Cuando damos, nos sentimos realizados. Saber que no sólo pensamos en ganar, sino que dedicamos parte de nuestro tiempo en agradar, ayudar o resolverle un problema a quienes nos rodean.
No tienen que estar muy lejos de ti. Al lado de tu casa o en tu mismo hogar hay alguien que necesita de ti, así que lee una de estas ideas y realiza la que más esté a tu alcance.
– Cada vez que empieza la temporada escolar, el presupuesto familiar se extiende. Esos libros que tengas en buenas condiciones, y tus hijos ya no vayan a usar, dónalos a una familia que los necesite.
– Organiza actividades de recaudación fondos. Puedes hacer un bazar y crear outfits. Colócalos en percheros para que se vea más atractivo. Este tipo de eventos te permite contagiar a la comunidad de tu solidaridad e invita a los demás a dar, lo que promueve un aporte más grande a la sociedad.
– Cada vez que arreglas el clóset te das cuenta de que hay piezas que ya no utilizas. Inclúyelas en tu bazar o viaja al campo y dónalas a una comunidad. Verifica que estén en buenas condiciones.
– ¿Conoces el ‘crowdfunding’? Es un sistema de financiación utilizado en organizaciones sin fines de lucro y proyectos individuales que promueven su causa en busca de apoyo financiero. Ana (24), estudiante de medicina, consiguió fondos para realizar un programa de liderazgo a través de GoFound.com. Escribió un proyecto que explicaba su causa y recaudó 250 dólares. Tú puedes ser uno de esos donantes que cumple los sueños de personas como ella.
– Deposita a cuentas bancarias de fundaciones. En nuestro país hay fundaciones como ‘Yo Apadrino tus Estudios’, ‘Acción Solidaria YUCA’, ‘Corazones anaranjados’, ‘La Casa Rosada’, que sustentan la organización y quienes viven en ella con los recursos que reciben. Esta puede ser una alternativa si te falta el tiempo o los gajes de tu oficio no te permiten organizar eventos de solidaridad.
Aunque a veces no solo se trata de brindar ayuda económica o material. Un vaso de jugo bien frío al señor que vigila tu edificio es una linda muestra de solidaridad. Una sonrisa. Un buenos días. O un «¿cómo está su familia?». En caso de apadrinar o destinar fondos a una organización, saca un día y visita el lugar que con tu ‘granito de arena’ sustenta una comunidad.
Anímate a dar. Vivimos en un mundo que nos obliga a defender lo nuestro para sobrevivir. Sé diferente al resto. Despréndete de lo que te sobra y comparte con las personas más cercanas a ti. Cuando se habla de donación lo relacionamos con grandes fundaciones y no, cerca de ti hay alguien que necesita tu ayuda. Y no hablamos solo de lo material.
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