Nelson Barrera es oriundo de Mao y su propuesta artística, sin duda alguna, se pone al servicio del medioambiente. Aquello que la mayoría botan, desechan, rechazan… él simplemente, como por arte de magia, lo convierte en arte. Por eso, toma diferentes tipos de metales, en su mayoría piezas de automóviles, para comenzar a crear.
En eso, lleva 25 años, con el firme norte de educar e incentivar la imaginación en la tarea de preservar el planeta: “No solo he sentido el llamado de elaborar estas piezas en metales reciclados, sino que ahora lo hago desde la conciencia y desde la responsabilidad de contribuir para educar a los niños y jóvenes en esta hermosa tarea medioambientalista”, sostiene.
Ya teniendo ese llamado claro, Nelson viene presentando una serie de exposiciones que van desde «La Reinvención de los Metales», tal y como presentó el año pasado en Ágora Mall y ahora, con el apoyo del Ministerio de Cultura y la Fundación Propagas, presenta su nueva exposición llamada “La Resurrección de la Materia”, a realizarse en el Museo de las Casas Reales del 20 de septiembre al 5 de octubre del 2018 y la que constituye su segunda individual escultórica.
Esta exposición, cuenta con un estudio crítico de Abil Peralta Agüero, reconocido en la industria como un agudo conferencista sobre temas complejos de la estética, quien explica que “Nelson Barrera es un guerrero del pensamiento que norma el ecologismo como ideología política, que asume discursos de resistencia a través del arte, en su caso la escultura armada a partir de objetos de arte y artefactos encontrados para defender la salud e integridad del planeta».
Lograr eso último, a Nelson se le hace fácil, porque como se ha destacado como pintor surrealista y dos de sus esculturas han sido seleccionadas y exhibidas en la Bienal Nacional de Artes Visuales y en el Concurso de Arte E. León Jimenes; para él no es complicado mezclar todas esas habilidades para crear cosas fabulosas con los metales.
“Desde lo más íntimo de su proceso creador, este artista se ha propuesto operar y armar predicados de temperatura y sonidos que liberan cualquier frecuencia sonora, o ruido que no sea la armonización del objeto extraviado en la memoria pasada de su origen para reactualizarlo en armónica forma convertida en obra de arte esplendorosa, y como diría el dadaísta Tristán Tzara, dotadas de una “sensibilidad hechizante”, destaca Peralta.
No obstante, lo más bonito de que Nelson haga de los metales arte no radica en que con esto recicla y demuestra que tan ingenioso se puede ser; sino que puede vivir de lo que le apasiona. «Gracias a Dios he podido vivir de mi arte y nunca he tenido que hacer otra cosa que hacer lo que amo”. ¡Qué maravilla!
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