Rivalidades, peleas, comparaciones despectivas, envidia, celos… todas estas situaciones negativas que se dan entre los seres humanos se convierten en un tema discusión más delicado cuando se trata de hermanos.
El ambiente en que educamos a nuestros hijos y las relaciones que les afectan directamente, dígase el trato entre padre y madre, temas de discusión y prioridades que damos dentro de la familia, influyen en su sensibilidad.
Cuando criamos a nuestros hijos debemos tener mucho cuidado en cómo les inculcamos el valor de la hermandad. Un gesto o comentario mal percibido por uno de ellos puede desencadenar en una escena de celos, ese «estado subjetivo caracterizado por una sensación de frustración al creer que ya no somos correspondidos emocionalmente por las personas queridas», según el portal psicodiagnosis.es. Si no se trata a tiempo, esta conducta repetida puede causar estragos a las próximas generaciones.
Cómo enfrentar los celos
«La mejor forma de regular los celos es ubicar el origen de los mismos», recomiendan los expertos que escriben para este portal. Escucha las versiones de cada uno/a cuando tengan una riña. No defiendas ni desautorices a ninguno hasta estar seguro de cuál de ellos/as tiene la razón sobre ‘quién dejó romper el tarro de la tatarabuela’.
Mide los obsequios. Aunque sean diferentes, asegúrate de que comprendan que tienen el mismo valor.
Cómo evitar estas escenas de celos
Pasa tiempo de calidad con ellos. El tiempo se reduce a medida que las responsabilidades crecen y solemos confundir cantidad con calidad. Aunque sean cinco minutos de lectura de un cuento, anécdotas o chistes por la noche, realiza esta actividad con tus hijos/as, juntos/as.
No compares sus actitudes, aptitudes, logros y fracasos. Reconoce las habilidades y logros de cada uno por igual. Propicia un ambiente o crea la necesidad de que cada uno está y se debe al otro. Cuando seas abuela y bisabuela, verás cómo te lo agradecerán.
Acepta los gustos y preferencias de cada uno (por separado). Cada ser humano es único en cuanto a gusto y personalidad y por lo tanto, goza de cualidades distintas. Si uno se identifica con Milly Quezada y el otro prefiere superar los ‘jonrones’ de Pedro Martínez, respeta sus decisiones desde el principio. No los inscribas en las mismas actividades. Al llegar a la casa, cada quien tendrá algo que compartir y aportar al momento en que todos se reúnen en la mesa.
Puedes intentar erradicar esta conducta desde casa. Sin embargo, si las escenas de celos son repetidas y empiezan a deteriorar las relaciones familiares, te aconsejamos visitar a algún psicólogo o psicóloga especializado en temas familiares.
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