Santo Domingo.- Cada persona tiene su propia definición del amor, por lo general, esto se debe a las enseñanzas de nuestros padres y otros familiares, “lo que era el amor para ellos”. Lamentablemente, muchas de estas ideas escoden años de conflictos, distorsiones, carencias y en ocasiones traumas sin resolver.
Para llegar a un punto en común, digamos que el amor busca el bienestar del ser amado, su cuidado y protección. Aunque en ocasiones hay conflictos que pudieran terminar en discusiones acaloradas, al final brindamos lo mejor para ese ser querido.
Sin embargo, las personas distorsionan lo que entienden por amor para justificar el control, carencias afectivas, necesidades insatisfechas y conductas de maltrato.
Entonces, ¿cuáles son las señales de que lo que yo siento no es amor?
-La ansiedad constante porque la otra persona me preste atención, me busque, escriba o llame.
-Si no recibo la atención esperada, puedo recurrir a conductas de búsqueda (llamar, perseguir, espiar, acosar, etc.).
-Si lastimo mi autoestima (al humillarme) o la de la pareja.
-Si ante la ansiedad, pongo en riesgo la seguridad física de ambos.
-La “certeza” de que si la relación termina, con ella “termina mi vida”.
-La necesidad recurrente de hacer todo con la pareja.
-El miedo a colocar límites y defender mis deseos e intereses (ej. “sentirme culpable por compartir con amistades o familiares sin la pareja).
-Me siento incapaz de realizar actividades sin mi pareja, entre otras cosas.
Si identifica varios de estos comportamientos, es posible que se encuentre ante una relación de dependencia emocional. Para trabajar esto, (contrario a lo que todo el mundo cree) lo adecuado es ir a psicoterapia, ya que si fuera el caso, esta situación no se resolvería con recomendaciones generales (“no le escribas”, “haz ejercicio”, etc.), puesto que se deben modificar un conjunto de creencias, hábitos, emociones y patrones relacionales que mantienen el problema y esto no se hace frente a un espejo o con algún amigo.
Sobre los autores
Jean Carlos Santos, licenciado en psicología clínica por la Universidad Católica Santo Domingo. Tiene una maestría en Terapia Familiar y de Pareja, manejo de Terapia Breve de Resolución de Problemas. Posee entrenamientos en violencia intrafamiliar y de género, al igual que en el abordaje del manejo del estrés, trastornos emocionales, como depresión, ansiedad y procesos de duelo. Forma parte del equipo psicoterapéutico de Centro Integral Lotus.
Sobre el Centro Integral Lotus
Es un espacio para el bienestar integral del individuo y la familia. Brindan asistencia, evaluación y apoyo en las distintas etapas evolutivas de la persona y el núcleo familiar. A través de un equipo multidisciplinario ofrecen servicios de psicoterapia familiar, infanto- juvenil, individual y parejas. Contactos: [email protected]
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