Hace unos días conversaba con una querida amiga que estudia Relaciones Internacionales en los Estados Unidos, quien me comentaba sobre un trabajo que tenía que hacer sobre diversos temas políticos en Chile. Mientras hablábamos, me preguntó que por qué no escribía un artículo para Mujeres de Poder sobre Michelle Bachelet, esa gran líder latinoamericana, que continua marcando pautas en Chile y en nuestro continente. En honor a ese pedido y quienes siempre nos leen, le dedico estas líneas a una mujer a quien admiro y respeto.
Verónica Michelle Bachelet, o Mica, como le decían sus padres, vivió sus años de juventud en una época muy importante de la historia de Chile. Su padre, Alberto Bachelet, quien era general de la Fuerza Aérea, ejerció gran influencia en la educación hogareña y política de Michelle. Cuando finalizó el colegio, ingresó en el año 1970 a la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile. Al mismo tiempo, iniciaba su militancia en la Juventud Socialista, desde donde iría creando su plataforma política con miras al futuro.
Su familia apoyaba firmemente el gobierno socialista de Salvador Allende, posición que le trajo gravísimas consecuencias. El 11 de septiembre de 1973, Allende fue derrocado mediante un cobarde golpe de Estado, dando inició a la terrible dictadura de Augusto Pinochet. Ese mismo día, el general Bachelet fue apresado, aunque en la noche fue dejado en libertad. No obstante, tres días después volvió a ser detenido por las autoridades, y recluido en la Academia de Guerra Aérea, donde fue sometido a torturas físicas y mentales. Michelle y su familia sufrían los abusos contra su padre, que culminaron en su muerte el 12 de marzo de 1974, supuestamente por un ‘infarto de miocardio’. No fue sino hasta hace dos años, que se reveló que Alberto Bachelet murió a causa de las torturas aplicadas mientras estuvo apresado.
De frente a esta situación, la familia Bachelet tuvo que exiliarse en Australia y Alemania. En 1979 retornaron a Chile, y Michelle concluyó sus estudios universitarios obteniendo el título de Médico Cirujano. Luego realizó una especialidad en Pediatría y Salud Pública. Desde ese entonces, hasta el retorno de la democracia en Chile (1990), Bachelet se mantuvo activa en la vida política nacional, forjando un liderazgo fuerte, y una imagen poderosa.
En 1996 decide dar un paso más, dedicándose a estudiar temas de Defensa Nacional. Como buena hija de su padre, los temas militares, y la relación de estos con los civiles, siempre la atrajeron. En el año 2000, es nombrada por el presidente Ricardo Lagos como Ministra de Salud. Desde dicha posición, realizó importante reformas sanitarias, y presentó el primer proyecto de ley de la Reforma, Derechos y Deberes de las Personas en Salud. Con esta propuesta, Bachelet buscaba convertir la salud en un derecho humano, del cual el Estado se convirtiera en su principal responsable.
En el 2002, Michelle se convierte en la primera mujer de Chile y de América Latina en ocupar el puesto de Ministra de Defensa. Durante su estadía por dicho ministerio, Bachelet modernizó las Fuerzas Armadas, le brindó mas oportunidades a las mujeres militares y policías, y desarrolló programas exitosos en materia de seguridad.
El momento auge de la carrera política de Bachelet fue en el 2006, cuando se convirtió en la primera mujer en ocupar la Presidencia de Chile. Su gobierno se caracterizó por realizar políticas de inclusión social, que iban desde beneficios para personas en situaciones vulnerables, hasta realizar las mayores inversiones en salud pública en la historia de ese país. La educación pública, y el crecimiento económico reflejado en la vida de los ciudadanos, fueron otros de los pilares de su administración. Al concluir su período presidencial, Bachelet contaba con un 73% de simpatía en la población chilena.
A su salida del poder, creó la Fundación Dialoga, desde donde realiza aportes a la clase política chilena, y donde promueve el surgimiento de nuevos liderazgos. En el 2010 fue designada como la primera mujer directora de ONU Mujeres, cargo que desempeñó hasta que decidió repostularse para la Presidencia de Chile.
En diciembre del 2013 derrotó a Evelyn Matthei, otra líder política en Chile, coincidencialmente también hija de un general, y por segunda vez se convierte en Presidenta. Su nuevo mandato presidencial iniciará en marzo de este año, y culminará en el 2018.
Para hablar de la vida personal de Bachelet habría que escribir otro artículo, donde se comenten sus gustos musicales y su amor por la cocina. Es evidente que en medio una vida tan activa a nivel político, el lado humano reluce en líderes de la magnitud de Michelle.
En marketing hay una regla de oro que dice: “Es mejor ser el primero que ser el mejor”. Desde esta perspectiva, Michelle Bachelet pasará a la historia como la primera mujer de Chile en ocupar grandes posiciones políticas, incluyendo la Presidencia. Pero más que esto, su labor como médico de un país que encontró con muchas enfermedades, es y seguirá siendo su mayor legado. Así lo expresó en una entrevista concedida al periódico El Mercurio, antes de culminar su primer gobierno:
“Por el sello de la protección social. Si hay algo que haya marcado a este gobierno es identificarse profundamente con los problemas de las personas y colocarlas en el centro de las políticas públicas. Cuando ingresé a la política, lo hice convencida de que la política es esencial para cambiar el mundo. Sin política no hay democracia. Y cuando uno es parte de un colectivo, se tienen que respetar los acuerdos; no que primen los protagonismos personales”.
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