Él ha explorado y conquistado cada rincón del mundo de la moda. Alfombras, pasarelas, novias, quinceañeras, líneas de uniformes… En medio de este viaje por diferentes estilos de diseño se creó un espacio en el terreno de las novias, el cual, poco a poco se fue adueñando de su ser, talvez sin darse cuenta. Fue específicamente en el 2012 “con el vestido de una clienta, Melissa Pineda, que se desató en mí la locura por las novias”. Sus 14 diseños durante este 2016 lo reconfirman y por esto el Rey de las Novias se despide oficialmente de Luis Domínguez Santo Domingo, marca de ropa genérica “y se transforma en Luis Domínguez Novias”.
Créditos: Retratos de Luis Domínguez por Roger Ramírez.
Estuvimos en su atelier y a minutos de comenzar la entrevista nos dimos cuenta de por qué sus clientas le llaman así. Su sensibilidad y nivel de detalle en el proceso de creación, realización e interacción con sus novias es lo que lo diferencia del resto de los diseñadores de moda.
“Puede que sea por mi personalidad porque yo le busco la vuelta a todo, las complazco, les soy sincero y entiendo que ellas sienten que conmigo van a lo seguro. En 15 años yo nunca he dejado una novia sin su vestido. Eso no pasa aquí en este taller”.
Construyendo la base perfecta del vestido
LD: Yo creo diseños personalizados desde cero. Lo primero que hacemos es que un año o seis meses antes de la boda nos reunimos. Ellas me explican dónde va a ser, la hora, el clima que habrá para esa fecha… Luego, viene el proceso de selección de tejidos. Ahí yo voy con el cliente vemos texturas, le digo qué es mejor para lo que ella quiere, trabajamos con el presupuesto… Después de ahí comienzan las pruebas. A medida que van pasando los meses se van haciendo pruebas básicas, se saca un patrón básico de su cuerpo, luego se modifica ese patrón y se va llevando a la silueta que queremos. Todo eso en tejidos que no tienen nada que ver con el diseño final. Cuando se crea la base perfecta, entonces se procede a cortar en la tela original del vestido. Pasamos a la etapa de entalle, y más adelante al proceso de aplicaciones (encaje, pedrería) que dura dos o tres meses.
Un mes antes de la boda el vestido está muy adelantado y ahí comienzan las pruebas continuas hasta la semana final. El vestido está prácticamente listo, pero generalmente las novias, o rebajan o aumentan de peso (muy raro este último, pero se ha dado el caso) y ahí ajustamos. Llegando al desenlace se monta el velo. ¿Por qué de último? A veces tenemos idea de un velo y al final vemos que el vestido no lo necesita tan elaborado o viceversa.
Durante todo este proceso se habla del total look: qué va a llevar como accesorio; hacemos pruebas de peinado y de maquillaje con el vestido; son cosas que hacemos aquí dentro. Es un proceso largo y exhaustivo, pero por eso es que al final la novia sale bien maquillada, bien peinada, con los accesorios correctos y totalmente satisfecha… Hasta ahora (risas).
En este último mes, su décimo tercer vestido lo ocupó Vanessa Medina, hija del presidente Danilo Medina y la primera dama, Cándida Montilla de Medina. Luis Domínguez nos cuenta cómo este diseño es el nuevo diseño de vestido de novia. ¿Por qué?
LD: El caso de Vanessa fue el vivo ejemplo de las cosas que pasan con los vestidos en Luis Domínguez, que comienzan de una manera y terminan de otra, pero siempre a favor del resultado final. Primero iba a llevar mangas, luego se las quitamos porque iba a estar muy cargada y ella es de personalidad sencilla. Nos decantamos por montar pedrería en transparencia, tendencia del momento y por una falda poco usada en el mundo de las novias. Es un estilo corte pañuelo (cortas un cuadrado y lo tomas por el centro y el vestido cae en cuatro puntas) que está volviendo en esta temporada 2016-2017. Es la primera falda en este estilo que lleva una novia dominicana. Todo un reto. Cuando llegué al corpiño, el trabajo más exquisito del vestido, pues ahí vino lo más difícil. El bordador, David Minllety, hizo un trabajo impresionante. Hicimos una mezcla de diferentes tamaños de perlas y pusimos canutillos y mostacillas de cristal para aportarle luz.
