Trabajar de ocho a nueve horas diarias dentro de una oficina implica formar parte de una comunidad en la que los sentimientos se interponen con la ética y la profesionalidad. Cuando no se logra separar lo personal de lo laboral, una relación amorosa puede interponerse en la productividad de ambos, y cuando se trata de tu jefe aún más.
Esta es la historia de Paula (nombre ficticio), quien entabló una relación con su jefe y reconoció que es una «ardua tarea», tanto emocional como laboral.
Paula:
Esta relación surgió, no fue planeada. Como mujer nos damos cuenta cuando alguien te mira ‘diferente’ y así fue como me dí cuenta que le gustaba a mi jefe.
Por el trabajo tuvimos que viajar juntos. En ese entonces no nos conocíamos bien, ya que nuestra comunicación inició básicamente por ‘chat’. En uno de esos viajes, donde había que pasar la noche, aunque cada uno tenía su habitación, cada vez que nos despedíamos y salíamos al hotel a comer, había una atención y ‘química’ especial.
Luego de eso, él formalmente me invitó a salir al cine. Fuimos. Después pasamos por la Zona Colonial y ahí comenzó esta historia. De noche es mi novio y en el día es mi jefe. ES MUY DIFÍCIL TENER TU JEFE DE NOVIO Y A TU NOVIO DE JEFE.
Ya envuelta en esta situación amorosa, el reto está en separar lo personal de lo profesional.
Al principio sí lo hacíamos, pero hay un momento en que se hace imposible, sobre todo cuando el clima laboral no es estable. Y mi posición en la empresa no ayudaba, ya que estaba por debajo de todos, no era una ‘jefecita’.
No puedo echar el tiempo atrás. Particularmente aprendí mucho de vivir este doble escenario con mi jefe, fueron muchos sacrificios porque la gente se interpone también. Pero creo que en una segunda ocasión no dejaría que pase o tomaría rápidamente cartas en el asunto.
Admito que es difícil trabajar con tu pareja si la relación aún no ha madurado, no ha crecido y no ha superado otras cosas, como la mía. Pero esto no quiere decir que a otros no les funcione. A mucha gente le resulta trabajar con su pareja pero en otro peldaño, ya casados o en convivencia.
Diferentes estudios afirman que tener una relación amorosa en el trabajo puede ser provechoso para ambos miembros. Las ganas de ir al trabajo aumentan, el deseo de hacer bien las tareas es mayor, pues así cada uno reconoce el éxito del otro. (Sexóloga Elsa Aalmas)
Sin embargo, en momentos de tensión como cuando los números no cuadran en la fecha del pago la nómina o algún error de comunicación que desencadenó en una crisis, tener a tu pareja de jefe puede que no sea la situación más cómoda de tu vida.
Ya sabes, a pensarlo bien antes de y a realizar el ejercicio de separar roles. En el día es tu jefe y en la noche es tu amante, compañero de vida, y amigo incondicional.
¿Has pasado por esta situación? Comparte tu historia.
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