Ser estudiante universitaria durante todo este estado de la pandemia del coronavirus no ha sido la tarea más fácil del mundo. Aunque estoy agradecida de que tenemos la opción de terminar el trimestre desde nuestros hogares, se han presentado muchas situaciones que hacen que la experiencia sea cada vez menos placentera.
Clases a través de la cámara
Comenzando por las clases por medio de videollamada; al principio uno pensaría que tomar clases durante la cuarentena pudiera ser más cómodo, por el hecho de que no hay que moverse de nuestras casas y simplemente es hablar a través del micrófono cuando se quiera participar.
Realmente, yo me imaginaba que no iba a ser tan idílico como escuchaba a algunos compañeros hablando de eso, pero por una vez, me hubiera gustado que se probara lo contrario a lo que yo pienso. Lamentablemente no fue así.
Ya ha pasado varias veces en donde algún compañero está hablando y se entrecortan las palabras, y es mucho peor si le pasa al profesor. Tener que comenzar las clases unos minutos más tarde (que se recuperan al final de la sesión, no se crean) porque el internet no quiere cooperar, o mi favorito: que de repente te salgas de la reunión sin tu haber hecho un solo movimiento.
No me termino de imaginar cómo les estará yendo a esos estudiantes que tienen las matemáticas integradas de lleno en sus carreras. Ha de ser una gran pesadilla.
Sobrecarga de tareas
¿Alguien me puede explicar por qué los profesores están dejando más trabajo del acostumbrado? Puede que sea difícil de creer, pero aunque nos estemos quedando en casa, el día sigue teniendo la misma cantidad de horas.
Mi universidad de por sí ya asignaba muchas clases, tareas y proyectos, pero ahora le han subido, por lo menos algunos profesores, lo cual me lo encuentro un poco injusto porque si antes apenas nos daba el tiempo, imagínense ahora. Ser universitaria no es lo único que soy, existen otras responsabilidades.
Por lo menos, cuento con maestros que saben lo difícil que está siendo todo este proceso y nos están ayudando para que nos acomodemos y adaptemos lo mejor que podamos. Lástima que no sea el caso de todos.
Productividad y horarios
No se ustedes, pero mi productividad se ha visto muy afectada por los recientes eventos, lo cual me causa un poquito de ansiedad. Lo último probablemente se debe a la falta de estructura que tienen mis días, lo cual admitiré que es mi culpa.
Si, mis clases siguen teniendo los mismos horarios, pero el hecho de que no me tenga que mover de casa hace que el proceso de dividir mis horas de trabajo, mis horas de clase y mis horas de hacer tarea sea mucho más difícil. Aparte, la sensación de tener más tiempo en nuestras manos se hace muy presente, pero como dije antes, el día sigue teniendo las mismas horas.
No sean como yo, aprovechen sus días y no dejen que la ansiedad entre en sus vidas. Por suerte para ustedes en Revestida se publicó un artículo de cómo manejar la ansiedad en estos días, que curiosamente fui yo que lo escribí, irónico, ¿no?
Además, Crehana subió un post de como mantenerte productivo desde casa, puedes echarle el ojo y adaptarlo a tu situación.
https://www.instagram.com/p/B-aGHsmn70Q/
La tecnología como mi mejor amiga
Si no fuera por la tecnología y la conexión a internet, muchos estaríamos varados sin nada que hacer. Sin plataformas como Zoom o hasta el mismo WhatsApp, este proceso sería mucho más difícil.
Las condiciones tal vez no sean las mejores, pero por lo menos tenemos la oportunidad de terminar las clases, lo cual se aprecia bastante. Hubiera sido realmente caótico si se hubiesen cancelado en su totalidad.
Se que me pude haber proyectado como una universitaria enojada y que solo me he estado quejando en los párrafos anteriores, pero creo que es mejor verlo como aspectos para mejorar.
A partir de esto, también espero que las universidades tomen un poco más en cuenta este formato de clases, ya que si hubiésemos estado acostumbrados a tomar algunas clases en este estilo en el pasado, todo esto no habría sido un choque tan grande, ni para los profesores ni para los estudiantes.
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