A menudo escuchamos sobre casos de discusiones y separaciones de parejas. Nos sorprendemos al enterarnos que nuestros mejores amigos (que tienen 25 años de casados) están pasando por un proceso de divorcio; y que hasta nuestros padres, que siempre han sido nuestra pareja ideal, ya no se están llevando igual. Todo esto nos lleva a preguntarnos, ¿Qué está pasando? ¿Cuál es la causa para tanto conflicto? Y recibimos frecuenteme la dolorosa respuesta: infidelidad.
De acuerdo al psicólogo y terapeuta Alexis Rodríguez, el adulterio es uno de los principales problemas causantes de separación familiar. Asegura que el mal manejo de la situación por parte de los cónyuges es el “arma letal” que está terminando no solo con la relación de la pareja, sino también con la estabilidad emocional de los hijos, pues en la mayoría de los casos ellos son involucrados de manera directa en asuntos que son únicamente de los padres.
En casos como estos, lo ideal sería que en cada momento sepa distinguirse cuándo los hijos deben ser partícipes y cuándo no; cuándo se trata de un problema familiar y cuándo de un asunto conyugal. De lo contrario, podría generarse cierto resentimiento de lo proles hacia el responsable de la infidelidad.
Hijo e hija reaccionan diferente
Por otra parte, Rodríguez nos explica que los casos de adulterio afectan de manera distinta a los hijos que a las hijas. Cuando se trata de los varones, suelen identificarse con su papá y tomarlo como ejemplo a seguir. En otros casos, se da lo contrario, que al ver el sufrimiento que el acto infiel ha causado en sus padres, le hace no querer repetir la misma conducta; mientras que las hijas podrían tomarlo como patrón para sus relaciones futuras.
Traumas
Otros traumas que pueden observarse son la distracción en la escuela y en sus actividades diarias (principalmente cuando son niños), manifestación de tristeza; en el caso de los adolescentes es muy común la actitud de rebeldía, indignación, suelen tornarse iracundos y en ocasiones hasta vengativos con sus padres.
Pero todo esto dependerá de la forma de ser de cada persona y de cómo ésta maneje sus sentimientos y emociones. No siempre los casos de infidelidad deben ser traumáticos para los hijos y la familia.
La clave está en separar
La infidelidad es uno de los principales problemas que afecta a las familias, pero tiene solución; solo debe saberse separar la relación entre pareja de la relación con los hijos, y tener plena conciencia de cuándo es necesario luchar por la relación y cuándo es necesario una separación amigable.
Disfrutemos la vida, creamos en el amor, pero sobre todo… Seamos fieles.
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