La búsqueda de la felicidad parece ser el tesoro perdido de nuestra era, la vida acelerada y el constante cambio que llevamos nos convierte en seres automáticos que pueden no disfrutar de lo que poseen. ¿Qué tiene esto que ver con la decoración?
Nuestro hogar es nuestro refugio, donde volvemos de un largo día de obstáculos y de donde salimos cada mañana a vencer la vida. Parece lógico que sea precisamente nuestra casa donde recarguemos energías y tengamos las mejores horas del día. Hoy conocemos un nuevo término en la decoración y es Hyyge, pronunciado (hu-ga), es una decoración inspirada en la felicidad que encontramos en nuestro hogar o el disfrute de las cosas sencillas.
Se trata de un término danés que refleja esa sensación de bienestar que nos da el abrir un buen libro con esa tacita de té ya recostado en tu sofá favorito. Encontrar esos placeres que nos da la vida en las cosas pequeñas.
Los daneses tienen un nivel de vida prácticamente envidiable, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), son una de las sociedades más felices del mundo y, aunque cuentan con gobiernos estables, seguridad social y muchos de los problemas del tercer mundo resueltos, la clave de su felicidad es que centran en sus hogares el confort y el bienestar.
Sus características de mantas, chimeneas y chocolate caliente no es precisamente algo que podamos traer tal cual, pero sí adaptar sus bases que van en dejar atrás las preocupaciones y las malas vibras fuera de casa. Madera, velas, colores tenues, marcada importancia en los detalles, es un poco de lo que los daneses llevan a casa.
La decoración está basada en tres pilares: paz, tranquilidad y comodidad, aquí las personas son la prioridad, lo que sienten al llegar a los espacios, el cómo perciben el ambiente, qué atmósfera se ha creado para suplir su necesidad y disfrute.
Decorar es algo más que crear ambientes bonitos, todo lo que hacemos en un espacio influye en el cerebro de las personas, es por lo que las tendencias actuales persiguen llenar necesidades y gustos más que hacer una casa de postales de revista. Si en casa hay niños o mascotas no es lo lógico que se invierta en un gran sofá de tela blanca, por ejemplo, lo ideal es que se diseñe para los habitantes y el real uso que se le va a dar a cada área.
No se trata de acumular objetos, sino de atesorar sensaciones que pueden darnos esos objetos. Si gustamos de tomar café, que sea en esa linda bandeja con una taza hermosa colocada en la mesita de la terraza, suena bien, ¿no? O si en casa se disfruta de ver películas, tener el espacio habilitado con muebles cómodos donde toda la familia lo disfrute.
No te excedas de tu presupuesto, úsalo de manera que puedas hallar la felicidad en las pequeñas cosas.
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