A veces, una puerta cerrada puede significar la apertura de todo un universo de oportunidades. Así, esta mujer desbordante de resiliencia, vio la oportunidad dentro de una crisis. Dejó volar su creatividad para crear una marca de productos para el cabello que hoy forma parte de la rutina de belleza de miles de dominicanas. Dewi Peña, CEO de DEYA, nos cuenta su recorrido junto a su marca y su proceso de crecimiento personal que la ha llevado a transformar su vida y su marca, y a inspirar a otras mujeres a hacer lo mismo.

RE: ¿Qué te inspiró a emprender?
DP: Pienso que la necesidad es la madre de la creatividad, y en el momento en el que yo inicio, básicamente inicio en el lavadero de mi casa. Había perdido mi trabajo, había hecho una búsqueda incansable en diferentes, no solamente empresas de reclutamiento, sino también por mi propia cuenta. Pues los intentos, esas ofertas que me hacían, no eran nada parecidas a lo que yo estaba acostumbrada a devengar.
Luego viene ese proceso de frustración, donde básicamente pues me sentía un poco triste, mi autoestima estaba bastante baja en ese tiempo también. Un día, hablando con mi esposo, empieza a hablarme de ese negocio que tenían mis padres, y él me dice: “cada vez que hablamos de eso, a ti te brillan los ojos, yo apuesto a que esa es tu pasión”. Entonces, ahí nace este emprendimiento.
RE: ¿Cuáles desafíos enfrentaste en esta etapa inicial?
DP: Falta de conocimiento como tal en cuanto a lo que son herramientas, o vamos a decirlo así, cosas como frascos, etiquetas, fundas, esas pequeñas cosas. Yo recuerdo que las etiquetas se mojaban y se les iba toda la información, pero en ese recorrido pues yo me fui orientando al respecto para ir mejorando esas cosas. El mismo tema de la falta de recursos: yo hacía servicios a domicilio de Botox y de queratina, que eran dos productos de uso profesional que aún conservamos, para con ese dinero no descapitalizar el negocio e ir trabajando en ese crecimiento de la marca.
RE: ¿Cómo lidias con el Síndrome del impostor y la autocrítica crítica?
DP: El síndrome del impostor, yo pienso que a todos nos llega en algún momento. Lo primero es la fe, apalancarme en la fe y trabajar mis miedos, porque todas en algún momento tenemos esos miedos, esas voces, por así decirlo. Tratar de guardar esas voces, ponerse como los caballos, a los que se les ponen dos cositas aquí para mirar al frente y tener una concentración, vamos a decirlo, bien focalizada. Y también yo diría que ver todos esos fracasos y esos tropiezos como un aprendizaje, porque siempre, más que preguntarte el porqué, es preguntarte el para qué. ¿Qué está buscando el Señor en mí con este aprendizaje, con esta red? Trabajar mucho la resiliencia ante todo fracaso, todo error; de todo hay algo que aprender. Es como trabajar esa adversidad, este tiempo crítico que he pasado o que estoy pasando, ¿cómo puedo convertirlo en una oportunidad?

Y también pues trabajar el rodearme de personas que me inspiren más a lograr esos objetivos. Siempre se habla de esas cinco personas que son positivas y esas cinco personas que son esa red de apoyo que tú debes tener para lograr esas cosas. Y también, aparte de tener esa red de apoyo, pues tratar de buscar, para esas cosas en las que yo no soy tan buena o no me siento con esa fortaleza, personas que sí tengan esas fortalezas y con las que podamos hacer alianza y podamos lograr esas estrategias que nosotros andamos buscando.
RE: ¿Cuál ha sido tu mayor logro?
DP: Bueno, yo diría que mi mayor logro ha sido la consolidación de DEya, sobre todo crear una marca sostenible, que sea una marca que pueda apoyar a las mujeres, que sea una marca que pueda ser un canal de bendición para otras personas. Algo que se agregó también este año fue Deya Academy, que es una academia que está enfocada en ayudar a mujeres de escasos recursos, mujeres vulnerables, a que no solamente puedan desarrollarse en todo lo que tiene que ver con el ámbito profesional, sino también en el ámbito integral.nQue puedan ser su mejor versión y que puedan también construir un negocio que sea sostenible. Yo digo que todo eso que por gracia, por amor y por misericordia del Señor yo he recibido, ¿de qué forma yo puedo ponerlo a disposición de otras personas? Y más que todo, ser generosa con los conocimientos y con los recursos que Dios ha puesto en mis manos.
Yo siento, como me dijo una amiga un día, cuando la llamé llorando, porque estaba en ese momento desesperada, porque en el emprendimiento se presentan muchas crisis, claro que sí. Y me decía: «Tú no estás consciente de que tú tienes un ministerio, y de que ese es un ministerio que tú tienes que guiar, que tienes que salvaguardar, y que tienes que buscarle dirección. No es que no busques mentores, porque muchas veces son necesarias esas personas para que tú puedas fortalecerte a nivel financiero, a nivel de liderazgo, a nivel de marketing. Sin embargo, tú tienes al mentor a tu lado, a tu puerta, y a veces tú lo estás desechando. A veces tú estás buscando direcciones en otros lugares, cuando tú lo tienes ahí, sentado, muy fácil, al lado de ti; simplemente es pedirle esa dirección. ¿Cómo lo hago? ¿Cómo lo puedo hacer? Dime, ¿qué hago ahora? ¿Qué hago?». Realmente se trata de esa búsqueda constante.
