El larimar es una piedra propia de Barahona, provincia de origen familiar de Giselle Mancebo. De ahí a que esta diseñadora de joya se propusiera trabajar y exponer la riqueza de su tierra natal. Sin duda, tener claro el objetivo de aportar en el resurgir de esta zona llamada «La perla del Sur» y su geología la inspiraron para su primera exposición de joyas que fue inaugurada bajo el nombre «Retomando mis raíces». «Es una colección que conjuga la naturaleza, artesanía, textura y colores y nos guía, a través del arte y la historia, a la ancestral esencia de la mujer su belleza», dice.
Las creaciones de Mancebo, están inspiradas en perlas, ámbar y sobre todo en el larimar.
A casa llena, las paredes de la casa cultural Quinta Dominica recibieron por primera vez una muestra donde se conjugan las artes plásticas, la joyería y la artesanía, integrada por 70 collares donde el gran protagonista es el larimar, que con su nobleza y dureza ofrece a la artista todo lo que necesita para confeccionar piezas donde resaltan la perfección y buen gusto.
Anny Abate, curadora y coordinadora general de la exposición, destaca que Mancebo sabe conjugar la textura, colores y la diversidad de los materiales que utiliza. Resalta que tiene «un conocimiento de peso, equilibrio, y movimiento centralizando siempre un punto de encuentro, trabajados de una manera artesanal para dar vida a una pieza excepcional». Y que bueno que gente con criterio lo reconoce, porque el objetivo primordial de Gisselle Mancebo es mostrar la esencia de materia prima como el larimar, ámbar, onyx y coral de manera exuberante.
El nombre de la exposición viene de que el larimar es una piedra propia de Barahona, tierra de origen familiar de la artista.
Algo curioso y digno de aplaudir de esta exhibición es que las joyas de Mancebo fueron acompañadas de las ilustraciones de nueva talentos de las artes plásticas como son Yenny Vásquez, Marcel de la Cruz Encarnación, Mannelik Ortega, Eduardo Cerdeiros y José Padilla, quienes en cada prenda dieron su propia perspectiva en trazos salpicados de color, dando apertura a un movimiento fresco con expresión de libertad.
El larimar es noble, duro y de extraordinarios tonos de azul.
María Teresa Ruiz de Catrain, directora de Quinta Dominica, destacó el papel de las joyas a través del tiempo: símbolo de poder, disposición a la guerra y sacrilidad, además de sellar alianzas como el matrimonio, la paz, la ordenación o la entronización. Y en este caso, retomar raíces…
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