Santo Domingo.- Cuando pensamos en una familia funcional y sana, automáticamente idealizamos el modelo de familia perfecta. Imaginamos una pareja de esposos bien vestidos, jóvenes y felices, económicamente holgados, hijos esbeltos, atléticos y divertidos.
Proponemos una idea de familia algunas veces inalcanzable, como si el no reunir todas esas condiciones implica estar en desventaja. Desde ya debemos entender que la noción de familia evoluciona el tiempo. Una familia es tan única como los individuos que la componen.
Composición de la familia
Toda familia es una historia. Es la composición de elementos, personas y circunstancias que la hacen única y especial.
Como historia, hay trama, conflictos, dramatismo y otros elementos que lejos de hacerla insostenible, la hacen interesante. Me refiero a que una familia no es una evolución lineal de elementos en la que un individuo nace, crece, se desarrolla y muere.
En cada etapa vital se desarrollan tareas y competencias, que resultan derivadas precisamente de esos procesos que a veces nos hacen dudar de la estabilidad familiar. Procesos como divorcios, mudanzas, migraciones, no necesariamente indican patologías, m´ss bien son señales de un organismo VIVO, en evolución y movimiento.
Esas circunstancias que definen lo que es y ha ganado esa familia, es lo que lo hace especial y es precisamente lo que refuerza el sentimiento de pertenencia, de cercanía y de identificación de todo grupo familiar.
Una familia funcional
Una familia emocionalmente sana es aquella donde hay permisos de ser y dejar ser. Donde hay reglas y límites claros, espacio para la flexibilidad, la innovación y los cambios. Hay respeto a las creencias y opiniones de cada quien, es donde se siente paz.
Una familia no se considera sana porque siempre estén juntos o donde no hay conflicto, una familia se considera sana porque pueden estar y remediar los conflictos. Una familia emocionalmente sana está lejos de ser perfecta, y no necesita serlo.
Sobre lic. Karem González
Psicóloga clínica, egresada Magna Cum Laude de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Completó sus estudios superiores con una Maestría en Psicología de la Salud en la Universidad Antonio de Nebrija, España.
Actualmente culmina una especialidad en Terapia Familiar Sistémica en la UASD. Especialista en diversos abordajes de psicoterapia, con mayor concentración en Dependencias afectivas, Codependencia Clínica y Acompañamiento y manejo de Duelo.
Sobre el Centro Integral Lotus: es un espacio para el bienestar integral del individuo y la familia. Brindan asistencia, evaluación y apoyo en las distintas etapas evolutivas de la persona y el núcleo familiar. A través de un equipo multidisciplinario ofrecen servicios de psicoterapia familiar, infanto- juvenil, individual y parejas. Contactos: [email protected]
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