Tanto se dolieron que ya no recordaban lo que llegaron a amarse, ni por qué.
Tanto le gritó que su garganta quedó muda y sus oídos sordos.
Sus corazones susurraban una calma que prometía, pero era tal la estridencia de sus voces que no pudieron escuchar nada y el corazón decidió no hablar más.
El retornó a su camino y ella, enmudecida de tanto alzar la voz, no tuvo de otra que compilar las pocas fuerzas que le quedaron e inventarse uno para recorrerlo.
Fue tan fácil vaciar gavetas y el armario; era cuestion que abrir y sacar. No así con su dolor y sus sentimientos, eso le tomaría más tiempo… ¿y él?…se preguntó cuánto le tomaría a él, pero estaba tan herida
y ocupada con su propio dolor, que le era imposible atender el ajeno.
Tanto se lastimaron que dejaron de ser los dos soñadores que fueron.
En el camino se le perdieron los proyectos y los planes se quedaron en papel.
Se perdieron entre el ego del uno y el orgullo del otro y se olvidaron del amor primero.
No había forma de reconocer eso que estaba bien escondido bajo los escombros de tanto pleito y discusión, de tantos «si tu no…» y miles «porque tú…».
Tanto se hablaron con la boca que se olvidaron del lenguaje de las manos…poco a poco dejaron de tocarse y el amor se resecó.
El retornó a su camino y ella se inventó uno para recorrerlo…….
© Derechos de Autor Gnosis Rivera.-
(Información de la imagen:
Artista: Alicia Martínez Fernández
Nativa de Isla Canarias)
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