RE: ¿Crees que el enfoque de la mujer hacia su talento puede ayudarla a salir de una situación personal difícil?
DP: Yo siempre hablo de la disciplina, la constancia y la perseverancia. Definitivamente nosotras somos como una mesa de cuatro patas. Lo he repetido mucho. Nosotras tenemos que estar bien físicamente, emocionalmente, mentalmente y espiritualmente. Y cuando una de esas patas no está en sintonía, pues nosotras muchas veces flaqueamos. Pero tenemos el interés, tenemos la capacidad de sacar lo mejor de cualquier cosa. Somos realmente guerreras, inspiradoras. Y muchas veces me decían: “no, pero no digas guerrera, porque eso es que tú traes guerra”. No, es en el sentido de que realmente nosotras somos capaces de desarrollar y de hacer cosas que quizás son o parecen ser imposibles. Y cuando nosotras fortalecemos nuestra fe y autoestima, es cuando más nosotras tenemos esa fortaleza, para hacer esas cosas y hacerlas con gracia.

RE: ¿Cómo te adaptas al cambio y generas esa mentalidad de crecimiento?
DP: Nos podemos enfocar más en el agradecimiento, en el camino recorrido. A veces queremos ver únicamente el resultado y se nos olvida todo lo que hemos recorrido, vivido y caminado. Entonces, cada paso cuenta, cada logro cuenta. No hay que enfocarse solamente en los resultados finales. Y yo lo he vivido constantemente. De hecho, recientemente uno de mis mayores retos ha sido la capacidad instalada. Y siento que, aunque hemos trabajado mucho en esa parte, me queda mucho camino por recorrer.
Sin embargo, yo lo conversaba con una amiga recientemente y ella me decía: “Dewi, eso es una bendición, porque quiere decir que tu negocio está creciendo tanto que estás necesitando mucho más espacio”. Entonces, a veces no me doy permiso para caer en ese momento. Claro que sí, cuando tengo una situación de crisis, de reto, de que necesito más espacio, caigo; pero es como tener una mirada más enfocada en que esas cosas que me están pasando o que tienen que pasar, construirán con eso algo mejor en el momento en el que Dios quiera que se construya. Es como amar el proceso. Y amar el proceso no es tan fácil como parece. Amar el proceso requiere de mucha resiliencia, paciencia, perseverancia y también de revisar muchas cosas. Revisar ese camino, ver cuáles cosas no estoy haciendo quizás de la mejor manera. Revisar cómo lo estaba haciendo, cómo lo estoy haciendo y cómo lo quiero hacer. Y accionar en consecuencia para lograr ese objetivo en el momento en el que Dios quiera.
RE: ¿Es necesario filtrar nuestro círculo de amistades a la hora de emprender?
DP: Yo pienso que hay que hacer despedidas conscientes y sanas. Yo pienso que debo estar sana, mi negocio sano, mis hijos sanos y mi familia sana. Leí hace muy poco que muchas veces uno se aleja no para darle una lección a otra persona sino porque uno aprendió esa lección. Entonces es como empezar a valorar. Y se habla mucho de que en muchas ocasiones se habla del crecimiento. Creció y se alejó, ¿no? Creció y aprendió. A medida que uno va madurando, va también madurando en todos los sentidos. Y uno quiere cerca de sí a personas que sean realmente leales, cercanas y buenas para que puedan estar en esos momentos malos, en esos momentos buenos, y que simplemente uno tenga esos límites bien claros. Entonces hay que ser muy enfocado y tener los ojos bien abiertos. Y con amor hacer esas despedidas con alegría.
Dewi Peña y sus hábitos detrás del éxito:
RE: ¿Cómo es un día típico en tu vida profesional?
DP: Bueno, mi vida profesional, mi vida laboral, mi vida de madre, mi vida completa… Yo diría que lo primero que hago es levantarme, orar, agradecerle al Señor, y luego voy a hacer ejercicio. En ese trayecto, dejo a mis hijas en el colegio, no todos los días, solo algunos. También regreso a casa, desayuno, me preparo para ir a la oficina, empiezo a revisar mis correos, a ponerme al día con mi agenda, a revisar el día a día. A veces trabajo en la creación de contenido, reviso las redes, trabajo estrategias y muchas veces tomo un descanso. Hay días que llevo a mis hijas a alguna clase extracurricular. No lo puedo hacer todos los días, quisiera, pero no puedo. Converso algunas cosas con mi esposo, a veces hablo con mi hijo de alguna que otra cosa, pero básicamente llevo una agenda y trato de que todo se vaya cumpliendo.
RE: ¿Cuáles son las rutinas efectivas para mantener el enfoque y la disciplina?
