La política es un trabajo duro, pero estas mujeres lo hacen con mucho estilo.
La política y la moda van de la mano.
La moda es un reflejo de uno mismo: el estado emocional, creencias e incluso aspiraciones. En el ámbito de la política, la elección de la vestimenta es una reflexión de la persona; una herramienta, incluso, estratégica.
Mira cómo estas tres mujeres de la política dominicana emplean la moda a su favor.
Carolina Mejía, alcaldesa del Distrito Nacional
Se ha mencionado a Carolina Mejía varias veces, es que su estilo causa impacto. Refleja una indudable impresión de poder y confianza hacia el futuro.
Su vestimenta moderna, pero a la vez formal, tiene como consecuencia que conecte con varias generaciones.
Su inolvidable atuendo blanco, elaborado por la diseñadora Dominicana Oriett Domenech, marcó su afiliación con la moda. Como nos contó en una reciente entrevista sobre este tema, «sigo siendo la misma, de gustos sencillos y simples, puedo estar en la oficina formal en una reunión y amarrarme el cabello, ponerme unos tenis e irme a supervisar un operativo con todo el amor del mundo, disfruto todo lo que hago.»
Raquel Peña, vicepresidenta
Otra mujer que ha marcado su estilo es Raquel Peña, la cual constantemente es vista con una camisa blanca. Pero se asegura de darle un giro moderno, ya sea por el tipo de manga que opta o por los accesorios que implementa.
Faride Raful, senadora del Distrito Nacional
Vemos también como Faride Raful comunica su conexión y comprensión con el pueblo. Su estilo, un poco más cotidiano, refleja una cierta relación con las personas y un conocimiento de las tendencias. Tiende a usar una gama más amplia de colores.
Desde el punto de vista de un estilista
Carla Domínguez, conocida por su nombre artístico Cavolo, es una estilista que constantemente utiliza la moda como una manera de proyectar libre expresión. Al ser una persona tan expresiva a través de su apariencia, su punto de vista nos da a entender más esta ideología.
«Cada candidato es una persona y conectan con el público a través de sus atuendos. He trabajado con Faride y me percaté de que su ropa fuera modesta para captar correctamente su esencia. Considero que estas mujeres no utilizan la ropa solamente como adorno, porque su buena política habla por sí sola, no es necesario adornar un carácter o un personaje». Continua su punto de vista resaltando como Carolina Mejía puede ser vista con un atuendo casual ya que es una persona que no requiere de un cierto vestuario o formalidad para conectar con el público, por la seguridad interna que proyecta.
Más que nunca somos testigos del cambio de la moda y estilo en la política. La representación de identidad es evidente y debería de ser celebrada.
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