Los niños leen cuentos cada vez menos. Un estudio de 2014 encontró que el número de pequeños que lee por diversión va disminuyendo.
Entonces, ¿cómo logramos que los niños lean y entiendan los mensajes de los cuentos? ¿Cómo hacen los cuentistas para hablarles a los pequeños? El escritor de cuentos infantiles Yuan Fuei Liao nos quita las dudas.
Hay que empezar a leer
La lectura de cuentos, o de otros géneros, tiene múltiples beneficios. Creo que de eso estamos claros. Por si las dudas, Yuan resalta que motiva “las conductas de imitación (…) amplía la capacidad de concentración y de comunicación y aumenta nuestras posibilidades léxicas, ortográficas y comprensivas”.
Las historias infantiles dejan “enseñanzas imperecederas en la mentalidad de los ´cuentioyentes o cuentilectores´, ellos “deben tener acceso a la fantasía, a lo real contado como si fuera ficticio (y a lo ficticio contado como si fuera real)”.
A esto se le agrega que ayudan con “la capacidad analítica y de abstracción, con la formación de criterios y el desarrollo del pensamiento creativo: la mente se expande en conceptos y en entendimiento (…) ¨. Los cuentos hacen que los pequeños vean realidades ajenas y lejanas “sin necesidad de viajar”.
Algunos piensan que a los niños pequeños hay que dormirlos con cuentos. Creo, más bien, que los cuentos son para despertar a los adultos. Quizás los niños no son adultos inmaduros, sino que los adultos somos, con frecuencia, niños atrofiados. Recordamos la llamada de Jesús de Nazaret a ser como niños. Jesús mismo es el modelo: usa cuentos para despabilar. Es un cuentacuentos itinerante que enseña con parábolas, para que oiga quien tenga oídos para oír.
¿Cómo inculcar el hábito de la lectura?
Desarrollar ese gusanito amante por la lectura no se logra por sí solo en la mayoría de los casos, “el cerebro humano no viene programado para leer. La lectura es un aprendizaje que necesita de metodologías”.
Yuan recomienda que desde el nacimiento, los pequeños tengan un acercamiento con las historias. “Hay que exponerlos permanentemente al contacto con los libros (que los toquen, huelan, etc.) y con las letras, además de la narración oral”.
Si no sabes por dónde empezar Yuan nos sugirió los libros ilustrados, texto + imágenes. “A los niños les fascinan los álbumes ilustrados. En Santo Domingo, un lugar para encontrar buenos álbumes ilustrados es el Rincón de Cuentos, de la autora y cuentacuentos Anya Damirón, en Galería 360.
Trata a los niños como adultos
Un cuento es un diálogo: alguien nos está contando lo que piensa, y aprendemos a escuchar.
El escritor tiene dos hijos, de nueve y seis años y entiende que para escribir o dirigirse a ellos no es necesario hacerlo con un lenguaje “infantilista”, por ejemplo, cargado de muchos diminutivos. “Hay que comunicarse con ellos como seres pensantes que son. No subestimar su capacidad de entender la realidad y el desarrollo de su imaginación,” agrega.
Según el cuentista, los niños tienen la mente menos “contaminada” y aún no han perdido la capacidad de asombro a diferencia de los mayores que, con pensamientos más esquematizadas, a menudo les resulta más difícil dar rienda suelta a su ingenio.
Resalta como ellos (los infantes) son “maestros” para nosotros, para aprender a no tener miedo y que tampoco pensamos qué es “absurdo”.
Pero mi hij@ solo se la pasa en el celular
Esto es quizás lo que muchos padres ven como un impedimento. Pero Yuan nos dice que la tecnología es aliada de los libros:
Ciertamente, los niños consumen de los formatos nuevos, pero estas plataformas pueden ser herramientas para ayudarles a que aprendan mejor a leer libros. Por ejemplo: Libros que se animan con el celular… aquellos cuyas ilustraciones puedan ser escaneadas por el celular o la tableta… Cuentos cuyos protagonistas, por una aplicación, tengan el nombre del niño o la niña que los lee… Libros interactivos, incluso musicalizados, que muestran que las nuevas tecnologías potencian las posibilidades lectoras de los niños…
Los niños de ahora son nativos digitales, están familiarizados con cientos de aplicaciones. Los cuentos tradicionales, pueden ser recontados desde otra óptica: “¿Qué hubiera pasado si el Patito Feo tuviera un celular para tomarse un selfie? ¿Qué innovaciones en los diseños de sus viviendas adaptarían los tres cerditos si hubieran jugado Minecraft? ¿Caperucita Roja hubiera llegado a casa de su abuela antes que el lobo, si hubiera usado Google Maps? Si Pinocho hubiera tenido WhatsApp para comunicarse con Gepetto, se hubieran ahorrado muchas aventuras y desventuras”.
Aprovechamos para preguntarle qué piensa acerca de estas nuevas adaptaciones de los clásicos de Disney, a lo que respondió “Los clásicos de Disney ya eran distorsiones de los cuentos tradicionales. Las recientes adaptaciones de esos clásicos son debidas a su necesidad de adecuarse a los tiempos actuales por asuntos mercadológicos”.
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