DP: La parte de llevar una agenda y priorizar. Cuando hablo de priorizar, me refiero a cuáles son las cosas verdaderamente urgentes, cuáles son las que pueden esperar y cuáles son esas una a cinco cosas que tengo que hacer sí o sí. Y, de hecho, darme el permiso de que si alguna de esas cosas no la puedo hacer en su debido momento, pues la paso para otro día y la tacho cuando logre ese objetivo.
Yo soy muy de escribir, yo lo hago con una agenda escrita, me encanta escribir, pero se puede hacer, hay muchas herramientas que te pueden ayudar para trabajar esas prioridades, porque realmente algo que me pasaba en mis inicios es que para mí todo era urgente. Aprender a decir que no también es saludable. Hay muchas cosas que te tienes que perder.
Realmente se habla mucho del síndrome del impostor, pero debería hablarse del síndrome del impostor del tiempo. Ese síndrome del impostor en el que tú quieres estar en todo, porque tú quieres ser saludable, tú quieres comer saludable, tú quieres hacer ejercicio, tú quieres ser una buena profesional, una buena madre, una buena esposa, y definitivamente hay una realidad. Y es que cuando yo estoy siendo sumamente productiva laboralmente, quizás no le estoy dedicando ese tiempo a mis hijas o no se lo estoy dedicando a mi esposo. Entonces la idea de vender un balance perfecto al final no existe. Lo bueno es que trates de dar lo mejor de ti en todos tus roles.
RE: ¿Qué hábitos consideras fundamentales para mantener el éxito profesional?
DP: Yo diría que la disciplina, la constancia, la perseverancia, la disciplina mató al talento. Todos estamos llenos de dones y talentos. Sin embargo, cuando somos perseverantes y constantes, y cuando nos enfocamos en esas cosas que queremos hacer, pues van a llegar. Y van a llegar en el momento en el que tengan que llegar, porque a veces queremos todo súper rápido, y lo digo por mí, porque muchas veces quiero todo para ayer, pero realmente hay un camino que tenemos que recorrer, y ser pacientes con nosotros mismos y darnos esa palmadita en la espalda cuando lo hacemos bien, aunque no logremos el objetivo final en ese momento.
RE: ¿Cuáles estrategias usas para mantenerte relevante como marca?
DP: El tratamiento puede ser sostenible a través del tiempo, y más que todo buscar un propósito. Buscar de qué forma yo puedo colaborar y ayudar a otras personas. Más que simplemente vender por vender, no. ¿Cuál es el propósito de eso? ¿Cómo puedo aportar a tu vida? ¿Qué impacto puedo dejar en tu vida a través de un simple frasco o de un tratamiento que quizás te va a ayudar de una manera diferente?

RE: ¿Qué consejo le darías a esas mujeres que aspiran a emprender su propio negocio?
DP: Creer en ti misma, realmente trabajar esos pilares que tú tienes, esos dones y talentos, para que puedas ponerlos a disposición de otras personas. También, por ejemplo, trabajar con lo que tienes e ir paso a paso. Empieza con lo que tienes y todo se va construyendo poco a poco. Edúcate, aprende, lee libros, asesórate, busca aliados estratégicos, busca personas que sean buenas. En lo que quizás tú tienes alguna debilidad, busca la forma en que tú puedes fortalecerte y que juntos puedan crear ese negocio sostenible. También, cuida tu ambiente laboral, crea límites que sean sanos y que puedan ayudarte a encontrar tu paz.
Esa paz que todos nosotros necesitamos y que tu negocio y que tu hogar sean un lugar seguro, donde sientas esa tranquilidad que más que tranquilizarte, te dé mucha paz. Sé muy consistente y perseverante y practica la resiliencia. De cada adversidad hay una oportunidad. Muchas veces es simplemente dejarse guiar, buscar esa dirección, accionar, porque a veces nosotros somos negligentes y estamos llamados a accionar, a movernos, a cambiar de dirección si no lo estamos haciendo bien, a cambiar de ruta o simplemente a modificar las estrategias o esas cosas que nosotros tenemos y que quizás necesitamos ese impulso para poder lograrlas.
RE:¿Cuál ha sido el mejor consejo de liderazgo que te han dado y como lo has aplicado?
DP: Bueno, me da mucha risa porque el mejor consejo que me han dado con esta misma frase es “guarda pan para mayo”. Y realmente ha sido algo muy valioso, es un regalo muy valioso porque definitivamente cualquier líder necesita tener una buena administración financiera, un buen fondo de emergencia, y trabajar realmente con el conocimiento de que todo lo que se gana no se puede gastar. Eso se habla mucho, pero realmente hay que hacerlo. También, hay que hacer inversiones inteligentes con el dinero.
Algo que escuché hace un tiempo es que al dinero hay que respetarlo, porque el dinero que se va no siempre regresa. Entonces hay que respetar el dinero. Y básicamente poder buscar esas cositas yo misma. Yo decía: “Guau, a mí no me gustan los números, no me gustan. No me gustan, pero tengo que tener esa visibilidad y realmente perderle el miedo, porque los números son importantes para poder crear y tener un negocio sostenible”. Y ese fondo de emergencia, ese “guarda pan para mayo” y esa buena administración financiera es lo que te va a llevar a tener un negocio exitoso.
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