Sin lugar a dudas, ir a terapia es bueno y saludable. Tener a alguien con quien hablar cuando no puedes entender situaciones en tu vida o poder encontrarle el significado a algo que antes parecía difícil o complicado no tiene precio.
Con un terapeuta podemos hablar de temas varios: dinámica familiar, amigos, trabajo, relaciones; sin embargo, creo que hay un tópico que no se nos ocurre conversar con un terapeuta: las finanzas.
Hablar de dinero seguro no te ha pasado por la cabeza a la hora de ir a terapia. Yo sé que a mí no. Pero si lo analizamos un poquito, lo que hacemos (o no hacemos) con él es una decisión emocional.
No importa quien seas o los números de tu estado de cuenta, es probable que hayas sentido estrés, enojo, tristeza o vergüenza a la hora de pensar en tus finanzas en algún punto de tu vida.
Independientemente si nos hemos dado cuenta, cada uno ha heredado creencias sobre el dinero, generalmente de nuestra familia o de otras personas cercanas a nosotros, por lo que los sentimientos asociados a él vienen cargados, ya sea que sintamos que tenemos suficiente o no.
Pero tranquilxs, que hay una forma de abordar estos sentimientos, y es la terapia financiera.
¿Qué es la terapia financiera?
Un nicho relativamente nuevo, la terapia financiera es la parte de la psicología que nos brinda un espacio seguro y libre de juicios para hablar sobre el dinero.
Está científicamente comprobado que hay una conexión entre las finanzas y nuestra salud mental, por lo que una buena o mala salud financiera en definitiva tiene un impacto en nuestras emociones y viceversa.
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¿Cómo funciona?
El enfoque de la terapia financiera es considerar las finanzas bajo una luz más holística que el de un asesor financiero.
En vez de ese amor duro de «pagar deudas e invertir», se toman en cuenta las emociones para lograr una relación saludable con el dinero de parte del individuo.
Esto implica:
- Apreciarnos a nosotrxs mismxs.
- Valorar el dinero.
- Reconocer que nuestro tiempo, dones y habilidades son valiosos.
- Saber cuándo pedir ayuda.
Como ves, la terapia financiera va mucho más allá de armar un presupuesto o plan de pagos. Es conocernos a nosotros mismos y qué relación tenemos con el dinero, cómo nos hace sentir, la forma en que lo manejamos, para poder tener una relación saludable con él y sentirnos a gusto con nuestras decisiones.
Y tú, ¿necesitas terapia financiera?
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