchas cosas, como los odontólogos de antes. Nuestros grandes maestros se formaron en una escuela donde no existían las especialidades y por ende todos hacían de todo. Actualmente eso no sucede, se promueve la interconsulta, tener un equipo de trabajo donde cada quien haga lo suyo y donde existan todas las especialidades de la odontología.
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Cada paciente es distinto. Si entendemos este precepto nos podremos dar cuenta que la misma técnica de cepillado no será efectiva para todos los pacientes, ya que, como cada paciente es distinto, cada paciente tiene una boca y dientes distintos y por ende necesidades especificas.
Solís recalca que el odontólogo capacitado para dar IHO es el periodoncista, ya que es el especialista formado en el manejo de tejidos duros y blandos, entiéndase, huesos y encías, y encargado de tratar las enfermedades de las encías como la gingivitis y periodontitis. Se prefiere que sea el primer especialista en evaluar a los pacientes adultos, ya que, para realizar cualquier tratamiento las encías deben estar sanas.
Ahora concéntrate en recordar cómo te cepillas cada día, ya que la Dra. Solís ha numerado los cinco errores más comunes que cometemos al cepillarnos –sobre todo los que no han sido atendidos por un periodoncista–.
1- Confundir cantidad con calidad
Muchos pacientes, cuando tratamos de corregirles la técnica de cepillado, alegan que se cepillan hasta cinco veces al día, cuando actualmente está comprobado que pacientes que se cepillan 2 ó 3 veces al día, siempre y cuando lo hagan atendiendo a sus necesidades específicas, se considera suficiente para mantener una correcta higiene bucal.
2- No seleccionar los instrumentos adecuados para la higiene bucal (cepillos, pastas y enjuagues)
Esto se debe a que muchos colegas no hacen indicaciones de los instrumentos para la higiene bucal, sólo les dicen “el cepillo se cambia cada 3 meses, y recuerda usar el hilo y el enjuague”. Por lo que surgen los siguientes enunciados, ¿Para qué voy a usar el hilo si no se cómo debo usarlo?, “cuando uso el hilo sangro las encías”, “llevo mi vida entera sangrando pero es porque me cepillo muy duro”… todos los testimonios antes mencionados, nos confirman que ese paciente no ha sido atendido por el profesional indicado y justo estos son los pacientes que eligen utilizar enjuagues bucales con alcohol, auto-indicarse pastas y enjuagues, y no seleccionar el cepillo adecuado.
3- No cepillar las encías
Este es otro error grave y depende directamente de la selección del cepillo adecuado, ya que dependiendo de éste podemos hacerle daño o mantener sanas las encías.
4 – No cepillar la lengua
La lengua es la que le da el aliento a la boca y es la que almacena la mayoría de las bacterias que alojamos en la boca, por lo que estamos obligados a cepillarla cada vez que nos lavamos nuestros dientes. Nos podemos dar cuenta de que esta está sucia, cuando se pigmenta con el color de los alimentos que hemos ingerido o cuando está blanca. Una de las mayores controversias al momento de cepillar la lengua, es la náusea. Solís suele darle a todos sus pacientes el tip que les da a las embarazadas, el cual consiste en sacar la lengua lo mas que se pueda, colocar el cepillo de forma horizontal, nunca vertical, porque da la sensación de inducir al vomito, hacer barridos grandes de atrás hacia delante y mantener la respiración por cuatro segundos al momento de hacerlo. Se debe hacer esto tantas veces como sea necesario hasta que la lengua se ponga del color de sus bordes (rosa pálido).
5- Cambiar el cepillo cada tres meses porque las cerdas están desgastadas
El cepillo se cambia, pero no porque las cerdas estén en mal estado, de hecho, a los tres meses el cepillo debe estar intacto. La razón por la que debemos cambiarlo es por la gran cantidad de bacterias que se alojan en la boca, de hecho, se recomienda que tras padecer gripe o congestión se cambie el cepillo.
Si a los tres meses el cepillo está en mal estado, esto nos indica que hay una mala técnica de cepillado la cual hay que corregir de inmediato.
Esperamos que hayas evaluado tu forma de cepillado. Esta retroalimentación te servirá para reconocer cuáles son esas acciones que no favorecen tu higiene bucal.
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