Fue muy emocionante, no solo porque ella fuera la hija del Presidente, sino por el proceso de tantos meses y ver que a tanta gente le gustó. El éxito fue que se veía sencillo y a la vez trabajado. Moderno, pero también clásico. Sutil, pero agresivo en cuanto a las transparencias. El vestido de Vanessa marca una pauta en cuanto a vestidos de novia en la República Dominicana.
Creatividad en el mundo de las novias
LD: Yo soy muy seguidor de las tendencias. Es cierto que las novias siempre tienen una idea de cómo quieren verse. Pero yo trato de ponerle un toque. Por ejemplo, si la silueta es clásica trato de llevarlas a un tejido más moderno, o a un encaje que no se vea tan clásico, como es el caso del chantilly que data de siglos pasados y carece de brillo.
R: También dependerá de la personalidad de la novia y el lugar donde se efectuará la boda, pues Luis Domínguez nos dice que las novias de hoy son más atrevidas, sin embargo, un vestido para la playa nunca va a ser igual a uno que paseará por todo el pasillo de la Catedral Primada de América, como el que llevó Vanessa Medina.
LD: He hecho diseños con la pierna afuera como el de Helen Blandino en el 2014. Claro, ella es una lifestyle blogger envuelta en el mundo de la moda, y ella ameritaba llevar eso. Pero yo entiendo que lo más chulo que se da con la «bride to be» de Luis Domínguez es que como se trabaja tan minuciosamente en los detalles, se ve que ese vestido es para esa novia aportándole seguridad y confianza en su boda y en sus fotos.
«El Rey de las Novias» se caracteriza por llevar a la realidad sus diseños para novias con tejidos como el tul, la organza y el gazar de seda. En las aplicaciones le encanta proponer encajes y pedrería suelta para imprimirle luz de manera sutil a zonas prominentes del vestido como el corpiño.
Para llevar a la realidad este sueño de un año de preparación cuenta con un escuadrón que también se ve involucrado en gran parte del proceso de un vestido de novia de Luis Domínguez.
LD: Soy pro a valorar el talento de las personas que puedan ayudar a complementar mi trabajo. Tengo un gran equipo de personas y todos son grandes amigos. Está mi sastre, mis bordadores y mis asesores que me ayudan con el total look: maquilladores, peinadores… Si el diseño lleva un bordado, pues el responsable de este trabajo está presente para que sienta lo que el cliente quiere. Asimismo, el sastre forma parte de esta sala y oye los requerimientos de la novia para interpretarlo en cada puntada.
Su trayectoria y reputación lo han llevado a alcanzar el sueño de todo diseñador: «vestir a la figura más preponderante de tu país», la primera dama de la República Dominicana, Cándida Montilla de Medina, a quien conoció en las primeras reuniones que Domínguez tuvo con Vanessa para crear el concepto de su vestido de casamiento. “La idea no era hacerle nada a la Primera Dama, sino a su hija, pero surgió un vínculo amistoso entre nosotros, y dijimos -bueno, vamos a comenzar con algo a ver qué tal nos va-”. Y desde ahí ha habido una avalancha de diseños para Cándida que marca el principio “de un guardarropa de una Primera Dama moderna y renovada” que se atreve a llevar colores vibrantes, texturas con movimiento, asimetrías y diferentes longitudes de faldas, sin dejar a un lado la elegancia y la sobriedad de su personalidad.
Ahora persigue un solo Norte: “novias y más novias”. Pero, ¿cómo se ve Luis Domínguez en el 2017? Esta pregunta dio pie no solo a sus propósitos de Nuevo Año, sino a varios años más adelante.
LD: El año que viene yo quiero darme un break para armar el muñeco de novias. Va a ser un año de planificación y de mucho trabajo, porque habrá más novias en Luis Domínguez. La idea es posicionarme aún más como el diseñador oficial de la novia de RD. Vamos a lanzar una página web donde se pueda hacer preguntas, ver todos los vestidos que hemos hecho aquí… En un futuro, quiero tener una línea de vestidos de novia más económica, pudiera ser en alguna tienda. Yo quisiera complacer a esas novias que quisieran ponerse un Luis Domínguez, pero no pueden o tal vez no tienen un gran presupuesto. Y en dos o tres años colocar la firma en tiendas de novias internacionales. Toma tiempo, pero yo estimo que será en dos o tres años. Yo estoy joven todavía (risas).
Así será. Este es solo el inicio de un hombre que vive de lo que le apasiona y que escoge la perseverancia como modus vivendi de su profesión dejando que su trabajo hable por sí solo.
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