La arquitectura, el diseño de interiores y la decoración de espacios se han visto influenciados desde sus inicios por estilos que corresponden a determinados movimientos económicos y socioculturales. Nos referimos a manifestaciones artísticas cuyos componentes suelen ser agrupados por forma, color, textura e incluso por su valor adquisitivo.
Hablar de estilos del diseño es intentar resumir varios siglos de historia, por lo que en es preciso mencionar aquellos cuya trascendencia siguen siendo motivos constantes de aplicación.
Barroco: es quizás el estilo de mayor influencia teatral de su época. En cuanto a la ornamentación, se caracteriza por el uso abundante de recursos y por no tener una unidad absoluta en todas sus formas.
En el estilo barroco priman los colores cálidos, metal y madera esculpida, los estampados compuestos y texturas satinadas.
Retro: el término hace referencia a una vuelta o mirada al pasado y es precisamente una de las características de este estilo iniciado en los años 50´s. ´´Retro´´ es un puente entre el estilo clásico y el moderno. En este las formas pasan a ser mucho más dinámicas y abstractas y los colores vibrantes se combinan sin esquemas.
Estampados geométricos, colores complementarios, uso del cristal y el plástico pigmentado.
Minimalismo: ´´Menos es más´´ es la frase que popularizó esta nueva perspectiva del diseño, que busca reducir las cosas a lo elemental sin caer en las carencias. Dentro de los fundamentos de este estilo es importante resaltar la conexión con los recursos naturales, la reducción del consumo y no menos importante, el apego a la simplicidad.
El minimalismo responde a siluetas depuradas, colores neutrales y espacios abiertos.