Aquí vemos a Carrie Mathison de la serie estadounidense ‘Homeland’ sosteniendo una buena conversación con su amante Brody. Pero cuando llega a su casa, toma píldoras para controlar su trastorno bipolar. Una enfermedad que muchas personas padecen y no lo saben, según la médico Amarilis Céspedes Estrella. También una de las patologías más difíciles de diagnosticar, debido a la presencia de otras anomalías en el organismo que impiden visualizarla.
La bipolaridad o trastorno bipolar es una condición del cerebro que hace que el estado de ánimo fluctúe con frecuencia de forma incontrolable, lo que afecta considerablemente la calidad de vida de quien lo padece y de su entorno. Es la sexta causa médica de discapacidad a nivel mundial y el 40% de los pacientes que sufren esta condición no recibe ningún tratamiento.
Estos son posibles síntomas en esta enfermedad que se presentan en la mayoría de los casos, en personas de 20 a 30 años:
– Exceso de buen ánimo o de felicidad
– Depresión
– Dejar tareas inconclusas
– Irritabilidad
– Dicción acelerada
En el marco del VII Congreso del Colegio Latinoamericano de Neuropsicofarmacología, realizado en el 2010, la doctora Yéssika Moreno dijo que el trastorno bipolar requiere de atención médica especializada inmediata. Y que debe tratarse con un control médico periódico con la supervisión de un psiquiatra.
Las situaciones cotidianas te pueden ayudar a identificar esta enfermedad. Andrea* nos cuenta la historia de su primo, quien a sus 30 años en medio del trabajo se paró del asiento de su oficina, salió a la calle y caminó por horas y horas. Lo encontraron el mismo día, pero «el susto que pasamos no fue pequeño».
La doctora Moreno describió que hay momentos en que el paciente está profundamente deprimido, muy triste, se aparta de la sociedad, de su familia y amigos, y en esos momentos comienza a tener ideas suicidas. Y por otro lado, donde hay una excitación muy grande, el paciente está muy feliz, muy activo, no necesita dormir las horas que todos necesitamos y comienza a tener acciones impulsivas: compra cosas muy caras sin control o decide irse de viaje sin decirle a nadie.
El éxito o fracaso de una persona no influye en este trastorno. Otra fuente (que no quiso publicar su nombre) nos contó la historia de su cuñado, dueño de un negocio estable por más de 20 años, quien duraba encerrado en su oficina por horas. Su esposa (hermana de la fuente) se dio cuenta a tiempo y está siendo tratado.
El reconocimiento de esta enfermedad, de parte de quien la padece, es de mucha ayuda porque así la persona asume el compromiso de recibir tratamiento médico periódicamente. El cuñado recibe tratamiento médico y para no caer en períodos de depresión, lleva una vida social activa, pues «baila, canta en karaokes y disfruta con sus amigos».
Cuando le buscamos la vuelta a nuestros problemas y los tratamos a tiempo, nuestra vida puede continuar con el ritmo deseado. Comparte este artículo en tus redes sociales para hacer de la bipolaridad un tema menos escondido en la sociedad, así podremos ayudar a que personas que lo padecen y no lo saben, lo descubran a tiempo.
*Andrea es un nombre ficticio por petición de la fuente.
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