Tal vez muchas personas se preguntan: “¿Por qué lo que organizo dura poco? De hecho, esta es una duda común que viene a la cabeza luego de haber invertido un hermoso y soleado sábado, organizando un armario, un librero o la cocina.
Razones pueden haber muchas, pero en mi experiencia trabajando con personas y familias, he encontrado cuatro principales por las que esto sucede:
1.Organizar con distracciones
Imagina este escenario: te levantas temprano el sábado o ese día feriado, con el propósito de por fin atacar el reguero en esa área de tu casa. Decides que no harás nada más hasta que no termines. Te pones ropa cómoda, desayunas, y decides empezar a sacar y revisar cada pieza dentro del espacio. ¿Qué es lo primero que haces? ¡Pones música!
Si bien es cierto que todo es más divertido con música, lo que mucho no saben es lo mucho que esto distrae. Y para organizar hay que pasar por un proceso de depuración, en el hay que cuestionarse qué te sirve, qué no te sirve, qué puedes regalar, qué tienes que botar, qué te hace feliz…
En fin, es durante esa conversación con nosotros mismos que tomamos decisiones inteligentes y más racionales respecto a lo que tenemos en nuestro entorno. Pero si el cerebro está distraído, solo guardarás por un momento todo lo que tienes y no realmente lo que necesitas.
Otra distracción es la familia, que empieza a hablarte, a pasar por el lugar a organizar, etc. Lo mejor es que reserves un tiempo para organizar y le indiques a todos que necesitas espacio para lograrlo.
2.Querer hacer mucho en poco tiempo
Organizar con la presión de que solo tienes hasta determinada hora para hacerlo; tampoco es productivo.
Por eso, es vital reservar un tiempo prudente donde puedas dar lugar al enfoque, y sobre todo, para hacerlo bien de una vez por todas. Esto porque organizar es hacernos conscientes de lo que nos rodea, organizar es una tarea que hacemos con propósito, para sentirnos bien por dentro y por fuera.
Si tienes que hacerlo en unas horas determinada, debes darte la cantidad de horas correcta que te toma la tarea y algo que puede funcionar es cronometrar el tiempo en el reloj. Eso si, descansa algunos minutos entre horas.
3.Arreglar por zona
Es normal que si voy a organizar la cocina, saco y reviso todas la gavetas y armarios de la misma, hasta el último rincón. Esto se basa en el Método Konmari, donde se organiza por categorías y no por zona. Esto quiere decir que en vez de querer organizar la cocina, clasifiques por cubertería y vajilla, sartenes, etc.
Con esto se busca evitar que cuando empieces a ordenar una área, y ya quieras verla recogida, utilices cualquier rinconcito de la casa para meter una caja, una maleta, una bolsa.
Organizar los espacios por categorías, te hará sentir que avanzas; permitiéndote tomar decisiones más acertadas, cerrar ese capítulo y avanzaa al siguiente.
4.Recoger todo es solo tarea tuya
Tampoco es conveniente que la organización de todo un hogar descanse en uno de sus miembros. Si esto te pasa, es hora de conversar en familia sobre lo que esperamos y nos gustaría ver en cada espacio. Este es el primer paso para lograr resultados que perduren y que todos podamos disfrutar y apreciar.
¿Cómo lograrlo? Asignando pequeñas tareas, aunque parezcan insignificantes respecto a todo lo que hay que completar. En ese aspecto, hay que auxiliarse de otros miembros de la familia, personal doméstico y las herramientas disponibles en el mercado para hacer más fácil el trayecto a una vida en orden.
En resumen… organiza con conciencia pues cuando tu entorno está en orden, le das una oportunidad a tu interior a que también lo esté.
Sobre la autora
Nathalie Navarro ama la organización de espacios. Cree que cuando todo está organizado puedes explotar mejor tu lado profesional y personal. Por lo que, ayuda a otros a mejorar y cambiar sus espacios desde «Todo en orden RD«.
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