La economía de tu país influye mucho. Si las tasas están bajitas es buena idea hipotecar, pero si están altas, no tanto. Un dato que te puede ayudar a tomar una decisión como esta es la siguiente: de acuerdo a la Oficina Nacional de Estadísticas: el 33% de los hogares dominicanos vive alquilado, el 54% tiene vivienda propia y solo el 2.6% continúa pagándola. Esto se traduce en que puede resultar conveniente pedir un préstamo hipotecario, siempre y cuando conozcas la situación económica de tu país.
Situación económica
Si llevas un buen control de tus gastos y tienes seguridad de que vas a contar con el ingreso necesario durante cada mes, pedir un préstamo hipotecario puede ser una buena alternativa.
Ahora bien, el banco no es el único que garantiza el valor de tu vivienda, la situación económica de tu país también influye. «La economía dominicana no ayuda al pago», sin margen de error, «de una hipoteca», nos dice el economista Jorge Ulloa. «Hay precedentes de inseguridad bancaria y las tasas suelen estar sujetas a cambio, lo que puede afectar a familias como la de Karina.
Karina: Mi madre y yo nos mudamos a un apartamento hace doce años. En aquel momento, incluso para el mercado de ese tiempo, costaba menos de lo que realmente solían pedir. Como mi madre no tenía ingresos fijos, solicitó que las cuotas fueran a la mayor cantidad de años posibles.
Años después mi abuelo sufrió una trombosis y mi madre tuvo que hipotecar el apartamento (sin haberlo terminado de pagar) para poder pagar las facturas de la clínica. Para ese tiempo ella ya tenía ingresos fijos, sin embargo, cada mes llegaba una nueva sorpresa del banco: los intereses subían y subían, sin detenerse un solo mes. Ya había llegado al punto de que el pago de las cuotas mensuales era más alto que el salario de mi madre y ella tenía que buscar prestado para pagar la deuda, es decir, creaba más deudas para pagar esa, ya que si no se cumplía con el pago el resultado sería perder lo único propio que teníamos, el apartamento, aunque era y sigue siendo más del banco que nuestro.
Sin embargo, cuando tienes un empleo fijo y mejor aún, el lugar donde trabajas te ofrece beneficios como plan de vivienda, la historia es otra:
Simón tenía más de cinco años en la empresa para la cual trabajaba como contable. «Calificaba, de acuerdo a mis ingresos para el monto de la vivienda que había visto con mi esposa. Lo sometí al plan de vivienda y me aprobaron el préstamo».
Nos dice que un préstamo hipotecario «es lo más conveniente para una pareja que trabaja y quiere formar una familia, pues en vez de pasar años y años pagando alquiler, mejor pagas la tuya».
En el caso de Laura, tomar un préstamo hipotecario también fue una buena decisión, pues la pudo pagar en seis años, y fue mucho mejor que si hubiese alquilado. Ahora sí, debes estar con los pies en la tierra y lista para montarte en el ‘sube y baja’ de la economía.
Montarse en el columpio de tu país
Todo préstamo tiene restricciones, por eso es muy importante que sepas lo que estás firmando, nos dice Laura. «Cogí mi préstamo en el 2007. En el 2008 (no se vendía inmuebles), la economía varió y la tasa aumentó en un 30%. En el 2009, las tasas sí bajaron porque el gobierno tomó medidas, y ahí bajaron las tasas de intereses al precio inicial. Terminamos en el 2013. Ya nos sentimos liberados porque se acabaron los sustos y somos propietarios de nuestro apartamento.
Cuando compras un inmueble toma en cuenta los gastos legales que te cobra el banco, los impuestos y el seguro de la casa o terreno que vayas a adquirir. Por lo general, el banco te ofrecen ambos servicios, para garantizar que el inmueble esté asegurado, ya que se rigen por las regulaciones de la Superintendencia de Bancos.
El consejo de Laura: «ahorra para que puedas hacer abonos a capital», si la institución financiera te lo permite. No pienses en pagar la cuota nada más. Porque de lo contrario te pasarás 20 años con la deuda.
Piensa en que puede subir la tasa. Anota en tu presupuesto este tipo de imprevistos y no te lleves del 10 por ciento solamente. Si tienes la oportunidad de una entrada extra, aparta algo para desahogar tu deuda lo más que puedas.
Con estos consejos de Laura y las experiencias que te contamos, esperamos que estés más clara acerca de cómo conseguirás el terreno que se convertirá en tu espacio ideal.
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